“El presente Decreto abroga el Decreto que emite la Carta Matrimonial del Estado de Veracruz, publicado el veinte de febrero de dos mil diecisiete en el número extraordinario 072 de la Gaceta Oficial, órgano del Gobierno del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave, quedando vigente la Carta Matrimonial Veracruzana, publicada bajo el número 175, de veintiocho de julio de dos mil seis, modificada a través del Decreto publicado en el número extraordinario 06 de fecha siete de enero de dos mil nueve”.
Por ello a partir de este lunes los oficiales del Registro Civil del estado de Veracruz volverán a leer la “Carta Matrimonial Veracruzana” cuya autoría corresponde a la licenciada Graciela Patricia Berlín Mendoza, quien la escribió en 2006 para un concurso convocado por el Gobierno del estado y que entró en vigor el 28 de julio de ese año mediante el Decreto 175.
Esta decisión se produce el mismo día en que los católicos agrupados en el Movimiento “Sí vida, Sí familia” había protestado porque en la nueva carta no se hablaba de la unión de un hombre y una mujer, sino de dos personas (entendiéndose que no importa si son del mismo sexo) que da origen al llamado “matrimonio igualitario”, que se encuentra vigente en la Ciudad de México.
La anterior carta insistía en el cliché de «hombre protector» y «mujer sumisa». Fue un cambio positivo. Es una verguenza que se vuelva al pasado, a una carta reconocida por la Suprema Corte como inconstitucional, sólo por la presión de un Lobby que ya logró criminalizar y meter en la cárcel a niñas y a mujeres que quisieron abortar el producto de una violación, o con malformaciones. O peor, mujeres muertas porque no pueden abortar incluso cuando el embarazo hace peligrar su vida. Por mal camino vamos aceptando los preceptos de la santa inquisición del siglo pasado.