La crisis del gremio periodístico

El gobernador del estado de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, dice que la permanencia de la Comisión Estatal para la Atención y Protección (CEAPP) corresponde a los propios periodistas. No a él ni al Congreso del Estado. Lo asombroso de ese comentario es que jamás el mandatario estatal ha considerado -ni por error- la posibilidad de atender realmente el sentir del gremio periodístico, que en su mayoría, prefieren la desaparición de dicho elefante blanco. Más en la actualidad, que existe la duplicidad de funciones por parte de ésta comisión ya que se determinó por medio de un juez, que todos los temas relacionados con los periodistas y la libertad de expresión, serán atendidos directamente por la Procuraduría General de la República (PGR) a través de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra de la Libertad de Expresión (FEADLE).

Lo más lamentable y vergonzoso del tema en cuestión, es la fractura que existe entre los propios periodistas que ponen en tela de juicio el alertamiento que haga algún colega que se encuentra solicitando la intervención de la CEAPP, ante un hecho de violencia u hostigamiento en su contra. Intereses personales que hacen que hasta se desgarren las vestiduras a favor de éste elefante blanco. Muy sospechosa actitud cuando sabemos que muchos no lo hacen de manera gratuita. Su opacidad como “organismo”, que vela por los “intereses” de los periodistas, es tan cuestionable como lo fue en su momento la integración de quienes estarían al frente de la comisión.

Les cuento: Una colega del municipio de Jáltipan, alertó el pasado sábado 01 de abril del 2017 aproximadamente las 18:00 horas, sobre la amenaza que estaba ejerciendo hacia su persona la presencia de un sujeto, el hombre se encontraba acechando dentro de su propiedad [en el patio de su casa], en forma de vigilancia. Lo expuso a la enlace de prensa de la CEAPP, Rafaela Sayago Carballo con pertinencia. Alude la periodista, que la encargada del área de comunicación le dijo que “el área correspondiente” haría el contacto con ella vía telefónica para las medidas que se aplicarían para atender su caso.

Desafortunadamente para la periodista, nunca nadie se comunicó con ella, ni ese sábado, ni el domingo, ni el día de hoy, lunes. Su reacción natural por parte de ella es mostrar su molestia en la red que se mantiene en el gremio y creado por la propia CEAPP. Cuestionó el papel de la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas y expuso su caso para que todos estuviéramos informados. La reacción de muchos, fue inesperada. La enlace de prensa molesta, dijo que el asunto había sido atendido con “oportunidad” e indicó que su tarea dentro de la CEAPP es la de ser responsable del área de comunicación y no era comisionada. Que ella dio por enterada al área correspondiente y que si habían hecho caso omiso, no era de su responsabilidad. Hasta cierta forma, muy cierto. Pero también no estaba demás que hubiera ejercido la presión necesaria para que los responsables de atender a la compañera, en verdad lo hubieran hecho. También el considerar la posibilidad de verificar que la periodista se encontrara bien en ese momento tan difícil para ella.

La periodista de Jáltipan expuso:

“Hace unos días me sentí vulnerable en casa, solicité la intervención de ésta honorable Comisión. Rafaela se limitó a responder por WhatsApp y dejarme en visto en los demás (había elementos para iniciar el apoyo y lo sabe) (…) Hasta el momento nadie me ha brindado el apoyo ante mi situación, por ello, determiné poner mis propias medidas de seguridad (…) Decir lo que sucede de ésta institución que solo vive de nuestros impuestos y que no nos está ayudando como lo deseamos (…) Se necesita de gente que conozca nuestras carencias y necesidades”, acusó la periodista de Jáltipan.

Lo curioso [además indignante] es que cuando la periodista alertó a otros colegas sobre lo sucedido e hizo su denuncia sobre la falta de compromiso de tanto el secretario ejecutivo, Jorge Morales Vázquez como de la presidenta, Ana Laura Pérez Mendoza, muchos, en vez de apoyar  a la colega, iniciaron una campaña en pro a la enlace de prensa y los representantes de dicha comisión. Hasta hubo quien, se atrevió a descalificar a la compañera, aludiendo: “Yo solo diré una cosa: hay quienes conocemos a  la compañera y otros no. Buen día a todos”. Comentario innecesario y burdo, más cuando se considera que el gremio debería ser el primero de apoyarse unos a otros de manera automática. Desafortunadamente los “intereses” entre los colegas se interponen ante un alertamiento de quienes sufren algún tipo de amenaza que pone en riesgo su integridad física y el de sus familias. Al parecer, el hacerlo  es considerado como una ofensa para algunos del propio gremio quien descalifica y prefiere el engaño, la opacidad y hasta la calumnia.

La presidenta de la CEAPP, a Ana Laura Pérez Mendoza, negó los hechos advertidos por la colega de Jáltipan y aseguró que el director del área se puso en comunicación con la periodista. “Se solicitó el patrullaje y hoy se reitera la medida (…) No es que no se intervenga, pero se hace ante elementos sólidos (…) En resumen, y lo puedes ver, se atendió, aunque no exactamente como ella quiere”.

En una comunicación directa con la colega, advirtió que hasta el cierre de esta columna, nadie, absolutamente nadie de la CEAPP han  entablado comunicación con ella y que jamás existió patrullaje alguno a su domicilio ni el sábado, ni ayer domingo, ni tampoco el día de hoy. ¿Quién miente? A mi parecer, la agraviada no tendría por qué falsear sobre la falta de sensibilidad de la CEAPP para atender su alertamiento. El negligente actuar es natural en un ente el cual no ha hecho absolutamente nada para reformar la ley que la sustenta y así impedir que sea institución que simula “vigilar” a sus “protegidos”. No se ha interesado en establecer las bases jurídicas necesarias para realmente ser una comisión que defienda los derechos de los periodistas y la libertad de expresión. Como tampoco ha hecho nada para impedir que sea el gobernador del estado quien imponga a sus representantes, convirtiéndola en una agencia de colocaciones.

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