Cinco años de impunidad para Regina

Cinco años han transcurrido desde aquel fatídico día, cuando se descubrió el cuerpo inerte de una de las mejores plumas en el estado de Veracruz. Regina Martínez Pérez, corresponsal de la Revista Proceso, yacía en su residencia ubicada en la ciudad capital con la saña de haber sido torturada y posteriormente asesinada. Una pérdida no tan solo humana, sino que representó el menoscabo del buen periodismo en Veracruz, pues sus investigaciones siempre fueron una radiografía de los actos de corrupción política y además un descanso para los derechos humanos, el activismo  social –vapuleado también por el sistema político- y sobre todo, sus investigaciones periodísticas iban siempre concentradas en el trasiego de drogas por parte de los narcotraficantes y el  encono de este, en contra de la sociedad civil.

La carpeta de investigación abierta con relación a su asesinato, se encuentra literalmente congelada. Dicho acto nos hace pensar que actualmente la Fiscalía General del Estado de Veracruz (FGE), a cargo de Jorge Winckler Ortiz, debe de contar con una línea directa de quien fue realmente el autor intelectual que ordenó ejecutar dicho asesinato y que por los “acuerdos” políticos, se ve obligado a no continuar con dicha investigación. La omisión siempre antes de la obligación.

No es gran ciencia para quienes nos dedicamos a la investigación, que un ente como la FGE no pueda contar con los elementos necesarios para conocer a quien en el 2012 le molestaba ésta gran pluma.  Pero en vez de avanzar y dar con el verdadero asesino, abonan a la impunidad para que jamás se dé a conocer a la luz pública el nombre de esa persona, que en la plenitud del “pinche poder”, ordenó acabar con la vida no tan sólo de ésta gran periodista, sino de un excelente ser humano como lo fue, Regina Martínez Pérez.

Antes de ella, Noel López Olguín, asesinado el 1 de junio del 2011 en Jáltipan; Miguel Ángel López Velazco –columnista del rotativo Notiver- y con él, su hijo, Misael López Solana y su esposa, Agustina Solana fueron asesinados el 20 de junio del 2011; Yolanda Ordaz de la Cruz, levantada, asesinada y posteriormente arrojada en calles del municipio de Boca del Río con señales de cobarde tortura el 26 de junio del 2011. Después, siguió el asesinato de Regina Martínez Pérez, siendo la periodista número cinco de 19 que enlistaron el nefasto y corrupto paso de Javier Duarte de Ochoa en el poder.

Posterior, continuaron los asesinatos de colegas y muy curiosamente en contra del diario local el Notiver. El 03 de mayo del 2012 –seis días después del asesinato de Regina- en el canal de aguas negras “La Zamorana” se encontraron cuatro bolsas negras y en ellas, yacían los cuerpos desmembrados de Guillermo Luna, Gabriel Huge y Esteban Rodríguez, junto con la pareja sentimental de uno de ellos, Irasema Becerra; el 14 de junio del 2012 –a un mes del multihomicidio en la Zamorana-, se localizó otra bolsa negra atrás del rotativo Diario de Xalapa en donde se encontraba el cuerpo del periodista y director del portal de noticias Reporteros Policíacos, Víctor Manuel Báez Chino; Gregorio Jiménez de la Cruz, periodista de la fuente policíaca, fue secuestrado el 06 de febrero del 2014, siendo hasta el 11 –cinco días después- cuando fue localizado su cuerpo en la colonia José María Rosado, en Las Choapas.

Hasta ese momento, en el gobierno de Javier Duarte a través de su ese entonces procurador de Justicia, Amadeo Flores Espinosa, jugaban con la inteligencia de los periodistas que se encontraban indignados por la secuela de crímenes que este régimen se encontraba protagonizando. Campañas de repudio en contra del malogrado gobierno corrupto se llevaron a cabo a nivel nacional e internacional, no descansaron en exigir la garantía al derecho de informar por parte de la prensa veracruzana.

El 02 de enero del 2015, una llamada de Jorge Sánchez Ordoñez me alertaba sobre el secuestro de su padre, Moisés Sánchez Cerezo, quien fue sacado de su domicilio por grupos supuestamente delincuenciales, pero que según los testimonios obtenidos, fueron elementos de la Policía Intermunicipal de Medellín de Bravo –lugar donde residía el periodista del semanario “La Unión, la voz de Medellin”- quienes lo desaparecieron y participaron en su asesinato. El 04 de mayo del 2015, se conoció sobre el asesinato de Armando Saldaña Morales, quien fue levantado en el estado de Veracruz; su cuerpo fue localizado en cañaverales de Acatlán de Pérez en el estado de Oaxaca; Juan Mendoza Delgado, fue levantado el 30 de junio del 2015 y posteriormente localizado en la carretera federal Santa Fe-San Julián con signos de tortura y con los ojos vendados; Rubén Espinosa Becerril, fotoperidista, huyó a la ciudad de México  luego de reportar que mantenía una “sombra” que lo acompañaba a todos los lugares que él asistía. Totalmente abandonado por la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas (CEAPP) –elefante blanco creado y manipulado por Javier Duarte de Ochoa y en la actualidad por Miguel Ángel Yunes Linares- decidió autoexiliarse y fue hasta 01 de agosto del 2015, que fue asesinado junto con Nadia Vera –activista social que también huyó de Veracruz-, Mile Martín, Yesenia Quiroz y Alejandra Negrete; su caso fue internacionalmente conocido como el multihomicidio de la Narvarte. El 13 de agosto del 2015, el ex corresponsal de la empresa Televisa, Juan Heriberto Santos Cabrera fue asesinado luego de una balacera que se protagonizó en un bar de la ciudad de Córdoba;  Anabel Flores Salazar, periodista de la zona de Córdoba, fue raptada en el interior de su domicilio el 08 de febrero del 2016 y posteriormente, localizado su cuerpo tirado a una cuneta en el kilómetro 1+580 de la carretera Cuacnopalan-Oaxaca; Manuel Torres González, ex corresponsal de TV Azteca, asesinado el 14 de mayo del 2016 a las afueras de su domicilio con un tiro en la cabeza en el municipio de Poza Rica; Pedro Tamayo Rosas, asesinado el 20 de julio del 2016 en Tierra Blanca afuera de su domicilio.

En la administración de Miguel Ángel Yunes Linares, existen un periodista asesinado, Ricardo Mounli Cabrera -19 de marzo del 2017 y uno más atacado con cinco impactos de bala cuando salía de su domicilio, Armando Arrieta Granados -el pasado 29 de marzo-, el primero periodista de la zona centro del estado y el segundo, en el municipio de Poza Rica. El común denominador de las investigaciones de todos y cada uno de los asesinados y atentado: la impunidad.

El inhumano Poo Gil

Trabajadores del hoy extinto Sistema de Agua y Saneamiento (SAS), reportan sobre el fallecimiento del señor Óscar Morales, quien contaba con 43 años de edad, originario de la localidad Playa de Vacas municipio de Medellín de Bravo, quien pereció por un paro cardíaco producto de un padecimiento en el riñón. Indican que derivado del desempleo que no tan sólo a él le originó el alcalde de Veracruz, Ramón Poo Gil, sino a mil 500 trabajadores sindicalizados, éste perdió el seguro del IMSS y con ello, la posibilidad de continuar su tratamiento, el cual lo llevó a la muerte.

En una carta expuesta a través de las redes sociales al gobernador del estado, Miguel Ángel Yunes Linares por los trabajadores sindicalizados, indican lo siguiente:

“Sr. Gobernador Miguel Ángel Yunes Linares: Los trabajadores del SAS hoy despedimos a un gran compañero, amigo, hijo, padre, esposo, hermano pero sobre todo una víctima más de la corrupción y del desempleo que nos dejó Duarte de Ochoa, y murió con la esperanza de ver que llegando usted haría justicia (…) La pregunta para usted es ¿Qué tiene para que usted voltee a vernos? ¿Cuántos más tenemos que morir para que usted se preocupe por nuestra situación? Porque le recuerdo que también somos personas que mantenemos a una familia. Y también a nosotros nos robaron nuestro trabajo y nuestro dinero (…) Le recordamos que aquí estamos y aquí estaremos siempre defendiendo nuestros derechos, esperando a que se haga justicia aunque con esto, también esperaremos la muerte (…) Atentamente Trabajadores del SAS”.

Este ex trabajador del SAS deja en la orfandad a una niña de 13 años y un pequeño de seis. La pequeña, mantiene un grave problema en el corazón y pese a las complicaciones de salud que Óscar Morales mantenía, trasladaba a su hija a la ciudad de México para su tratamiento. Su esposa, tendrá serios impedimentos económicos para poder seguir ayudando a su pequeña ahora que su pilar, falleció y que le pueden también originar su muerte.

“En este momento ya van cuatro compañeros que han muerto. Óscar Morales tenía problemas con su riñón (…) Al quedar desempleado se quedó sin servicio médico del IMSS y eso complicó todo (…) Me cuentan sus familiares que debido a que no contaba con un seguimiento médico con relación a su padecimiento y por el desempleo y la pérdida del seguro se le fue complicando (…) Se empezó con dolores, originando que su familia lograra internarlo en el Hospital de Boca del Río, pero ya tenía desbaratado los riñones y por los mismos dolores le dio un paro cardíaco”.

Esperemos que de esto Ramón Poo Gil se sienta orgulloso. Y esperemos que esta muerte le sea suficiente al gobernador de la entidad para hacer conciencia sobre el atropello y la deshumanizada acción de un ser sin escrúpulos como lo es el alcalde de Veracruz. Esperemos también que ya pueda por fin tomar cartas en el asunto y no seguir cerrando los ojos a este problema. El ejecutivo estatal argumenta que es un problema entre “particulares”, cuando todos sabemos que SAS no era una empresa privada sino que era total y absolutamente controlada por los gobiernos priístas y panistas.

Es muy tentador pretender hacer negocio con el suministro de agua a la ciudadanía, pero lo que si le recordamos que pretender sacar provecho de esto, violenta la propia Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y hasta tratados internacionales que protegen este recurso natural que es propiedad de los habitantes de ésta soberanía. Estamos hartos de los abusos de poder que transgreden el derecho de las sociedades, por lo que, navegar de “muertito” y argumentar que no es su problema, lo hacen verse tan inhumano y falto de conciencia como lo hizo en su momento el ex mandatario y hoy delincuente número uno del estado de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa.

 

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