Por Juan Antonio Valencia/
Veracruz, Ver.“Tiene que abrirse el suelo veracruzano, porque yo creo ha de ser el hervidero de esqueletos por donde quiera”, dijo el sacerdote Alejandro Solalinde en entrevista con medios estatales y naciones la mañana del martes 17 de mayo de 2011.
El ahora prófugo ex gobernador, Javier Duarte de Ochoa lo llamó loco y exagerado, negando en todo momento esa posibilidad. A casi seis años, esa declaración, tiene una gran verdad; Solalinde tenía razón.
El encargado del albergue del migrante en Ixtepec, Oaxaca, Alejandro Solalinde Guerra, nominado en la actualidad al premio Nobel, afirmó en ese entonces, que Tamaulipas, Durango y Coahuila “son sólo una pálida sombra de Veracruz” en cuanto a las fosas clandestinas, ya que, recordó, ese estado es donde se perfeccionó la desaparición de migrantes.
Aunque se refería a migrantes, la presunta autoría del narco en la instalación de cementerios clandestinos en Veracruz, es un hecho que hoy lastima.
En los últimos meses fueron exhumados de panteones clandestinos en Tetelcingo, Morelos, 117 cuerpos; en San Fernando, Tamaulipas, 196 restos humanos, en Iguala, Guerrero, 131 y en Colinas de Santa Fe en Veracruz 253 restos humanos, sin contar panteones clandestinos en Acayucan, Coatzacoalcos, Minatitlán y otros puntos de la zona centro y norte del estado.
En Coahuila se localizaron 78 fosas clandestinas, y aunque se menciona que podría ser el mayor sitio de osamentas, el número de exacto no se ha podido determinar, debido a la fragmentación de los restos óseos.
Veracruz pues, sería la mayor fosa clandestina en América Latina, y también en el mundo por asesinatos cometidos por el narco y la utilización de fosas en la clandestinidad.
Hasta el momento el grupo no gubernamental “Solecito” es quien está a cargo de las investigaciones, junto con la Fiscalía de Veracruz, y aun cuando solo ha localizado 125 fosas con restos humanos, consideran llevar solo el 40 por ciento de lo que se prevé existe en Veracruz.
Estas personas son las que debe uno cuidar por que hablan con la verdad, arriesgan su vida me gustaría que este tipo de persona gobernara un municipio o un estado tienen todo para hacerlo sobre todo la honestidad y recuerden un gobernante no es solo el, es todo un pueblo la persona que se pone como gobernante es para que facilite las cosas pero no para que. Se sienta dueño y con poder menos que sea rata, deberíamos de aprobar leyes de pena de muerte para aquellos que manejan grandes cantidades de dinero y que por irresponsables o ratas mucha gente queda endeudada por ellos es injusto no creen, una cadena perpetua, inyección letal, silla eléctrica y verán que se acabaran las ratas… Claro aparte devolviendo lo robado.