Jesús Castañeda Nevarez/ Entre los dichos populares escuchamos frecuentemente el “que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha”, en clara alusión de que cuando hagas algo bueno no lo andes presumiendo y al ser citado en la Biblia (Mateo 6) hemos de suponer que sólo aplica a lo bueno, aunque el SAT opine lo contrario.
En nuestro país lo único que las administraciones federales, estatales y municipales atinan a “inventar” son impuestos, pago de derechos y multas, para alimentar las arcas públicas y de ellas sacar para cubrir su enorme gasto corriente y de lo sobrante atender las necesidades del pueblo en salud, educación, seguridad, obra pública, etc., hasta donde alcance. Pero como nunca alcanza porque también hay “otros gastos”, entonces inventan más impuestos y más derechos por pagar; todo contra el pueblo.
Es así como los impuestos llegan a representar exageradas cantidades que hacen completamente inviable cualquier empresa. Esto lo saben todos, incluyendo a la SHCP y el SAT. Por lo que si alguna empresa sobrevive, crece y es rentable, automáticamente es porque está “evadiendo” el pago correcto de sus impuestos y hay que hacerle una auditoría.
En el 2013 el SAT realizó 85 mil auditorías; en el 2014 fueron alrededor de 103 mil las empresas auditadas, de un universo de 46 millones de contribuyentes y para el 2016 con la facturación, nómina y contabilidad electrónica, el SAT podrá hacer tantas auditorías como contribuyentes existan registrados, más las que realizarán a los no registrados pero que tienen alguna actividad económica detectada (tarjeta de crédito, débito o de alguna empresa); todo de forma automática y al momento.
Esto significa que más pronto de lo que nos imaginamos, la mano izquierda sabrá lo que hace la derecha y le pasará copia al SAT. Se acabaron los “ajustes” en la contabilidad de la empresa para “defenderse” del excesivo pago de impuestos. Todo estará como en una caja de cristal vigilada con lupa por el SAT y en su equipo de eficientes colaboradores estará la banca comercial reportando todos los detalles e incidencias de cada cuentahabiente que ahora también son cautivos de ellos por disposición de ley.
La casa grande y la casa chica estarán auditadas (sólo se perdona si es la casa blanca y la vendió HIGA); los gastos estarán vigilados hasta en las monedas que se obsequian al malabarista o al traga fuego del crucero; las cuentas bancarias no podrán ser manejadas como antes, con excepción de las cuentas de mexicanos hechas en el banco HSBC de Suiza, las cuales están protegidas de malos pensamientos y son invisibles para el SAT.
Si viajan al extranjero el SAT tendrá un reporte detallado de la razón del viaje, cuánto dinero lleva, de donde lo sacó, con qué persona viaja, que número de asiento, cuantas veces fue al baño, cuantas fotos tomó por la ventanilla, etc., con excepción si es funcionario y lleva a la novia de paseo y con los bolsillos repletos de dólares.
Esta semana en la correspondencia del primo de un amigo llegó un aviso del SAT en el que le informa de la falta de pago de impuestos en el último semestre del 2014 y además le detalla con toda claridad los depósitos hechos en su cuenta de banco Santander por varias cantidades hasta sumar $8,315 pesos en un mes, $4,200 en otro y así hasta completar una cantidad cercana a los 40 mil pesos en el semestre y obviamente incluye el importe de los impuestos omitidos y la invitación a cubrirlos en una o varias exhibiciones (paguitos) sugiriendo el plazo y la cantidad a pagar.
Con esto queda demostrado que ahora el SAT sabe de nosotros mucho más de lo que nos imaginamos y la Factura electrónica, Nómina electrónica, Contabilidad electrónica, Mis Cuentas, etc., no nos ayudarán a que “crezcamos juntos” ni a que tengamos un país mejor; sólo será la mano izquierda (SAT) pendiente de lo que hace la derecha (el pueblo); con el garrote listo para sancionar al pueblo evasor, pero sin tocar a ningún funcionario ladrón para no ocasionar un “conflicto de intereses”. Porka Miseria.
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