Impunidad cáncer en procuración y administración de Justicia

En México la justicia no solo está ciega, sino también coja, manca, sorda y lo que sigue
- en Opinión

“La justicia, aunque anda cojeando, rara vez deja de alcanzar al criminal en su carreraHoracio

Inicio así este artículo porque al parecer en México y en nuestro estado no lo conocen y mucho menos lo practican. Nuestra procuración de justicia cojea y cojea tanto que no alcanza a los criminales y si los alcanza están tan cansados que se le acaban escapando o sentenciando a su favor.

En México tanto la procuración e impartición de justicia federal y del fuero común están inmersos en tantas leyes, tantas trabas, tantas deficiencias que es imposible confiar en ellas, por más que se trate de hacerlo, y sigue reinando la impunidad y por ende la inseguridad y la delincuencia.

Me parece, sin ser un erudito en asuntos legales que nuestra Constitución ya está fuera de todo contexto, que en lugar de ser una Carta Magna que sirva de base para las leyes secundarias, es una ley secundaria explicativa y que genera mucha incongruencia legal. Igual pasa con las Constituciones Locales y por ende con las leyes secundarias que de ellas emanan.

Si ustedes revisan los Códigos de Procedimientos Penales y los Códigos Penales se van de espaldas sobre todo cuando los quieren aplicar a la vida diaria de la búsqueda de la justicia. Entre las aberraciones de la ley y los “Derechos Humanos” tenemos una serie de delincuentes en la calle y una desconfianza atroz en las autoridades, amén de la corrupción generada para que los procesos legales sean expeditos como dice todo el marco legal y resulta que la víctima se vuelve un victimario de las autoridades, tiene un calvario por delante al presentar una denuncia y la incertidumbre de si ganará el caso.

No encontré, reconozco que pude ser mal investigador, en las Constituciones analizadas y en los códigos investigados nada que ponga un tiempo razonable para completar un proceso legal. O sea, no hay tiempos para completar el expediente, ratificar o rectificar la denuncia, iniciar el proceso de investigación, girar una orden de aprehensión. Hoy el tiempo promedio de todo esto es de 9 meses y el costo entre abogado y “dádivas”, gastos extraordinarios sale aproximadamente entre setenta y ochenta mil pesos. ¿Cuántas personas tienen ese recurso para demandar o acusar penalmente a alguien? Pocas por lo que tenemos delincuentes en la calle e impunidad.

Ahora a sumar, el bajo porcentaje que se anima a denunciar un delito queda desanimado, la razón la mayor parte de las veces no se encuentra al acusado o sale por fianza, o sale por derechos humanos o por palancas y amigos, total que los delincuentes se animan a seguir su camino de fechorías porque la justicia los ampara.

Cuando se logra detener a la persona en cuestión muchas veces gana el juicio o purga condena pequeña, como el caso del custodio Crispín que tenía extorsionadores, narcomenudistas en la prisión protegidos por él y que pagaban para cometer delitos y resulta que no pisará la cárcel, su sentencia 1 año y fracción y multa de nueve mil pesos, ¿Así quieren que confiemos en la Justicia? ¿Así esperamos bajar la inseguridad? Seguimos permitiendo la impunidad y la corrupción, aunque digan lo contrario.

Es una vergüenza lo que se vive en México por la inseguridad, por el temor de los habitantes, es una vergüenza que las autoridades locales hagan tan poco para combatir este flagelo, sobre todo el delito que más nos afecta y ofende el del fuero común. Las muertes que diario nos presentan los medios de comunicación debemos separarlas de lo que es la batalla entre bandas delictivas del crimen organizado y las de los asesinatos por riñas, por robo, por violación y otras, no caben todas en el mismo cajón. Que grave es que las autoridades se hagan los occisos ante delitos como el narcomenudeo, venta de piratería, contrabando, trata de mujeres por ejemplo o los delitos que salen de los centros de rehabilitación o peor los delitos a la luz del día como el robo y tráfico de gasolina.  Llama la atención que periodistas, investigadores y ciudadanía sepan de eso y las autoridades no sepan nada, a pesar de sus expertos investigadores y su trabajo de inteligencia.

Por lo tanto, llegó el momento no solo de esa reforma penal de los juicios orales, de justicia alternativa, de prevención al delito, de educación, llegó el momento de ponerse los pantalones y combatir realmente el crimen, el delito, la injusticia y la corrupción. No más frases hechas como esa de “No quedará impune” “Aplicaremos toda la fuerza del Estado” “Aplicaremos el rigor de la ley”. ¿A quiénes señores?

Y algo pasa porque en las entidades federativas donde hubo cambio de gobierno y sobre todo del partido gobernante el crimen y la delincuencia aumentó. Así que, si quieren que el ciudadano denuncie actos delictivos, a ustedes les toca generar confianza y dar resultados.

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