Antes y durante los procesos electorales, nunca faltan los luchadores y líderes sociales que salen a protestar contra los gobernantes en turno en defensa de los ciudadanos, la gran mayoría busca un cargo público o bien les dieron chamba como empleados de gobierno y entonces desaparecen del escenario.
Eso es lo que en materia de Márketing político se le conoce como “Falsos liderazgos”, a todos aquellos que salen de la nada y antes de hacer una labor callada de altruismo y en beneficio de la población vulnerable, posan para la foto aunque solo estén entregando un bolillo.
Por supuesto que existe gente buena que desinteresadamente echa mano de lo que tiene en la bolsa para ayudar al prójimo, en situaciones de desgracia y conflictos sociales, haciendo un trabajo callado y sin reflectores.
Pero desafortunadamente son mayoría los falsos redentores que avasallan con su presencia retacando de fotos en los medios de comunicación, buscando un posicionamiento político, tan solo para incrustarse en la enorme ubre gubernamental para succionar el desgastado presupuesto que aun queda.
Y es al paso del tiempo que nos preguntamos ¿Dónde quedaron todos aquellos luchadores sociales que se arrancaban la camisa a jirones para defender a los ciudadanos? Le cito algunos cuantos, aunque de antemano sé que usted conoce más de estos.
De 2010 a 2013, se puso de moda la protesta contra los efectos nocivos de esos residuos de minerales industriales conocidos como “coque”, que causaban molestia entre la población, al volar pequeñas partículas e inundar la zona habitacional de las colonias aledañas a “La pinera”, en el puerto de Veracruz.
Sergio Muñoz Colina, fue el luchador social que por parte de los “ambientalistas” se puso de moda y encabezaba reuniones de vecinos y protestas contra API, hasta que mostró sus aspiraciones de ser diputado.
Muñoz Colina terminó aceptando el cargo de Director del Medio Ambiente del Municipio de Boca del Río y entonces, su protesta contra el Coque se apagó, terminó garantizando un silencio cuatrienal y los vecinos de la costa quedaron abandonados.
En el sector empresarial también hay sus serios ejemplos, tal el caso del entonces dirigente de Canaco Belgio Amaya que se opuso a todo lo que afectara a su gremio, encabezó movimientos de inconformidad y mostró una férrea y valiente oposición que fue reconocida por la sociedad civil.
La pregunta es entonces ¿Dónde está Belgio Amaya? Pues sencillamente se encuentra enquistado en un cargo de subsecretario de Desarrollo Económico, en un gobierno que ha sido señalado por el presidente de Canacintra en Xalapa, Juan Manuel García González, de no atender al sector empresarial ¿Y Belgio Entonces? ¿Cuántas inversiones ha atraído? ¿Qué beneficios han conseguido a los empresarios al tenerlo succionando el presupuesto del gobierno? De la misma forma, la respuesta de Belgio será el silencio bienal, hasta que esto se acabe y entonces regrese a las protestas.
Pero en lo político, aunque la lista es larga hay casos marcados, como el de aquel luchador social varias veces diputado, siempre atento a la defensa ciudadana, miembro de la izquierda recalcitrante pero con los hijos en escuelas de monjas como la “Motolinia” en Xalapa, dirigente de movimientos populares del PRD Uriel Flores Aguayo, refugiado en la confortabilidad de la oficina de la Subsecretaría de Educación y Cultura, bajo las órdenes de quienes siempre protestó.
Por eso los ciudadanos no podemos sentirnos bien representados por los chimoltrufios del poder, quienes para llegar a resguardarse en un sueldito gubernamental, “dicen una cosa, pero hacen otra. ¿O no es así?
EN MORENA… DESESPERADOS
Los dirigentes del Movimiento de Regeneración Nacional “Morena” en Veracruz están desesperados, en menos de 15 días por lo menos 10 veces han allanado la mesa de café para repetir una vez más lo mismo, pero sin datos, sin cifras y sin tomarse ni un lecherito pa no gastar, pero buscando posicionamiento porque se acercan las designaciones para candidaturas plurinominales.
El presupuestívoro más desesperado es el líder estatal Manuel Huerta Ladrón de Guevara que ya choca con lo mismo de siempre, eso no es otra cosa que la parasitosis política que los ciudadanos tenemos que padecer en un sistema partidista.
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Como los rábanos, rojos por fuera, blancos por dentro. ¿Cómo, el Uriel no cree en la enseñanza pública?