Discursos de terror y concordia en las presidenciales estadounidenses/ Matices

The attacks on our police, and the terrorism in our cities, threaten our very way of life[.] This is the legacy of Hillary Clinton: death, destruction, terrorism, and weakness[.] I have a message to every last person threatening the peace on our streets and the safety of our police: When I take the oath of office next year, I will restore law and order to our country.
(Republican presidential candidate Donald Trump, Republican Convention, Night 4, July 21st, 2016)
[A]ny objective observer will conclude that — based on her ideas and her leadership — Hillary Clinton must become the next president of the United States.
(Senator Bernie Sanders, Democratic Convention, Night 1, July 25th, 2016)
La semana pasada (del lunes 18 al jueves 21), fuimos convidados, desde Estados Unidos, de arengas de odio, rechazo y amenaza. La convención nacional del Partido Republicano, donde fue ungido como candidato presidencial el polémico millonario Donald Trump, dejó en México y en los mexicanos una justificada desazón, pues las varias alocuciones desplegadas en la ciudad de Cleveland, Ohio, dejaron en claro una cosa: de llegar a la presidencia del país más poderoso del mundo, Trump lanzará una serie de iniciativas que lastimarán intereses no sólo de quienes vivimos en este lado, sino tal vez de manera más pronta, de connacionales residentes en aquél país.
Aun más, el discurso exclusionista, racista y misógino del candidato republicano genera preocupación e incertidumbre en todo el orbe. Negros, amarillos, latinoamericanos, musulmanes, del interior y fuera de Estados Unidos han recibido la cuota de odio y la advertencia punitiva de un personaje que presupone llevar en la sangre pureza y supremacía racial, y en torno al cual otros compartiendo tan malsano pensamiento, creen que su momento ha llegado. Que es tiempo de recuperar “América para los americanos”, expeliendo “impuras” razas, creencias e inclinaciones de diferente matiz.
Para la inevitable vecindad con México, el “impoluto” Trump tiene una solución: construirá un muro que impedirá llegar a Estados Unidos y que será pagado por los propios mexicanos… ¡Ajá! Y es que para el empresario mal venido a “político” y ahora candidato presidencial, los males actuales de su país han sido causados por los mexicanos, quienes contienen los genes del robo, el narcotráfico, y la pereza.
Lástima, Mr. Trump y afiebrados seguidores que votarán por usted. Qué poco conocen la historia de su propio país. O acaso la obvian a propósito, pues ha sido gracias a la contribución de migrantes, de acá y de los más diversos rincones del planeta, como Estados Unidos ha construido su grandeza. No ha sido con medidas de encerramiento, sino de pluralidad e inclusión, como ese país ha llegado a posicionarse en el mundo.
La esperanza parece renacer con la Convención del Partido Demócrata, que inició este lunes 25. Pese a nubarrones de desencuentro que hicieron a algunos pensar en el desmoronamiento de la candidatura presidencial de Hillary Clinton por el asunto Wikileaks (pero que, por lo menos, le pasó factura a la presidenta de la Comité Nacional Democrático, Debbie Wasserman), la alocución del senador independiente Bernie Sanders (Vermont), donde expresó decidido apoyo a la Sra. Clinton, parece tender una oportunísima mano de legitimidad a la inminente candidata. Pero eso no es todo; las intervenciones de diversos oradores, donde destacan las de la aún Primera Dama, Michelle Obama, la senadora Elizabeth Warren (Massachusetts), y el propio Sanders, no dejan lugar a duda que la agenda demócrata se encuentra en el polo opuesto de la republicana. Para empezar, coloca en sitio principal objetivos de justicia social, económica, y ambiental; trato igualitario entre mujeres y hombres; respeto a la pluralidad de preferencias sexuales; y educación pública gratuita. Y algo fundamental: unión. Porque, “Unidos somos más fuertes”, se manejó en los discursos. Los demócratas ofrecen cambios sumando, no restando como pretenden hacer los republicanos; y eso hace una gran diferencia.
La presidencia de esa poderosa nación se define en noviembre. Si bien en algunas geografías los aires de aislamiento toman forma (el Brexit, para no ir muy lejos), confío en que los votantes estadounidenses tomarán la mejor decisión, por el bien propio y del resto del mundo (hay que asumirlo) y no votarán por una ególatra anti-político. Pronto lo sabremos.
@RicSantes

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