Rescatan a niño cuyos tíos lo torturaban con quemadures de cigarro y a golpes en CDMX

Antonhy es de nacionalidad americana, tiene apenas 4 años y sufre desnutrición crónica, lo encadenaron, lo torturaron sus presuntos tíos...
- en Foro libre

México.- La Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJ) cruza información con sus pares en el estado de Guerrero donde según las primeras versiones dadas por el pequeño Antony, menor de apenas cuatro años rescatado de una situación de cautiverio en la GAM, pudiera esconderse su padre después de que los abandonara a él y a su madre.

De la mujer, lo último que se supo es que trabajaba en un lugar de la zona Centro de la capital del país, y que desde hace aproximadamente tres meses ya no regresó por el menor.

 Buscan a los padres

Se dio a conocer también que en la revisión que hicieron del domicilio donde fue rescatado el niño se encontró una constancia de nacimiento que muestra que el pequeño Antony en realidad tiene apenas cuatro años de edad y es ciudadano estadounidense, por lo que ahora las autoridades locales buscan el apoyo del Consulado norteamericano para conocer su verdadero origen.

Edmundo Garrido Osorio, encargado del despacho en la Procuraduría General de Justicia local, explicó que el Ministerio Público solicitó a la embajada de Estados Unidos en México la autentificación del documento y en consecuencia, la búsqueda de los padres del infante en aquel país.

“Lo que tenemos hasta este momento es que [Antony] estaba con los tíos, que son los dos adultos imputados; al parecer el menor pudo haber sido regresado de Estados Unidos, no tenemos muy claro eso, tenemos que esperar a que la embajada nos precise si es cierto que efectivamente él tiene esa nacionalidad.

“Además, cuál es el motivo por el que haya llegado aquí, ¿dónde se encuentran los padres? Estamos en la indagatoria hasta el momento y la Policía de Investigación ya está haciendo el manejo de campo e inteligencia de varios puntos donde podamos tener alguna información”, detalló el funcionario.

tras irregularidades. Garrido Osorio también precisó que Antony ya tenía algunos años viviendo en el país, pues se encontraron documentos que mostraron que el menor estuvo inscrito en el grado de preescolar en un colegio de la misma colonia, y donde hace aproximadamente dos meses dejó de asistir.

Sus tíos e imputados por la omisión de cuidados en este caso, no han querido declarar al respecto, por lo que será ante un juez de control donde darán a conocer el por qué tenían al menor en esas condiciones y sobre todo, que proporcionen mayor información sobre el paradero de los padres del pequeño.

Las autoridades continúan con los estudios en medicina forense para determinar el tipo de lesiones que el infante presenta, ya que aún permanece hospitalizado debido al alto grado de desnutrición que tiene.

“La lesiones todavía no las tenemos clasificadas, el interés de la institución y también quiero reconocer al delegado de Gustavo A. Madero que aportó todos los mecanismos para que [Antony] fuera atendido en un hospital privado.

“Estamos haciendo las gestiones para que vaya a un hospital del sector salud y estar en condiciones de clasificar sus lesiones, más los datos que se tengan de desnutrición y lo que pueda salir”, puntualizó Garrido.

Lloraba sin parar

Quejas vecinales condujeron a las autoridades de la delegación Gustavo A. Madero al lugar donde tenían esclavizado a Antony. Sus captores le taparon la boca con cinta canela para que sus gritos no alertaran a los policías de su presencia, pues los operativos y revisiones se habían intensificado en la colonia Gabriel Hernández.

Sin embargo, un menor —quien dijo sentía lástima por el— denunció el punto exacto donde se encontraba, pues los policías ya estaban por retirarse del número 61 de la calle Cabo Catoche cuando el niño los interceptó; “¿ya se van, ya buscaron bien?”, les dijo a los Policías de Investigación mientras con su mano derecha señalaba el lugar donde estaba Antony; un cuarto en el sótano de la vivienda.

Al fondo se encontraba el menor amarrado de pies y manos con una cadena y con cinta adhesiva en la boca; cuando vio a los policías empezó a llorar. Los uniformados de inmediato lo taparon, lo abrazaron y lo llevaron la hospital donde dicen, no dejó de llorar hasta que se cansó y durmió por ocho horas seguidas.

Quienes tomaron el caso dieron a conocer que Antony está por cumplir siete años; su avanzado estado de desnutrición lo hacía ver como de cinco, aunado a un retraso en el habla, lo que complicó que se comunicara correctamente con los uniformados.

El examen médico reveló que el menor presenta por lo menos 20 laceraciones provocadas por la tortura a la que era sometido.

Las autoridades determinaron que el menor tenía toda su vida viviendo en esas condiciones. Nunca salió a la calle ni tuvo contacto con otras personas, excepto con el niño que delató su ubicación, pues en un par de ocasiones intentó acercarse a dialogar con él pero fue corrido por los supuestos tíos de Antony, ya que no querían que en ese domicilio donde vivían siete personas, inclusive tres menores de edad, se hablara de él.

n sus primeras declaraciones, los imputados Juan Carlos “N” y Olivia “N” se dijeron inocentes y que desconocían que el niño estaba encerrado, pues en la casa viven tres familias. Dijeron incluso que los padres un día salieron y lo abandonaron; las autoridades investigan los dichos para corroborar que no tengan relación.

El delegado Víctor Hugo Lobo corre con los gastos del menor.

De acuerdo a los reportes, fue el sábado pasado cuando en uno de los recorridos que realizó el jefe delegacional, Víctor Hugo Lobo Román, por la colonia Gabriel Hernández, recibió una carta en la que denunciaban el cautiverio y las condiciones en que se encontraba un pequeño de nombre Antony, por lo que en conjunto con la fiscalía de la demarcación se inició la investigación y se montó un operativo para rescatarlo.

El operativo se realizó en el domicilio localizado en la calle de Cabo Catoche número 61, en la colonia Gabriel Hernández, donde las autoridades se entrevistaron con Juan Carlos Loaeza y Olivia Castro (tíos del menor), quienes en un principio negaron su existencia.

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