Los tres jóvenes cineastas mexicanos con reconocimiento internacional que hacen cine local

En este combo de fotos, de izquierda a derecha, los directores mexicanos Michel Franco, el 24 de mayo de 2015 en la ceremonia de premios del Festival de Cine de Cannes; Alonso Ruizpalacios en una conferencia de prensa sobre su película "Museo" en la Berlinale, el 22 de febrero del 2018, y Amat Escalante durante una entrevista en el Festival de Cine de Morelia, el 24 de octubre del 2016. Estos tres directores forman parte de una nueva generación de cineastas mexicanos que se están destacando en el exterior, con producciones locales. (AP Foto)

Por Berenice Bautista/

Ciudad de México. (AP).- Los Tres Amigos han dejado su marca en Hollywood y han sido reconocidos con los Premios de la Academia, pero una nueva generación de cineastas mexicanos comienza a sobresalir a nivel internacional, con historias y producciones locales.

Alonso Ruizpalacios, Amat Escalante y Michel Franco forman parte de esta nueva ola de realizadores de 40 años o menos que hacen una diferencia de Guillermo del Toro, Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu, se han enfocado en trabajar en su país a las amenazas económicas y de seguridad que esto implica.

Del Toro ganó los premios Oscar a la mejor dirección y mejor película a principios de mes por su romance de fantasía La forma del agua. Fue la cuarta ocasión en cinco años que el honor recayó en un director mexicano. Cuarón recibió el honor en 2014 por Gravity y González Iñárritu en 2015 y 2016, por Birdman y The Revenant.

Los cuatro filmes tuvieron grandes estrellas de Hollywood, pero no contaron historias distintivamente mexicanas. Las obras de Ruizpalacios, Escalante y Franco lo han hecho, y han sumado reconocimientos en prestigiosos festivales en el extranjero.

Ruizpalacios (1978) ganó en febrero el premio al mejor guión en el Festival Internacional de Cine de Berlín por Museo, una película protagonizada por Gael García Bernal sobre un tema de piezas del Museo Nacional de Antropología cometido en 1985.

Mi interés principal es seguir haciendo películas aquí en México, es una cosa que me interesa particularmente me interesa muchísimo”, dijo el realizador en una entrevista telefónica con The Associated Press.

México, dijo, “es un terreno fértil y está muy lejos de estar sobreexplotado”.

Aunque recientemente dirigió el piloto de la serie Vida para el canal Starz en Los Ángeles, agregó: “Creo que hay muchas cosas aquí por contar, hay muchísimo trabajo por hacer”.

Ruizpalacios, quien también recibió premios Ariel (equivalente mexicano del Oscar) a la mejor película y mejor ópera prima por Güeros de 2014, destacó la importancia de los estímulos fiscales que han facilitado a su generación hacer películas.

El estímulo más recurrente es el Eficine 189, creado en 2006 -el año en el que El laberinto del fauno de Del Toro se estrenó- que permite a los contribuyentes aportar un porcentaje de su Impuesto sobre la Renta a una empresa productora que desee realizar una película mexicana.

Cada proyecto puede recibir hasta 20 millones de pesos o hasta el 80 por ciento del costo total de la película para ser producida, y hasta 2 millones de pesos (107 mil dólares) para la distribución.

Antes “estaba todo mucho más concentrado en un puñado de personas. Eran los que tenían los apoyos y ahorita se ha democratizado muchísimo más “, señaló Ruizpalacios. “Yo creo que tú y toda mi generación tenemos un clarísimo: no hemos tenido las películas que hemos hecho y las que no podemos hacer”.

El estímulo más recurrente es el Eficine 189, creado en 2006 -el año en el que El laberinto del fauno de Del Toro se estrenó- que permite a los contribuyentes aportar un porcentaje de su Impuesto sobre la Renta a una empresa productora que desee realizar una película mexicana.

Cada proyecto puede recibir hasta 20 millones de pesos o hasta el 80 por ciento del costo total de la película para ser producida, y hasta 2 millones de pesos (107 mil dólares) para la distribución.

Antes “estaba todo mucho más concentrado en un puñado de personas. Eran los que tenían los apoyos y ahorita se ha democratizado muchísimo más “, señaló Ruizpalacios. “Yo creo que tú y toda mi generación tenemos un clarísimo: no hemos tenido las películas que hemos hecho y las que no podemos hacer”.

Los directores hombres no son los únicos que han tenido éxito. Tempestad, documental de Tatiana Huezo, de 46 años, fue la apuesta de México para el Oscar a la mejor cinta en lengua extranjera este año. El filme sigue siendo una mujer encarcelada en una prisión controlada por el crimen organizado y una madre que busca a su hija desaparecida. Y aunque no consiguió la candidatura al Premio de la Academia, ha sumado los reconocimientos que incluyen tres Ariel, tres Fénix y el premio La UNESCO al mejor documental en el Festival Internacional de Cine de Sofía, en Bulgaria.

Filmar en México puede ser complicado. A la falta de recursos que afecta a casi todas las producciones se suma la inseguridad. Huezo, por ejemplo, que requirió de asesoría especial para rodar en zonas peligrosas del norte del país. Y Cuarón, que el año pasado fue después de más de 15 años para filmar su primera película en español desde Y tu mamá también (2001), vio a varios integrantes de su equipo lesionado tras un altercado con funcionarios municipales en una calle del centro de la capital.

Y sin embargo México está entre los 20 países con la mayor producción cinematográfica del mundo, de acuerdo con el Instituto Mexicano de Cinematografía IMCINE. En 2017, por tercer año consecutivo se registró un máximo histórico de producción nacional con 176 largometrajes. Las producciones apoyadas por el estado sumaron 55 por ciento de esas películas. El apoyo oficial fue de 800 millones de pesos (43 millones de dólares).

En cuanto al triunfo de directores mexicanos en los Oscar, cuando Del Toro fue galardonado con el premio a la mejor dirección por su romance fastuoso entre una mujer y una criatura marina La Forma del Agua, que además se impuso como mejor película, se lo dedicó a los jóvenes cineastas del mundo.

“Al crecer en México, pensé que esto nunca podría pasar”, dijo el cineasta nacido en Guadalajara. “Pasa”.
Algunos se preguntaron qué tan “mexicano” es el éxito de los apodos. Tres amigos, que llevan más de dos décadas trabajando en Estados Unidos, Europa y otras partes del mundo. Pero cuando Del Toro recibió en su momento el Globo de Oro y una denuncia que pudo haber sido capaz de explotar su habilidad extraordinaria para observar el lado oscuro de la naturaleza humana mezclado con fantasía y terror, sin dejar de lado la alegría y el amor, el : “Soy mexicano”.

Comentarios

¡Síguenos!

A %d blogueros les gusta esto: