¿A que le tienes miedo, Javier?/Fuera de Foco

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Nunca antes en la historia de Veracruz un acto cívico, como lo es el desfile del Primero de Mayo, se había dejado de realizar y menos por el temor de quien ocupa la silla de Palacio de Gobierno. En dicho ejercicio democrático pero sobre todo de expresión, los trabajadores tenían la valiosa oportunidad de exigir a las autoridades todas y cada una de las necesidades prioritarias de su gremio. Curiosamente, en su ya último año de mandato de Javier Duarte de Ochoa, derivado de sus constantes desatinos, del agravio financiero al que destinó a todos los sectores, a la evidente corrupción de él y sus colaboradores que en seis años incrementaron sus fortunas cuando ni acaudalados eran; prefirió esconderse a “piedra y lodo” por el temor –yo diría horror- de padecer un linchamiento [metáfora] social que lo haga verse peor de lo que ya está ante la opinión del mundo entero. Peor no puede estar un sujeto que por cobarde se esconde y no da la cara a quienes tanto ha lastimado.

Existe un grado de ingobernabilidad en Veracruz tan alarmante, que pueden ocurrir las situaciones más atroces y el jefe del ejecutivo simplemente desestimarlo.  Como lo sucedido en la ciudad de Coatzacoalcos en una de las estaciones más importantes de Petróleos Mexicanos (PEMEX) [realmente de la empresa Mexichem] la cual explotó -Clorados III de la planta de Pajaritos- y la reacción de Duarte de Ochoa fue gobernar a través de su cuenta de Twitter, espacio donde para referirse a la situación que estaban viviendo los trabajadores, se atrevió acompañar un mal sano comentario con una fotografía de una explosión en Libia y le originó el repudio mundial nuevamente.

Javier Duarte deja literalmente en el abandono tanto a los trabajadores, familiares y todo aquello que él sienta “miedo” mediático. Se esconde tal vez entre las enaguas de sus mujeres –su madre y su nefasta esposa Karime Macías- y a veces, hasta ha tenido que salir ante la opinión pública, poniendo al frente –para protegerse- a sus pequeños hijos. A ese grado es su cobardía.

Dijera Felipe Calderón: “Haiga sido, como haiga sido”. Desfile hubo por parte de los agremiados de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), la Asociación de Jubilados y Pensionados (SDTEV) delegación Papantla y Poza Rica, Grupo de Académicos de Poza Rica, la Federación Estatal de Sindicatos y Asociaciones del Personal Académico de la Universidad Veracruzana (FESAPAUV), el Sindicato Democrático de Trabajadores de la Educación de Veracruz (SDTEV), el Movimiento Popular Independiente (MOPI), la Coalición de Pensionistas Independientes del Estado  de Veracruz (Copipev). Las demandas en su contra se dieron y mientras tanto, Javier Duarte escondido nuevamente en las enaguas de sus mujeres, tal vez, llorando de rabia. Siente que nadie lo respeta ya, ni sus protegidos, que ya lo abandonaron.

¿Quién podría profesarle respeto cuando ha lastimado tanto a las familias veracruzanas? El gobernante lleva en su haber todo el dinero que se ha robado del estado, pero también sus manos, están llenas de la sangre de todos ciudadanos que han muerto a consecuencia de su lastimoso y mal logrado mandato. Lleva en un costal, todo el dolor de los familiares de desaparecidos quienes ahora rascan con sus propias uñas el suelo del cementerio clandestino más grande del mundo [Veracruz] para sacar restos humanos. 15 fosas llevan en tan sólo unas semanas, donde han encontrado 300 fragmentos humanos y a los que los escáner visual del peor fiscal [Luis Ángel Bravo Contreras alías “El Fisculín”, “El Proculín” o “El Culín”] sin prueba alguna, sólo porque los ve, argumenta que son restos de animales muertos.

¿Qué hace Javier Duarte para impedir tal agresión social? Ordena a su secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita para que los ataque, como lo hizo en contra de Aracely Salcedo, integrante activa de la Brigada Nacional de Búsqueda de Familiares Desaparecidos y madre de Rubí Fernanda Salcedo Jiménez. Ordena –como su cobardía se lo dicta- que la violenten y le envía un comando armado con logotipo de la SSP para la rodeen y le corten cartucho y con ello, intentar amedrentarla. Tal vez la intención de Duarte era “levantarla”, pero sus intenciones se vinieron abajo porque ella nunca anda sola.

Aracely Salcedo es la mujer que más detesta desde su más profundo y expansivo interior de su ser. No le perdona la embestida en Orizaba, en donde ella le reclamó públicamente la falta de compromiso de su parte y su caricatura de fiscal –ese mismo que utiliza el poder “autónomo” de la dependencia a su cargo para fabricar, para calumniar y para encarcelar a quienes transgreden sus intereses- y en el cual salió un video que le dio la vuelta al mundo. No le perdona que lo haya expuesto de la forma que lo hizo. No le perdona que escave y escave, para evidenciar a todos los que él ha matado indirectamente por su mal gobierno. Aunque “el nutrido” gobernante no se percata que quien se ha agredido a sí mismo realmente, es su cobarde, corrupta y mal nacida forma de gobernar Veracruz.

Veracruz marcha sólo con su dolor. Marcha con sus trabajadores agraviados, marcha con los académicos, estudiantes y personal administrativo de la Universidad Veracruzana a quienes les ha robado más de dos mil millones de pesos. Marcha con las familiares de desaparecidos que le demandan que su remedo de fiscal, haga su trabajo y no estibe en el Semefo de la dependencia los cuerpos de personas localizadas muertas en algún paraje, localizadas en las fosas clandestinas pero de las cuales “Fisculín”, sin el mínimo respeto a sus memorias, simplemente los esconde para no identificarlos. Les niega hasta eso a los ciudadanos veracruzanos que desesperados buscan a algún familiar. Marcha con sus ancianos a los que no le ha pagado sus pensiones.

Javier Duarte se esconde y se hunde en su propia inmundicia. Se esconde porque siente temor ser linchado mediáticamente. Cuando se vaya, lo único que lleva consigo es dinero robado, pero sabe que tiene que huir, esconderse, porque su “carrera” política está acabada y le están profesando que su próxima casa, será la cárcel.

Javier Duarte le “urge” que su más fiel lacayo –Héctor Yunes Landa- quede de gobernador, de esa administración que él también allanó convirtiéndolo de un período de seis años a dos. Porque temía que su más acérrimo enemigo –Miguel Ángel Yunes Linares- llegará al poder y no le concedería un gobierno de ocho años para supuestamente “homologar”, provocando que los Veracruz paguen más dinero por las contiendas electorales. Necesita que su servil candidato, lo proteja. El problema es que el sujeto no levanta, la gente lo rechaza. Por ello, Héctor Yunes Landa tiene que cargar con sus acarreados a todos los lugares en donde se presenta. No son ciudadanos, son acarreados acumulados de diferentes puntos de Veracruz. Un poquito del sur, otro poquito del centro, otros del norte, para engañarse así mismo, porque el pueblo no está ciego.

P.D. Recuerden que sólo hay tres candidatos reales a contender para la gubernatura y las diputaciones locales en Veracruz. PRI, PAN-PRD y Morena. Los demás son candidatos de “prepago” de Javier Duarte para dividirle el voto a los panistas-perredistas y morenos. La abstención y el darle un voto a estos, beneficias al PRI involuntariamente. Recuérdalo.

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