Temen que gobierno de AMLO retome tema de hidroeléctricas en Veracruz

Luego de AMLO anunció que no habrá castigo para ninguno de los funcionarios corruptos del PRI que participaron en corrupción con Odebrecht pobladores temen que vaya a reactivar los negocios con la brasileña

XALAPA, Ver.- Por más de ocho años pobladores de la cuenca de La Antigua han luchado para evitar que empresas extranjeras y locales lleven a cabo proyectos de hidroeléctricas que pongan en riesgo el agua.

Alejandro Gallardo, representante de «Pueblos Unidos de la Cuenca de La Antigua-Jalcomulco», dio a conocer que la defensa del agua y el territorio tiene sus orígenes en el 2010, año en el que por fuentes externas los pobladores se enteraron de la construcción de hidroeléctricas en la cuenca y se organizó el primer grupo de lucha.

Explicó que luego de tres años de permanecer en “incertidumbre”, en 2013 se conoció que el proyecto que pretendía instalarse estaba a cargo de la empresa brasileña Odebrecht, misma que tenía la intención de crear una hidroeléctrica en el río Los Pescados, perteneciente a la cuenca de La Antigua.

“Lo primero que hicimos fue pedir información sobre las afectaciones porque sólo te cuentan lo bonito, los beneficios, pero nunca las afectaciones, hubo omisiones y faltas de acceso a la información, las autoridades que se encargan de defender el medio ambiente decían que no existía tal proyecto”, dijo.

Refirió que en octubre de 2013 la empresa ingresó a terrenos cercanos a la cuenca para hacer el análisis del suelo y pretendían realizar el Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA).

“En cuestión de una hora nos reunimos alrededor de mil 500 personas para sacarlos de ese lugar, donde estaban haciendo las perforaciones, a partir de esto llegaron las empresas con permisos. Al inicio hubo un poco de discusión porque un grupo que pensaba vender su parcela les dio un permiso de 40 días, pero no fue legal porque no estaba autorizado por la asamblea y se revocó. El 20 de enero de 2014 se les venció dicho permiso y se quedaron en un 60 o 70% de avance porque ya no se les concedió otro permiso”, expuso.

Aseguró que la lucha no ha sido sólo con Odebrecht, pues las empresas Constanza Energética y Perseveranza Energética, que se adjudican como veracruzanas, quieren instalar una hidroeléctrica en la zona de Teocelo, lo que afectaría directamente al río Los Pescados.

“Pareciera que hemos ganado batallas, pero no la guerra porque las empresas están llegando otra vez, los permisos están ahí, la misma Odebrecht sigue aquí. Se acercan otras nuevas empresas y tratan de entrar otra vez a las comunidades, pero los pueblos están más alertas, pese a que el aparato oficial los está apoyando”, manifestó.

De la misma forma, mencionó que también se está luchando por lograr evitar que se concesione el agua, tras la publicación de los presidenciales, realizada el pasado 6 de junio y con los cuales se eliminaron las vedas en 300 cuencas hidrológicas del país.

Para ello, permanecen organizados y en alerta, además de que están trabajando de la mano con el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA).

“Estamos trabajando con los comités del agua, comisariados ejidales, agentes municipales, la estructura se ha mantenido, además contamos con la asesoría legal que necesitamos, tenemos que recordar que no tenemos ningún financiamiento más que el del pueblo y de alguna persona que pasa y nos deja una moneda. Los grupos se han mantenido a la fecha y el campamento es símbolo de nuestra resistencia”, opinó.

UNIDOS POR LA LUCHA

El 20 de enero de 2014 en el predio Tamarindo, ubicado en la carretera Tuzamapan-Jalcomulco, se instaló el campamento de defensa «Centinelas del Río», que tiene por objetivo vigilar las 24 horas y los 365 días del año que ninguna empresa se “adueñe” del río.

Desde entonces han pasado cuatro años y medio y aunque el cansancio está presente, la lucha permanece porque los pobladores no permitirán la construcción de la presa que les quitará el agua que ha sido el sustento de varias generaciones.

Con la lucha social creada hace más de tres años se formaron 20 grupos de vigilancia, los cuales se encargan de permanecer en el campamento y vigilar la zona.

La mayoría de los grupos oscila entre diez y quince integrantes, aunque hay algunos que lograron reunir hasta 30 o 40 personas.

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Para llevar a cabo esta lucha no sólo pobladores de Jalcomulco se organizaron, pues hombres y mujeres de Tuzamapan, Xico, Monte Blanco, Tlaltetela, Tejerías, Cosautlán de Carvajal, Coatepec, Apazapan, Chotla y Barranca Grande,entre otras se unieron a la misma.

Cada día los grupos organizados se presentan al campamento, algunas veces de día y otras de noche. El programa de visitas se organizó a modo de que el grupo que en una semana vigila en el día, para la próxima vez lo haga en la noche.

En el campamento se adecuó un comedor, una cocina y un sanitario. En la cocina es donde se preparan los tres alimentos del día para los vigilantes en turno y durante la noche el brasero permanece caliente para el café de olla.

El sustento del campamento no sería posible sin la colaboración de la ciudadanía, quien no sólo les muestra apoyo moral, sino también económico o en especie. Algunos colaboran con monedas, otros con alimentos, pero cada persona que se identifica con la lucha aporta lo que está en sus posibilidades.

DEFENSA HASTA EL FINAL

En el 2013 cuando la empresa brasileña Odebrecht manifestó la intención de crear una hidroeléctrica en el río Los Pescados, perteneciente a la cuenca de La Antigua.

El 14 de febrero de ese año representantes de la empresa comparecieron ante diputados locales y pobladores para explicar los motivos para construir una presa y una hidroeléctrica en el río Los Pescados, perteneciente a la cuenca de La Antigua, proyecto que fue rechazado por pobladores de la región.

El 13 de marzo de dicho año el Congreso local aprobó las modificaciones al presupuesto del estado para realizar el Proyecto de Propósitos Múltiples Xalapa de abastecimiento de agua a la capital veracruzana y producción de electricidad, que tendría una inversión superior a 350 millones de pesos, bajo el esquema de asociación público-privada, que involucra la participación del gobierno del estado.

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Para mencionada fecha, la empresa contaba con un permiso condicionado que le otorgó la Comisión Reguladora de Energía (CRE) para operar la central hidroeléctrica bajo el modelo de Pequeña Producción de Energía Eléctrica, mismo que tendría que ser refrendado una vez que Odebrecht cumpliera con los Manifiestos de Impacto Ambiental y social, los cuales debían ser aprobados por las autoridades.

El 13 de octubre del mismo año los pobladores se percataron de que en el predio Tamarindo, 10 kilómetros arriba de Jalcomulco, la maquinaria de la empresa ya estaba trabajando.

Por ello, el 20 de enero del 2014 los pobladores se unieron para crear el campamento «Centinelas del Río», ubicado en el predio Tamarindo sobre la carretera Tuzamapan- Jalcomulco, con una exigencia: “No a las presas”, mismo que a la fecha permanece. Con información de Iztel Molina de www.diariodexalapa.com.mx

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