México. (La Jornada). Demián Bichir asegura que su terquedad y años de picar piedra lo han llevado al lugar que ocupa actualmente en su carrera de actor.
Con una nominación al Óscar, diversos reconocimientos internacionales y nacionales, Demián se consolida cada vez más en un difícil territorio como es Hollywood, pero aún así mantiene los pies sobre la tierra.
Demián Bichir está en México para hablar de Los 8 más odiados, del cineasta Quentin Tarantino, quien hasta hace unos días se dijo que vendría también a esta capital para la promoción del largometraje que se estrenó ayer en salas mexicanas.
Lo que vivo es resultado de muchos años de picar piedra y de luchar duro. Estoy donde estoy por terco; es muy difícil que me rinda, seguramente es lo que aprendimos de mis padres, dijo.
Me siento muy contento y tranquilo, estoy envejeciendo, tal vez por eso estoy más sereno y al mismo tiempo me siento más fuerte que cuando tenía 25 años, a lo mejor porque siempre estoy activo, comentó el actor.
Oportunidad actoral y de aprendizaje
En esta etapa de su existencia, el artista mexicano nominado al premio Óscar en 2012 por su trabajo en A Better Life, valora cada oportunidad actoral, pero sobre todo de aprendizaje, como hizo ahora al lado de Tarantino, quien lo llamó para intepretar a Bob, The Mexican, en su octavo filme.
Es un director muy cariñoso, quiere mucho a sus actores, a todo su equipo. Él sólo da lo que espera de todo el mundo, que es absolutamente todo, y así es como debería ser.
Agregó que Tarantino fue generoso desde el principio: Como actor no se puede correr ningún tipo de riesgo, si no se tiene un director valiente, atrevido, que te lo permita, añadió.
Además, corre contigo al parejo, no te deja abandonado, cree en ti, por eso te ha convocado y se supone que todos estamos listos para resolver cualquier problema, señaló Bichir.
El ganador del Ariel en 1995 por la cinta Hasta morir, quien compartió experiencias al lado de figuras como Samuel L. Jackson, Kurt Russell, Tim Roth, Michael Madsen o Bruce Dern, quienes forman parte de Los 8 más odiados, resaltó la labor de cada miembro del equipo que Tarantino convocó para esta cinta.
“Siempre tiene a los mejores actores, son repartos espectaculares, muchos de ellos son figuras que he admirado toda mi vida, y luego Bob Richardson en la fotografía, que es otra leyenda en la cinematografía mundial.
Courtney Hoffman, que hace un trabajo fabuloso en el diseño de vestuario; ayudó a terminar de construir los personajes con todos los elementos que generó, las bufandas, las chaparreras, los guantes, cada elemento ayudó mucho, así que ha sido una enorme fortuna formar parte de este equipo, dijo.
Demián, quien comenzó su carrera en el teatro de la mano de sus padres y hermanos, también destacó que a pesar de buscar forjarse un camino en el cine internacional, son los proyectos los que han llegado a sus manos, pero reveló estar dispuesto a trabajar donde estén las buenas ideas.
“Una vez un director mexicano se ofendió porque me llamó para audicionar y no estaba en México, entonces le mandé películas mías. Luego viene alguien como Tarantino que sin preguntar se tira un clavado a las cosas que he hecho y después de eso me hizo la oferta y es grandioso; entonces hay proyectos que luchas muchísimo para conseguir y hay otros que llegan por sí solos.
Siempre estoy dispuesto a pelear por un buen proyecto, el problema no es geográfico, yo puedo ir a China, si hay alguno que me guste; acabo de filmar muy felizmente en México una nueva película, y así es como es, pero uno va adonde lo quieran, aseguró.
El actor también se prepara para debutar de director con Refugio, cinta que busca distribución y salida mediante festivales.
Esta nueva etapa de escribir, dirigir y armar un proyecto ha resultado maravilloso, es algo que quiero repetir; sabía que me iba a gustar y que iba a ser fácil, aunque no pensé qué tanto, entonces lo voy a seguir haciendo, concluyó.
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