Javier Duarte: la sucesión y la descomposición

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Mussio Cárdenas Arellano/ Informe Rojo

Rijoso y pendenciero, Javier Duarte teje su desgracia y en un alarde insólito logra lo impensable: inquietar, por igual, a Los Pinos, a Beltrones, a Gamboa Patrón, todos viendo a Veracruz en un escenario de derrota electoral, de corrupción, de encono y conflicto.

Vuelve al plano nacional. No es por sus muertos institucionales. No es por Rubén Espinosa, el periodista al que sus esbirros hostigaron, siguieron en su exilio y llenaron de temor. Rubén, el fotoperiodista de Proceso, Cuartoscuro y AVC, sería asesinado el 31 de julio en el DF, convenientemente en el DF.

Javier Duarte terminó de hundir a Veracruz en la pobreza, inseguridad y corrupción
Javier Duarte terminó de hundir a Veracruz en la pobreza, inseguridad y corrupción

No es por los 14 comunicadores a los que ejecutaron, unos de ellos cosidos a balazos; otros mutilados y sus restos hallados en bolsas de plástico; unos más encontrados en fosas clandestinas; otro, golpeado, vendado y luego arrojado a la carretera para simular que murió por atropellamiento; una más, Regina Martínez, corresponsal de Proceso, estrangulada en su hogar en Xalapa, y luego enlodada por el infame gobierno duartista.

No son los periodistas muertos los que dan la de ocho columnas al gobernador de Veracruz, sino los senadores del PRI, su partido, que lo acusan de corrupción, de desvío de recursos públicos, que le imputan un caos financiero, desorden administrativo, la uña infinita y una insultante impunidad.

Líder de la chistocracia en Veracruz, Javier Duarte desató las iras, provocó los enconos y generó un conflicto mayúsculo cuando tildó al diputado federal panista Miguel Ángel Yunes Linares de “perro chihuahueño”; mandó al diablo al senador del PRI Pepe Yunes Zorrilla con su propuesta para recuperar las finanzas estatales, y obsequió una caña deportiva para que el senador priísta Héctor Yunes Landa pesque “peces gordos” en el Estero, municipio de Alvarado, entre sus familiares, los Yunes de PAN.

Así pierde el tiempo Javier Duarte mientras Veracruz se hunde por falta de recursos, adeudos a contratistas, regateo con la Universidad Veracruzana para no pagarle los 2 millones que le debe, dinero que no llega a pensionados, becarios, músicos y a la burocracia estatal, por una corrupción desbordada.

Rompe lanzas contra dos senadores, un diputado federal panista y el hijo de éste, Miguel Ángel Yunes Márquez, alcalde Boca del Río, a quien acusa de haberse construido una mansión y por ello debe ser desaforado, enjuiciado y encarcelado, y con ello detona la peor crisis preelectoral en la historia de Veracruz.

Gobierna con las tripas el gordobés. Usa el poder para la venganza y embiste por igual a priístas y no priístas; a la rectora de la UV; a los acreedores que reclaman sus pagos; a empresarios hoteleros, a quienes tilda de evasores; a periodistas a quienes acusa de ser expresión de la delincuencia, manzanas podridas y servirle a las mafias.

Pactado o no, urdido o no con el senador Héctor Yunes, a quien impulsó luego de un pacto en Casa Veracruz y la entrega de espacios en su gabinete, el episodio del obsequio de una caña de pescar para que atrape “peces gordos” en el feudo de los Yunes azules, primo y sobrino del legislador choleño, lo llevó de nuevo al escenario nacional, vapuleado y exhibido como un gobernador corrupto.

En el diario Reforma, bajo el título “Denuncian desde PRI Corrupción de Duarte”, el martes 29, los senadores veracruzanos lo destazaron.

“Donde quiera que vayas, en Veracruz, la gente está harta, molesta, agraviada por todo lo que pasa con las finanzas, con la corrupción, con la inseguridad. La omisión en política no sólo es una incompetencia, también es constitutivo de responsabilidad legal”, denunció Héctor Yunes Landa.

México no admite más corrupción. Veracruz tampoco. Esto es un tema de gran importancia que no debe tratarse con ligereza ni con burlas porque, además de saqueada, la sociedad veracruzana percibe el escarnio que hacen de esto los responsables de la corrupción y de la impunidad en Veracruz”, agregó.

Duarte, dijo Héctor Yunes, “tiene a la Auditoría (Superior de la Federación) encima y dice que sólo hay que justificar unos números, pero donde quiera que vayas, en Veracruz, la gente está harta, molesta, agraviada por todo lo que pasa con las finanzas, con la corrupción, con la inseguridad… La omisión en política no sólo es una incompetencia, también es constitutivo de responsabilidad legal”.

Pepe Yunes habla de la debacle financiera:

“Hay un sobreejercicio del gasto de operación que ha ido creciendo y ha provocado desvío de recursos, como lo ha señalado la Auditoría Superior de la Federación”.

A ocho columnas, la corrupción de Veracruz trae consecuencias. Reaccionó el senador Emilio Gamboa Patrón. Reaccionó el líder nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones Rivera. Reaccionó la cúpula peñanietista en Los Pinos.

“Es un problema entre ellos —dice Gamboa Patrón, primero evasivo—. Ellos mismos tienen que definir y aclarar sus situaciones. No conozco el tema a fondo, me parece que en el priismo no debe haber eso”.

Y luego agrega:

“Lo digo de verdad. Es un problema que debe resolver el gobernador Duarte con los dos senadores Yunes, tanto con Héctor, como con José”, apuntó.

Suele ser aplomado Gamboa Patrón. Esta vez no. Hundió el cuchillo en la piel. Abordó el tema y lo remitió a su origen: el conflicto de Javier Duarte con los senadores priístas.

Y luego tocó el tema medular:

“Si tienen acusaciones de corrupción, tienen que demostrarlo; no es nada más decir: hay acusaciones de corrupción. Tienen que presentarlo y denunciarlo. Si tienen pruebas que las presenten”.

Beltrones Rivera tuvo reunión a puerta cerrada en el PRI. Ahí habló de la unidad entre los priístas. Es la clave, dice, para evitar que las candidaturas independientes derroten al tricolor en las elecciones.

Pide unidad, frenar rupturas y evitar escisiones. Advirtió a dirigentes y delegados que se incluya a todos, que se eviten las renuncias.

La instrucción fue que nadie se salga del PRI, porque el PRI se ha convertido en el principal proveedor de candidatos independientes.

“Nos pidió actuar con una visión incluyente, de unidad. No podemos dejar que surjan más ‘Broncos’. Los tenemos que detectar a tiempo y dar espacios para que no salgan del partido, porque si nosotros lo permitimos se van a generar más candidaturas independientes”, dijo uno de los delegados, según reporte del portal notiguíaTV.

Javier Duarte y Héctor Yunes tienen otra visión. Duarte impulsa a su ex secretario de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón, cuya candidatura independiente no levanta, es desairada, sobre todo porque se trata de un ex panista mal visto por unos y por otros, por sus ex compañeros en el PAN y por los priístas que nunca lo tragaron.

Héctor Yunes juega en dos bandas. Aprovecha el conflicto —real o ficticio— con Javier Duarte y plantea la posibilidad de ser candidato independiente. O sea, iría en contra de la instrucción de su líder y mentor, Don Beltrone. La misma treta de 2010 cuando amagó por contender por la oposición y finalmente se conformó con ser senador.

A lo que llega Javier Duarte. Impolítico, visceral, ocurrente, hace todo para complicar la sucesión.

Su fobia a los Yunes es demencial. Sus pasiones, suicidas. Y en el arranque de la sucesión, provoca un clima de crispación y agravios.

Sus métodos son de pandillero, no de egresado de la Universidad Iberoamericana. Afecto a la provocación lo mismo llama “perro chihuahueño” a Yunes Linares que pescador de pantano a Yunes Landa o sangrador del pueblo, vía impuestos a Yunes Zorrilla.

En alguna cantina perdió el pedigrí el gobernador de Veracruz, afecto al trago hasta el amanecer. De los yunes, con el único que trabó proyecto fue con Héctor, su candidato para la sucesión. Tras el incidente de la caña para los “peces gordos”, esperan los priístas que la ruptura sea real. Y lo será si salen del gabinete duartista Yolanda Gutiérrez Carlín, secretaria de Protección Civil, y aquellos a quienes recomendó en cargos menores. Si permanecen en la pandilla, la ruptura es fingida.

Navega Javier Duarte en la descomposición de un gobierno que nunca cuajó, impuesto el gordobés para encubrir el gran peculado de Fidel Herrera Beltrán, para hacer de la impunidad una forma de gobierno, y para sembrar de minas el camino de la sucesión, incluido el minigobierno de dos años para frustrarle a los Yunes rojos y a los Yunes azules el sueño de gobernador Veracruz por seis años.

Otra vez Javier Duarte en un escándalo nacional.

Archivo muerto

De a tiro por viaje, Javier Duarte no da una. Asume por unanimidad Fernando Yunes Márquez la presidencia de la Comisión de Justicia del Senado, votado en el pleno, respaldado por todos. Días antes desató el gordobés una campaña demencial, suscrito un desplegado por legisladores priístas que se indignan porque al joven panista se le habría de conferir el nombramiento mientras a su padre, el diputado federal del PAN, Miguel Ángel Yunes Linares, lo investiga en calidad de indiciado la PGR por una denuncia por peculado, supuestos traslados de millones de pesos a cuentas en Estados Unidos e Indonesia, la construcción de una mansión en el Estero, municipio de Alvarado. Hizo escándalo el grupo de bufones y payasos, la broza del duartismo, y al final se fueron con las manos vacías. Como diría el filósofo Javier Duarte, ladraron como chihuahueños para suplir sus taras y carencias físicas, y cosecharon nada. Un Yunes, Fernando, el hijo del demonio azul, como le llaman en el cuartel de la fidelidad a Miguel Ángel Yunes linares, al frente de la Comisión de Justicia. No hay día que el gobernador de Veracruz no se trambuque. El karma, pues, el karma… Zozobra, angustia, el alma en un hilo. Día previo a la quincena. Martes 29, martes en que muchos ya se sienten en el aire. Acuden los empleados municipales al cajero bancario. Revisan saldos. Refleja ceros o quizá unos pesos. Saben del despido masivo por acuerdo del cabildo de Coatzacoalcos, a instancias del alcalde Joaquín Caballero Rosiñol. Se aplica entre el personal de confianza, los joaquinistas y los no joaquinistas, que ya mamaron de la ubre presupuestal, muchos de ellos sin mérito alguno, muchos pillados en actos de traición, muchos cesados por rehusarse a ser serviles. Hoy acaba el boleto de viaje bajo el argumento de que el presupuesto no da para más, aunque sí para traer a Ninel Conde y amenizar el Grito de Independencia, para pagarle a constructores fantasma, para viajar en avión privado, al estilo Marcos Theurel —“Te rompo tu puta madre”— a sabiendas de lo que cuestan los servicios aeroportuarios…

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Comentarios

  1. Porque la CIDH no encarcela al asesino de duarte???? las acusaciones directas de nadia la activista son una prueba., quien se opone a su encarcelamiento?????
    Si oos priistas se oponen entonces encarcelen a todos los priistas, son asesinos y delincuentes. Los mexicanos no queremos esta clase de gobernantes., todos los priistas cercanos a pena nieto y a salinas son asesinos, asi como cuauhtemoc gutierrez.
    Por favor CIDH llevense a esa lacra y bola de asesinos y delincuentes. priistas panistas, pvecologistas

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