Próximamente el CUEC será Escuela Nacional de Cinematografía

Mónica Mateos-Vega

Ciudad de México. (La Jornada). Ninguna escuela de cine del mundo apoya los proyectos de sus alumnos como lo hace el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el más antiguo sitio de formación de cineastas de América Latina.

Así lo considera la directora del plantel, la cineasta María del Carmen de Lara, quien anuncia que dentro de pocos meses el CUEC se convertirá en la Escuela Nacional de Cinematografía, para enriquecer aún más la oferta educativa que desde su fundación, en 1963, ofrece a los jóvenes interesados en ser profesionales del séptimo arte.

De ahí han egresado reconocidos y multipremiados cineastas como Jorge Fons, Jaime Humberto Hermosillo, Alfredo Gurrola, Issa López, Fernando Eimbcke, Juan Mora Catlett, Emmanuel Lubezki y Alfonso Cuarón.

A poco más de tres años de haberse mudado a Ciudad Universitaria (dejando sus antiguas instalaciones en la colonia Del Valle), el nuevo edificio del CUEC es un hormiguero de creatividad.

Por los patios se observa a varios grupos de jóvenes filmando sus ejercicios, en la entrada principal hay una exposición, en la sala de cine para 102 espectadores se proyectan los documentales realizados por estudiantes con el apoyo de la Universidad de Arizona (que reseñóLa Jornada el 10 de marzo de 2017), mientras en otras áreas los maestros muestran cómo funciona la digitalizadora de filmes de 35 mm, la nueva consola de sonido, o trabajan en la edición del audio de la opera primade los futuros egresados.

Reinventar un proyecto

De Lara cumple año 10 meses al frente de la institución. “Llegué a reinventar un proyecto ya consolidado –explica en entrevista con este diario–, en un momento afortunado, porque estamos ya en el campus universitario. Tanto para los profesores como para los alumnos es muy importante darnos cuenta de que somos parte de la UNAM, que tiene convenios y preocupaciones internacionales.

La idea es empezar a tener becarios en otros países. También llegué a terminar el edificio, a hacer ciertas compras para tener más equipo y a concluir cuatro películas, entre ellas las operas primas Marakame,que ganó en Morelia, e Historia negra del cine mexicano, documental. Ambas se difunden en varios festivales, y recién acabamos otras dosoperas primas, ya bajo mi coordinación: Mente revolver y Rita.

El CUEC tiene muchas pistas, es como entrar a una producción que no termina nunca. Estos meses han sido de trabajo muy fuerte, pero también muy interesante, porque es un privilegio la manera en la que se produce aquí, en ninguna escuela del mundo se apoyan los proyectos como en este centro, por supuesto todo con el respaldo de nuestro Consejo Asesor, integrado por los maestros decanos Jorge Ayala Blanco, Mitl Valdez, Juan Mora y Mario Luna.
La primera generación de la licenciatura en cinematografía ingresó en 2015, “era el anhelo de muchos de los que estudiamos aquí. Formalizar la academia siempre implica un reto muy fuerte, porque hay una demanda de muchos jóvenes que quieren hacer movilidad, intercambio, irse a maestrías. Para quienes egresamos del CUEC cuando no era licenciatura fue muy difícil acceder a otras preparaciones. Ahora que logramos formalizar ese nivel de estudios tenemos que ajustar muchas cosas, como la maestría en documental que existe desde hace cinco años. Queremos abrir una maestría en guión, y a largo plazo otras licenciaturas en distintos campos de conocimiento del cine.

“Para concretar todo ello necesitamos ser escuela. Hay una serie de pasos que debemos cumplir. Para empezar, integramos colegios, está el de fotografía que lo presiden los maestros Luna, y Antonio Ruiz, así como el colegio de sonido, para lo cual la UNAM hizo una inversión importante al adquirir una consola inglesa, la primera en su tipo en América Latina.

“También tenemos el colegio de posproducción, en el cual intervienen temas como la animación; esa podría ser una licenciatura más adelante. También el diplomado de música para cine lo vamos a crecer a maestría, en colaboración con la Facultad de Música.

“Al ser escuela, pensamos en incluir un año de especialización para fortalecer las tesis fílmicas y nuestro programa de operas primas que es muy fuerte, porque de alguna manera participamos en esas cintas como un productor ejecutivo.”

Memoria fílmica

Precisó: “Históricamente el CUEC ha producido memoria fílmica, con películas como El grito. El sello de los contenidos que producen nuestros alumnos es, y espero que siga siendo siempre, su vínculo con lo social, con las problemáticas, con las demandas de derechos. Los profesores pertenecemos a una generación que ha luchado por la construcción de derechos civiles.

“Sobre todo –reitera la directora–, las nueves generaciones del CUEC deben egresar con un sentido ético, para entender, en la aproximación al documental, cuál es el compromiso que se tiene con alguien que te presta su historia. Pero también cuál es el compromiso cuando se hace una película de ficción, en términos del trabajo de guion.

En ese sentido hemos fortalecido mucho la idea de que no utilicen estereotipos que denigren la imagen femenina o a los personajes de otras opciones sexuales. Esa es la ética en la manera de expresar todas las preocupaciones del país mediante el séptimo arte.

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