La pobreza en México y sus millonarios políticos

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Las campañas políticas para elegir presidente de la República, gobernadores –en algunos estados-, senadores, diputados federales y locales, está llegando a su fin. Las redes sociales se encuentran sumamente activas en dicho proceso, donde unos y otros defienden a los que ellos consideran es su “mejor gallo”. Lo cierto es, que México necesita realmente de una reforma inmediata y estructural sobre el “negocio” que representa para los partidos políticos el llevar a cabo unos comicios, que supuestamente es democrático. De continuar igual, tenemos una inexorable y cruda realidad, donde sólo existan dos clases sociales: una minoría de multimillonarios y el resto de los habitantes de ésta soberanía, en pobreza extrema.

El despilfarro económico es cada día más evidente y aunque el Instituto Nacional Electoral (INE) pretenda hacer creer a la sociedad que “cuida”  este aspecto, lo cierto es, que la realidad está superando a la ficción y dicha instancia es cómplice del enriquecimiento que hacen las dirigencias nacionales, estatales y municipales del “ramillete” de corrientes partidistas que existen en México.

Por debajo de la mesa, los candidatos pagan por la publicidad a medios de comunicación considerados oficiales, a fin de que estos, no tengan ni el menor menoscabo en pisotear su deber de informar éticamente; prestándose a campañas de desinformación, guerra sucia y el intentar originar el mayor daño posible a los adversarios de quien les pagó un millonario “convenio” no regulado por la autoridad y hacer que un personaje político, caiga de las preferencias sociales. A este acto se le conoce comúnmente como “Caja China” y quien se ha convertido en un experto de llevarlas a cabo es Televisa y TVAzteca.

Hablar de  un político en sí, sería casi imposible, pues existe un abundante grupo que aspiran a un puesto político, y el ciudadano ya no sabe quién es quién. Es indignante observar la cantidad de sujetos que aspiran a puesto de elección popular y más ofensivo es, comprobar que existe otro numeroso grupo –llamado candidatos plurinominales- que llegarán a una curul sin ser elegidos siquiera por el pueblo; pero eso sí, tendrán que mantenerlos y hasta hacerlos multimillonarios. Ahora con el cambio a la ley que los propios legisladores se aprobaron, pueden contender a la reelección de sus curules sin separarse del cargo. Así de maltrecha la acción de estos individuos, que sin un gramo de ética pretenden volver a repetir el cargo y continuar enriqueciéndose a costillas de la ciudadanía.

Ser político ya no es una carrera de servicio a la sociedad. Se ha convertido en un gran negocio redondo, donde un sujeto vende su voto cuando asciende a una curul y promueve iniciativas absurdas y estúpidas; pero las relevantes, las deja en la congeladora pues son consideradas “antipopulistas” y además, muchas de estas iniciativas agreden su status quo, impidiendo con ello llevar a cabo los actos de corrupción que le ofrece su labor como congresistas. A este acto se le llama “cabildeo” que es la obtención de grandes sumas de dinero por parte de los sectores beneficiados para que avalen una iniciativa corrupta y que transgrede la estabilidad económica de la sociedad en general.

Ejemplos hay muchos: Reformas estructurales de Peña; el permitir que vehículos de doble carga para que transiten por las carreteras federales, aunque esto represente un peligro para los automovilistas; el permitir el aumento a la tarifas energéticas como luz, gas, diesel; el permitir que las agencias automotrices hagan circular en México automóviles que no están permitidos en otros países por no contener los esquemas de seguridad necesarias; la privatización del agua; el instalar planchas de concreto para la instalación de plazas comerciales y transgredir reservas naturales con decretos internacionales como áreas protegidas; el avalar la contaminación ambiental en mares, ríos y lagunas por parte de  la industria; en fin, mil y un casos. El negocio es próspero, por  lo tanto muy codiciado.

Actualmente el país vive sus peores crisis pero la sociedad está aprendiendo a entender la importancia de su participación en los comicios electorales. Saben que a través de él, pueden ejercer su derecho a elegir por el menos peor y posiblemente en un futuro logren exigir a los partidos políticos que nombren como candidatos a personas de comprobable probidad y honorabilidad; no los hampones que usualmente favorecen para ser sus contendientes.

El proceso electoral del próximo 1 de julio del 2018 estará cargado de irregularidades que el INE –elegido por el propio presidente de la República- no tiene ni la más mínima intención de salvaguardar y mucho menos de sancionar a quienes intenten maquinar un fraude. La corrupción y la impunidad es el factor fundamental de quienes viven de la política. Ellos saben que pueden pisotear la ley y absolutamente nada les pasará. Saben que pueden decir “si robé, pero poquito” pero como tienen las instancias de impartición de justicia a su merced, nadie les moverá un solo cabello para aplicarles la ley.

La ley sólo se les aplica a los ciudadanos, a los activistas sociales, a los integrantes de una manifestación, a los vendedores ambulantes, pero jamás en contra de un político. ¿Cuándo han visto a un presidente de la República en la cárcel? Sólo envían a actores políticos como Javier Duarte que tienen un coeficiente intelectual cero y son realmente “tontos” para robar.

Actualmente para ser político “exitoso”, debe de cumplir con requisitos indispensables para lograr a aspirar a un puesto, que lo enriquecerá a él y a toda su familia: Ser corruptos, sin escrúpulos, sanguinarios, psicópatas/sociópatas para que no les avergüence ni sientan remordimientos de agredir, violentar y hasta matar a quien o quienes, interfieran en su camino.

Otro punto medular que debe de considerar toda sociedad el próximo 1 de julio del 2018, es que para impedir continuar manteniendo a tanto partido político zángano, el día de la votación, deben de emitir su sufragio sólo por tres corrientes partidistas –que realmente deberían de ser dos-: Morena, PAN y el PRI. No por los partidos que conforman una coalición con ellos y así, con dicha práctica, estos solo logren el voto de su militancia e impedir que obtengan nuevamente su registro. Con esta estrategia, es posible que desaparezcan de la faz de la tierra y dejen de ser una carga para nuestros bolsillos.

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Comentarios

  1. jajajajajajajajajajajajajajajajaja!

    «Para impedir continuar manteniendo a tanto partido político zángano, el día de la votación, deben de emitir su sufragio sólo por tres corrientes partidistas –que realmente deberían de ser dos-: Morena, PAN y el PRI».

    Y de qué crees que ha vivido todos estos años los políticos «de carrera» -esos que no han hecho otra cosa en su vida que ser candidatos a elección popular o dirigente de sus partidos-?

    … ah ya, de las regalías de sus libros.

    jajajajajajajajaja

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