Por: Samuel de Jesús Barajas Zayas
La efervescencia político–electoral que ronda en nuestro Estado previo a la elección del primero de Julio ha llevado a las instituciones de gobierno y organizaciones civiles a que se introduzcan con el uso de los medios de comunicación y la tecnología en la promoción de la participación democrática. Esto lo han realizado con efectividad a través de los debates públicos.
En Veracruz se han presentado hasta ahora dos debates relevantes entre los candidatos a la gubernatura del Estado; uno organizado por el Organismo Público Local Electoral y otro realizado por parte del sector empresarial de la COPARMEX con participación de un foro de expertos y ciudadanos.
Ambos han contado con la participación de: José Yunes Zorrilla candidato del PRI, Cuitláhuac García aspirante a la gubernatura por MORENA, Miguel Ángel Yunes Márquez contendiente por el PAN y Judith González Sheridan representante de Nueva Alianza.
Los temas a tratar en los dos programas realizados giraron en torno a la formulación de cuestionamientos que se relacionaban con el desarrollo económico, educación, creación de empleos, seguridad e inclusión social.
Sin embargo se ha presentado un tema que nos debería de tener preocupados; hay dos personas que no tienen idea de lo que es gobernar y en los momentos donde se trata de exponer las ideas de los proyectos políticos, lo que hacen es decir ocurrencias o palabras que carecen de sentido y seriedad. La angustia radica en que aspiran a ser los titulares del poder ejecutivo.
Los dos escenarios han dado cuenta de la nula preparación de los dos candidatos respecto a los temas relevantes y de gran importancia que podrían llegar a enfrentar en caso de ser seleccionados como gobernador del Estado.
Nuestra preocupación como ciudadanos debería de ser enorme por lo que puede llegar a pasar en la vida institucional de Veracruz, al llegar una persona equivocada a ostentar el cargo ejecutivo.
En la vida cotidiana para resolver los problemas comunes acudimos a quienes son los indicados, por ejemplo: cuando nos enfermamos; vamos al doctor, cuando nuestro auto se descompone; lo llevamos al taller, cuando queremos enseñar inglés a los niños; los llevamos con un maestro que domine el idioma. Cuando queremos resolver nuestras cuestiones con malas soluciones, estás pueden empeorar o no realizarse. Si estamos enfermos y vamos al taller no solucionamos nada, si llevamos nuestro auto con el maestro de inglés; el problema no se resuelve y si llevamos a los niños al doctor para que le enseñe idiomas, el aprendizaje no se realiza.
Es fácil de entender; los problemas del Estado no se resuelven con personas que desconocen cómo funcionan las instituciones, que no saben cómo se deben garantizar los derechos a las personas y como hacerles accesibles un mejor bienestar. La solución a las adversidades se realizan con personas que saben lo que significa gobernar, que tienen una preparación en la vida institucional y de gobierno y que poseen conocimiento de las leyes que rigen a nuestro Estado.
Todos hemos escuchado alguna vez aquella teoría de Darwin plasmada en su libro “El origen de las especies”, que relataba como los individuos más adaptados a su ambiente gozaban del privilegio de sobrevivir mientras que los menos favorecidos no tenían las mismas oportunidades.
Se trataba de la teoría de la selección natural, misma que deberíamos trasladar como ciudadanos a la elección democrática, para que, quien sea el más apto, gobierne nuestro Estado y que los menos favorecidos por falta de conocimientos, de ideas y propuestas reales, se extingan de la vida política.
Comentarios