Wenceslao Vargas Márquez/
Mediante el boletín 5166 de la Cámara federal de Diputados, fechado en el reciente 25 de febrero, se avisa de una crítica que se hace desde la Comisión de Educación de la propia cámara a la reforma educativa del año 2013.
Se hicieron señalamientos en el foro del tipo de los que se han hecho desde este espacio acerca de los múltiples derechos que la reforma anula. A unos pocos premia y a muchos desprotege, dijo el diputado presidente de la comisión, hecho que él no dudó en calificar como un ‘marco de desorden’: “En ese marco del desorden, muchos maestros no saben siquiera que ley los protege, si la Ley Federal del Trabajo o alguna estatal, por lo que se tienen que enfrentar y construir los caminos para resolver las malas condiciones en que laboran maestras y maestros”, sostuvo el diputado.
Dijo el presidente de la Comisión de Educación: “A dos años de aprobarse la reforma educativa debe revisarse y, en un contexto de autocrítica, asumir la necesidad, si la hay, de impulsar cambios que alienten mejores condiciones laborales para los docentes, opinó quien propuso revisar el impacto de la Ley General del Servicio Profesional Docente, porque, “es cierto, a algunos protege, pero a muchos no les da alternativas. Esa visión se comparte en la comisión y es una preocupación que se ha puesto sobre la mesa”, destacó.
De la Vega Membrillo añadió: “si queremos arribar a una reforma educativa real, verdadera y de fondo en la educación media superior, tiene que descansar en un presupuesto del tamaño del reto planteado”. Enfatizó que un presupuesto suficiente es un elemento determinante y condicionante para atender la infraestructura y el equipamiento de las escuelas, sobre todo hoy que es obligatoria la formación media superior y su cobertura requiere espacios que respondan a esa gran necesidad.
El foro, explicó el diputado, invita a reflexionar y analizar el impacto de la implementación de la reforma educativa aprobada por los diputados hace dos años. Se comprometió a que las conclusiones serán canalizadas a las instancias correspondientes, para encontrar conjuntamente soluciones. Aseguró que los diputados de la Comisión de Educación Pública “son aliados de las maestras y maestros”.
¿Qué ocurrió con la Reforma Educativa en cuanto a la educación media superior?, cuestionó un especialista en el mismo foro. Contestó en su argumentación: “La educación media superior fue sometida a las mismas reglas generales que la educación obligatoria, sin considerar sus particularidades, como el concurso de ingreso y la evaluación periódica del desempeño, entre otras. Al aplicar la reforma no consideraron al nivel medio superior como un sistema con características estructurales distintas, en donde los profesores ingresan sin formación pedagógica, lo que debe obligar a que su ingreso sea distinto y conforme a su desempeño. No se puede medir con un examen escrito, se requieren instrumentos variados y que exista un marco que explique qué trabajo docente se requiere”.
Mientras tanto el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) intenta poner orden (y negar el marco de desorden). El INEE envió al gobernador del estado de Oaxaca, Cué, en su calidad de autoridad educativa, “una solicitud formal para que deje sin efecto las tres convocatorias fechadas el 13 de febrero de 2015 en dicho estado, referidas a la promoción de los puestos de: docente a subdirector, subdirector a director y director a supervisor. La solicitud obedece a que dichas convocatorias podrían ser jurídicamente sancionables con la anulación, por no cumplir con lo establecido en el artículo 3º constitucional, la Ley General del Servicio Profesional Docente, la Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, así como los lineamientos expedidos por este Instituto”.
Pero el desorden existe en la reforma educativa y las autoridades se niegan a reconocer las diferencias existentes entre sistemas, subsistemas, escuelas, turnos y… salarios. Siguiendo con la idea del foro que trató asuntos de la educación media superior hay que añadir que los salarios de la educación media superior afiliada al SNTE tiene diferencias entre un par de grupos de alcance nacional: los que trabajan y cobran en el tabulador III ganan 20% más que los que trabajamos y cobramos en el tabulador salarial II y no hay autoridad laboral, educativa, hacendaria o sindical a quien este hecho le importe como variable para una evaluación que es desafortunadamente estandarizada.
Ya comentó lo del desorden, en público, un diputado federal, presidente de la Comisión de Educación: Una reforma educativa en un marco de desorden. Evaluarnos con las diferencias salariales que existen en la educación media superior (tema que al parecer el foro no tocó) no contribuye a hacer confiable una evaluación de la que depende la permanencia en el empleo.
Y no hay persona alguna en el país que quiera atender (antes de la evaluación que está a la vuelta de la esquina) la diferencia salarial como variable perturbadora y que al ser perturbadora es una variable de desorden que debe atenderse de inmediato.
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