Ballenas, tiburones y mantarrayas, están gravemente amenazados por los microplásticos: estudio

Sydney. (La Jornada). Los gigantes marinos, como las ballenas, los tiburones y las mantarrayas, están gravemente amenazados por los microplásticos y los productos químicos en el océano, según un análisis científico publicado este lunes en la revista Trends in Ecology & Evolution.

Estos animales tragan y filtran miles de metros cúbicos de agua al día para captar plancton, pero a su vez pueden ingerir microplásticos directamente del agua o mediante presas contaminadas, indicaron los científicos.

Los productos químicos y los contaminantes relacionados con el plástico se pueden acumular durante décadas y alterar los procesos biológicos de los animales, lo que conduce a trastornos del crecimiento, del desarrollo y la reproducción, incluida la reducción de la fertilidad.

Mientras que aún se debe confirmar que existe una conexión entre la ingestión de microplásticos y la exposición a toxinas en animales que se alimentan por filtración, los estudios de aves marinas y pequeños peces han encontrado una relación, explicó Elitza Germanov, principal autora del estudio.

Las especies marinas están también en peligro porque sus hábitats se han convertido en núcleos de contaminación por microplásticos, como el Golfo de México, el mar Mediterráneo, la bahía de Bengala y el Triángulo de Coral, una zona desde Malasia hasta las islas Salomón, en el Pacífico.

Difícil, estimar concentraciones

Los microplásticos son pequeñas partículas de plástico de menos de cinco milímetros que son dañinas para la vida marina. Muchos de los animales, como las matarrayas, son especies amenazadas, por lo que es difícil estimar las concentraciones de plástico con métodos convencionales, como los análisis de estómago, explicó Germanov.

Así que estamos usando métodos no letales de recogida de muestras de pequeñas cantidades de tejido, que son analizadas en busca de marcadores químicos usando herramientas analíticas avanzadas y sensibles, añadió.
Muchos de los animales que se alimentan por filtración tienen una vida larga, pero pocas crías.

Maria Cristina Fossi, coautora del estudio, señaló que en otro que ella lideró sobre los tiburones ballena en el golfo de California y los rorcuales comunes en el Mediterráneo confirmó la exposición a químicos tóxicos.

Puesto que estas zonas son núcleos de microplásticos, nuestros resultados podrían indicar que los animales que se alimentan por filtración están ingiriendo microplásticos en sus zonas de alimentación, afirmó.

Su estudio detectó que los tiburones ballena podrían estar ingiriendo 171 pedazos de plástico, después de encontrar una media de 0.7 por metro cúbico de agua en Baja California, una importante zona de alimentación para estos animales.

Germanov, estudiante de doctorado de la Universidad de Mudoch, en Australia, aseguró que la contaminación de microplásticos podría reducir la población de especies ya de por sí vulnerables.

Dado que se prevé que la producción de plástico aumente globalmente, la investigación futura debería centrarse en las regiones costeras, donde la contaminación de microplásticos coincide con zonas vitales de alimentación y apareamiento de estos animales amenazados, concluyó.

Recientemente se han publicado numerosos informes y estudios sobre la amenaza que suponen para la vida marina los millones de toneladas de plástico que acaban en el mar cada año.

En 2017 apareció una ballena muerta con más de 30 bolsas de plástico en el estómago en Noruega y en Francia se encontró otra con 800 kilos. La agencia de Naciones Unidas para los océanos se refirió al problema como una crisis planetaria.

Desde 2015, se han generado más de 6 mil 300 millones de desechos plásticos. Sólo 20 por ciento es reciclado o incinerado; el resto acaba en la naturaleza o en vertederos.

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