¿Cómo elegir por quién votar?

AMLO continúa al frente de las preferencias electorales
- en Opinión

La verdadera tragedia de los pueblos no consiste en el grito de un gobierno autoritario, sino en el silencio de la gente” Martin Luther King

Estamos inmersos en lo inevitable, tiempo electoral con intercampañas, lo absurdo de la democracia mexicana porque la realidad es que desde hace meses los mexicanos vivimos encampañados. Vivimos la simulación legal de la democracia pero con las malas reglas impuestas por el árbitro y sus debidas consecuencias: La ilegalidad.

México no es una Nación que ya pueda gozar de los beneficios de la democracia y no puede gozar de los beneficios de la democracia porque la ciudadanía no participa, la ciudadanía no es demócrata. Esta falta de participación democrática es consecuencia de la poca educación cívica que recibimos desde la infancia, no es solo la desconfianza y el hartazgo por los malos gobiernos, es la falta de visión política que tenemos.

Es un hecho contundente el que durante décadas los gobiernos dictatoriales del PRI provocaron con toda mala intención la apatía, el abstencionismo, la falta de cultura cívica, pero también es un hecho que nosotros tuvimos la oportunidad de acabar con ese lastre y no lo hicimos. Y como decía Platón “El precio de desentenderse de la política, es el verse gobernado por los peores hombres”

Hoy más que desentendimiento tenemos confusión, tenemos dudas de la doctrina y pensamiento que seguirán los que ganen la elección, vemos con sorpresa una mezcla rara de ideologías, vemos con sorpresa una serie de candidaturas que solo han llevado a la división y los golpes entre los partidos políticos. Esta manera tan especial de entender la vida democrática en las elecciones internas de los que quieren gobernar lógicamente hace dudar a todo mundo. Encontramos hipocresía, y la hipocresía exterior siendo inmoral la quieren convertir en virtud política.

Publilio Siro decía “Cuando el malo aparenta bondad es peor” Eso es lo que tenemos en las personas que nos presentan como candidatos a los cargos públicos, basta ver las listas de todos los partidos a Legisladores por la vía que quieran, muchos son corruptos, muchos incongruentes y muchos simplemente no son sujetos de credibilidad, pero los dueños de los institutos políticos abrazados por sus fieles seguidores nos los imponen.

Antes se hablaba de contiendas electorales entre partidos que tenían claras sus tendencias puntos de vista socialistas, humanistas, autoritarias, lo que muchos llaman la derecha contra la izquierda y sabíamos a qué atenernos, hoy los mexicanos ya no tenemos claro el rumbo de la política y la visión que seguirá el ganador. De los asuntos a tratar, de las situaciones a resolver todos dicen lo mismo que ellos saben cómo hacerlo que acabarán con los males, pero la gran incertidumbre es el cómo lo harán, bajo que visión, con que armas lucharán que nos den tranquilidad.

Afortunadamente en la contienda electoral para la Presidencia de México hay candidatos independientes, como el caso de Margarita Zavala que salva la boleta, pues deja en claro la visión política a seguir y la ruta trazada, pero en los otros cargos no lo veo. ¿Un Napoleón Gómez Urrutia legislará contra la corrupción y el abuso sindical? ¿Una Olga Codera legislará por la vida? ¿Dante Delgado defendiendo una reforma hacendaria con una visión de Economía Social de Mercado? ¿Marko Cortés legislando contra los moches?

Por otro lado tenemos el tema local, el más olvidado y menos seguido, que debe ser el más interesante donde también hemos visto que los partidos políticos se reparten el botín entre sus amigos, familiares e incondicionales. Y para hacer más difícil la situación las alianzas a nivel federal no se repiten en lo local por lo que nos enfrentamos a una situación del mole (platillo hecho a base de muchos chiles) pues en el caso que nos ocupa el platillo está  hecho a base de desperdicios o sin alianzas iguales. Conclusión el elector no importa.

Ahora vamos a sumar a las malas candidaturas la hipocresía de las palabras, las falsedades que dicen para ganar el voto y aprovechar el desaliento ciudadano además de los resentimientos sociales que algunos candidatos explotan y ojo, generarán violencia. Discursos como el de la moralidad y religión que usa AMLO, discursos como el Germán Martínez en favor de un movimiento del cual él era enemigo, discursos de mártir como el de Anaya con delirio de persecución o de Meade queriendo convencer que no es priista.

Si hablamos de moral y ética política debemos pedir a los partidos políticos que la tengan y que su ética pueda ser comprobada. El Estado sería imposible sin una moral creciente de las personas que lo componen, moral que hoy debe expresarse como la ética aplicada. Finalizo mi opinión con una frase que debemos aplicar hoy más que nunca.

“Si no desarrollas una cultura democrática constante y viva, capaz de implicar a los candidatos, ellos no van a hacer las cosas por las que votaste. Apretar un botón y luego marcharse a casita no va a cambiar las cosas” Noam Chomsky

 

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