Cuerpos controlados

- en Opinión

Por Lunacia

Desde niñas aprenden obedeciendo, que no tiene importancia lo que dicen, que no merecen ser escuchadas, para ser controladas… las creencias de la represión social

Su abuela le dijo desde sus creencias, que “eso de abajo era sagrado” y que debía cuidarlo mucho si un hombre la pretendía, que solo casada con ella por la iglesia católica, con los medios económicos que la mantengan podría “valer la pena” arriesgarse y complacer al hombre por amor. Son parte de las creencias, que muchas mujeres pueden enfrentar en su vida cotidiana. Decían algunas abuelas, hay que creer según los designios de dios, así se creyó la vida en pareja y sobre el amor, en otras generaciones. La nieta, la mujer más inteligente de la escuela, que tenía las mejores calificaciones y reconocimientos académicos, tenía que adaptarse a esa forma de la realidad, como lo más importante en su vida si quería “ser feliz”. El sistema de enseñanza desde su infancia, donde aprendió a leer, escribir y más conocimiento, no tenía nada que ver en su vida personal, su formación profesional tampoco, en la vida mexicana de una mujer, estudiar, prepararse no siempre es parte de su vida propia, a veces solo es para distraerse mientras aparece un marido que la proteja, mantenga con sus hijos y se dedique a ser pilar de su familia.

Una creencia, es un pensamiento que se asume como verdadero ¿te has preguntado cuantas creencias tenemos las mujeres acerca de nuestros cuerpos? De ¿Cuántos mitos nos han enseñado desde niñas, con tal de que no disfrutemos del placer, sexual, emocional, físico, que no apreciemos nuestros cuerpos, solo por ser mujeres? Mujeres a las cuales desde niñas, se nos enseña que quien nos controla la personalidad o nuestros cuerpos, es alguien que nos protege o nos cuida, por amor, por aprecio y por una relación de matrimonio comprometido?¿cuantas creencias, a las cuales les damos un significado para vivir la vida como mujeres y limitadamente, imaginas tú.

En el centro de esta cultura mexicana, que nos rodea a las mujeres en cuestión de salud mental, formas de violencia, de cómo nos relacionarnos con ese machismo cotidiano, entre familia, amistades, en lo sentimental, entre otros. ¿Sabías que todo eso tiene que ver también con nuestra salud, física, mental y emocional? ¿Sabías que ese control muchas mujeres lo experimentan y a veces hasta “lo aceptan como algo normal de la vida” por el simple hecho de ser mujer? Con sufrimiento, con violencias, con sus hijos, por “aguantar”, con debilidad o fortaleza, pero subordinadas siempre al “control que un hombre ejerce sobre ellas” a veces “en nombre del amor” o usando a los hijos como pretexto.

Nuestra cultura mexicana está construida desde toda una gama de expresiones y situaciones basadas en creencias a veces absurdas, que desencadenan una gran variedad de malestares y enfermedades de las mujeres. Problemas que muchas veces están relacionados con necesidades no expresadas, no cubiertas, no satisfechas y por mucha represión de nuestra personalidad o hacia nuestros cuerpos. Esto nos rodea a todas y se enfrenta de variadas formas y modos en la cotidianidad.

¿Cómo vivimos?

Vivimos corriendo, con estrés, con prisas a veces por nada, con presiones laborales, familiares, económicas, entre otros y pocas veces, nos damos un poco de tiempo, hablemos de minutos, horas, días o tal vez semanas, para ocuparnos en todo nuestro ser(nuestra personalidad) incluido nuestro cuerpo, mente y lo emocional. Imagina como lo viven muchas mujeres mexicanas, amas de casa, profesionistas que trabajan, las que tienen hijos, las que resuelven muchas actividades en su casa y con todo y un marido dependientes de ellas. Las que se sacrifican por otros, las que se olvidan de sí mismas por atender a otros, las que ya no tienen tiempo ni para mirarse a sí mismas después de convertirse en madres-trabajadoras en casa y afuera de esta, las que lentamente se van desgastando, acabando, sin darse cuenta de todo lo que guardan en esos cuerpos controlados, explotados, tratados como objetos porque la sensibilidad no tiene importancia, las emociones, la persona que podemos ser en una vida.

¿Te has preguntado cuantas mujeres llevan una vida llena de insatisfacciones? ¿Conoces a mujeres que tienen algún vacío existencial o emocional? ¿Cómo te analizas tú en ese sentido de vida, con respecto a tu salud? ¿Cuantas veces te has cansado de complacer sin recibir nada, para ser complacida mutuamente?

Es lo que la mentalidad tradicional con sus creencias impuestas, propone cuando se trata de tener una “vida llevadera o aguantando lo que no nos gusta” o a veces lo que no nos satisface o no se puede superar, cuando hay frustración ¿alguna vez analizas eso en tu vida? ¿Alguna vez te has preguntado por qué tu cuerpo es controlado? ¿Dependes de un médico y sus medicinas para poder sentirte bien? ¿Dependes de un marido para sentir bienestar emocional o físico?¿para usar la ropa que te gusta?

Bien, pues una de las tantas carencias que tenemos en nuestro país es esa cultura de prevención en salud mental, física y hasta emocional, es decir, no prevenimos situaciones de enfermedad porque no cuidamos nuestra alimentación, nuestros tiempos de atención a nuestro cuerpo, nuestras emociones, entre otros y que tienen mucho que ver con nuestra humanidad, porque no somos robots, no somos insensibles y nuestras capacidades también pueden desarrollarse en esa parte de vivir la vida y también se las pasa a traer ese machismo con el que todos los días conviven muchas personas y muchas mujeres.

Muchas mujeres, desconocen o no tienen la suficiente información, no se tiene la costumbre o las ganas de poner atención a sus cuerpos, en beneficio de su salud completa o integral. ¿Sabías que eso también importa en la vida? ¿Cuántas veces has tomado en cuenta esa parte en tu vida como mujer? si lo haces con la de tus hijos y marido ¿Por qué no lo haces con la tuya?

   Tus emociones, tú cuerpo, tu mente, son tuyas y solo tú decides como atenderlas, cuidarlas. Te has preguntado ¿hasta dónde has permitido-aceptado que otros controlen tu cuerpo?

 

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