Rodolfo Herrera/ Vivir en el Golfo
Entre los candidatos presidenciales, José Antonio Meade del PRI y Ricardo Anaya del PAN, ha surgido un nuevo pleito, ahora por la autoría de la iniciativa que propone la desaparición del fuero constitucional para legisladores y funcionarios públicos, sin embargo, el PES ya lo había propuesto con anterioridad.
Mire usted, el fuero constitucional es ese privilegio jurídico que se otorga a diputados, senadores, alcaldes, gobernantes hasta mil 854 servidores públicos incluyendo al Presidente de la República que gozan de inmunidad procesal, por lo cual no pueden ser enjuiciados ni detenidos bajo ninguna circunstancia, debido a que durante el cargo están bajo protección.
Inicialmente, quienes propusieron la creación del fuero constitucional, lo hicieron pensando en dar protección y amparar a todos aquellos ciudadanos mexicanos encargados de impartir justicia de manera libre y sin presiones, así como para que todos aquellos legisladores opositores pudieran verter una opinión contraria a los intereses del régimen, sin el riesgo de ser detenidos ni sometidos a responsabilidades penales ni por su libertad de expresión ni por sus actividades políticas.
¿Pero qué cree? El tiempo pasó y tanto el sector público como el político sufrieron la arribazón de una recua de acomodaticios, saqueadores, abusivos, vendepatrias, gandayas y demás fulanetes que dieron rienda suelta a todo tipo de prepotencia e impunidad, que como siempre, echó a perder el verdadero objetivo del fuero, que era proteger a los hombres de bien en funciones públicas.
Desde entonces, todos los partidos políticos en cada campaña se dieron a la tarea de proponer la desaparición del fuero, pero cuando llegaban a la silla, simplemente se olvidaban de esa burla, como se olvidaron de combatir los gasolinazos, la impunidad, la corrupción y todos los males que afectan al país.
Pero ahora que el candidato del gobierno federal, José Antonio Meade se le ocurre hablar de eso para ver si levanta un poquito, enseguida todos los chifladores, aplaudidores, paleros y gargantas de la cámara de diputados enseguida la aprobaron, espero que de manera gratuita ¿No? O sea, sin ningún bono de por medio coño, aunque la neta no creo.
Ricardo Anaya del PAN, que ya no ve cómo salir de tanta bronca interna, salió a decir que él y su partido eran los verdaderos autores y promotores de la iniciativa e intentó burlarse de su adversario del PRI.
Pero mucho antes que ellos, el Partido Encuentro Social ya lo había propuesto, por ello el dirigente estatal y diputado federal Gonzalo Guisar Valladares, aclaró que el grupo parlamentario del PES la envió en tres ocasiones a la mesa directiva de la Cámara de Diputados, entre noviembre de 2015 y abril de 2018, pidiendo la reforma los artículos 17, 61, 74, 108, 110, 111, 112 y 114 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Pero en aquella ocasión no hicieron caso, obvio, no andaba en campaña la clase política en el poder.
Lo cierto es que opositores en todo momento han expresado eso, debido a que la garantía del fuero pasó a ocupar términos como privilegio e impunidad de unos cuantos, por lo cual una gran mayoría de políticos hoy busca esa protección para evadir la justicia, evitar juicios y sobre todo, gozar de la protección del estado, como esos que han llegado a la cámara encajuelados y entran por el estacionamiento para poder rendir protesta ¡Vaya payasada! ¿No cree Usted?
SE SALVAN LOS TIBURONES ROJOS DEL PRI
Bien dice el dicho, “nunca preguntes lo que no quieras escuchar” y eso aplica muy bien para el propietario de los Tiburones Rojos del Veracruz Fidel Kuri Grajales, que en plena campaña priista gritó “Si no gana el PRI, los tiburones se van de Veracruz”. Con eso, el millonario que de niño descargaba camiones para Casa Pazos politizó al equipo de todos los veracruzanos.
Obvio, los opositores de enfrente incluyeron al Tiburón entre el activo fijo del PRI y con ello, el apreciado equipo de los jarochos dividió pasiones, o sea, los rojos querían que no descendiera y los azules se tronaron los dedos.
Hoy, la politización de los Tiburones rojos nos afecta a todos y la mediocridad es el sello de algunos que incluso celebran que estemos en el fondo, pero que a final de cuentas no descendimos porque hubo un equipo peor que el nuestro ¿Dónde quedaron esos grandes inversionistas alejados de la política con tanta pasión por el equipo y por supuesto, por Veracruz? ¿Dónde? ¡Maldita mediocridad!
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