Rodolfo Herrera/ Vivir en el Golfo
Los asesores presidenciales aconsejaron al mandatario Enrique Peña Nieto, que previo a su cuarto informe de gobierno, saliera a presumir logros ajenos de aquellos mexicanos que han destacado en equipo o en forma individual en algún área, pero a final de cuentas se trata de triunfos que se han dado sin apoyo gubernamental.
Y tal parece que los gobernantes, en su afán por dar a conocer el mejor aspecto de su administración, siguen siendo presa fácil de los “analistas”, “expertos”, “politólogos”, “soplanucas” o “asesores” que según ellos luego de un estudio, les indican lo que deben salir a decir para echarse a la bolsa el apoyo popular.
Nada más falso, a eso se le llama fraude y debería configurarse en un delito, porque al final de cuentas la millonaria suma que obtienen por exponer al ridículo a un funcionario, se paga con el impuesto, producto del sagrado sudor de millones de mexicanos.
Y lo peor, ahora está de moda traer una que otra chucha cuerera del extranjero, principalmente de España, digo, eso tendría una explicación útil si las cosas allá funcionaran mejor, pero al parecer allá están igual del nabo que aquí ¿Entonces dónde encuentran el beneficio los políticos?
Para el cuarto informe de gobierno presidencial, expusieron varios promocionales en radio y televisión con el tema “Lo bueno cuenta mucho”, donde se ve aun mexicano o mexicana a cuadro explicando brevemente el camino para triunfar.
Hay que reconocer que el trabajo está bien hecho, porque entre tantas malas noticias, nos llena de orgullo ver que los mexicanos salen adelante en condiciones desiguales y adversas.
Pero el afecto se desvanece en cuanto la cámara se amplia y se ve que la persona que antes estaba en close up, se lo está contando nada menos que al presidente de la república que dice: “Sabes qué, lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho”. Mmmm
Cuando de chamaco trataba yo de quedar bien con algo que otro hacía, la filósofa de la montaña salía al paso de inmediato y me corregía: “mijo, no hagas caravana con sombrero ajeno”.
Y eso es lo que estamos viendo, los promocionales de presidencia resaltan logros de mexicanos buenos, valientes, decididos, aferrados al deseo de triunfo, pero que en su arduo y difícil camino no contaron con el apoyo de nadie, solo acompañados de la solidaridad de sus maestros, de su equipo, del amor de sus familiares, pero del gobierno no hay nada.
En unos cuantos días el presidente Enrique Peña Nieto habrá de rendir su cuatro informe de gobierno, pero será bajo la sombra del incremento al precio de los combustibles, de las gasolinas, de la energía eléctrica, del desvanecimiento del peso ante el dólar, del alza de precios, de los bajos salarios, del escaso crecimiento, de los enfrentamientos en el sur del país, pero de eso no habrá comentario.
De eso, los succionadores del presupuesto saldrán a la defensa, mientras los legisladores, diputados y senadores del PRI, PAN, PRD, Morena y la menudencia que les acompaña, ya no saldrán a abarrotar los cafés con sendas conferencias de prensa, como lo hicieron para vanagloriarse de las reformas que no sirvieron.
Simplemente continuarán con lo que han estado haciendo en los últimos días y que por cierto les sale muy bien, permanecerán callados.
AMORES QUE MATAN
La secretaria general del PRI nacional, Carolina Monroy, se tiró el disparate de la semana, dijo que hay “un ejército de aliados leales que defenderán el proyecto de nación del titular del ejecutivo Enrique Peña Nieto”, “No permitiremos un sólo agravio más al señor Presidente de la República”, gritó esto acompañada por legisladores de su partido y funcionarios que escucharon su discurso con motivo de su informe de labores en el tricolor. Por supuesto que un reto así trajo consecuencias inmediatas y la crítica en redes sociales aumentó. Vaya apoyo de la dirigente priista.
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