Áspera transición hacia el poder/ Escenarios

AMLO promete que su gobierno propondrá reformas para que los corruptos paguen con mas años de cárcel

Primera Parte: La Visión Nacional

Originalmente, alrededor de Andrés Manuel López Obrador, el movimiento social se aglutinó como una organización social nacionalista con visión progresista, y fue conformado por ciudadanos “de a pie”: trabajadores, jubilados, amas de casa, estudiantes, empleados, empresarios en pequeño, profesionistas. Quienes conformaban una incipiente sociedad civil hastiada de los excesos, errores, tropelías del poder público, compuesto por el Gobierno, organizaciones empresariales, alta jerarquía católica, partidos políticos “formados en el poder para el poder”, organizaciones no gubernamentales afines, fuerzas de seguridad policiales y militares.

Morena es un partido político y movimiento social de izquierda nacionalista. El 9 de julio de 2014 fue reconocido oficialmente como partido político, abierto a todos,  en pos de la lucha política, social y electoral.

En sus Principios, Morena establece que busca «un cambio en lo político, económico, social y cultural» y que «esto se logrará imprimiendo principios éticos a nuestro movimiento y defendiendo los derechos humanos, la libertad, la justicia y la dignidad de todos, además sostiene la idea de que «sólo el pueblo puede salvar al pueblo y que sólo el pueblo organizado puede salvar a la nación».

La transición de movimiento social a partido político, se da en un tiempo muy breve, solo en dos años.  Ya como partido de oposición se logra en cuatro años. Pero desde el primero de julio, AMLO obtuvo  una votación de más de 34 millones de votos, MORENA alcanzó cinco de las nueve gobernaturas,  y una aún, la de Puebla, en manos del Tribunal Federal Electoral pra su anulación. Logró mayoría absoluta en el Congreso Federal, senadores y diputados,  y 19 de los 26 congresos locales en distintas entidades.

Las elecciones del primero de julio abrieron una brecha muy grande entre las fuerzas vivas del poder político y del económico, los intereses de los consorcios internacionales beneficiados con la apertura neoliberal, de 36 años del amasiato del PRIAN, con gobiernos de simulada alternancia, obedientes a los designios del Consenso de Washington, para formalizar la entrega de la rectoría económica del Estado al mercado global. Convirtiendo a los gobernantes en gerentes, con reducida capacidad administrativa y una amplia capacidad de obediencia, sumisión.

De ahí que los cinco meses, de transitar hacia la protesta formal como Presidente Constitucional,  se convierta en algo inedito:  AMLO asumió el  poder virtual, mientras   la desarticulada oposición, conformada por los partidos perdedores, están al acecho, metiendo zancadillas, “sacadas de lengua”, compra de conciencias, control de medios.

Casos como los cinco diputados del verde y la coincidencia con la segunda vuelta al gobernador-senador chiapaneco, las manuelitas, el desboque de Cuauhtémoc Blanco, la designación de Bartlett, el tren Maya, las consultas para el nuevo aeropuerto, la reforma educativa, las alzas de gasolina, la construcción de refinerías, que si usó el “corazoncito” muy común en el lexico tabasqueño, que si dará mucha preferencia al beisbol, la suspensión de las  pensiones  a expresidentes, la concentración de comunicación social en una dependencia, el retiro del “chayote” a medios, los porros de la UNAM, la pensión universal para todos los mayores de 68 años de edad, la salida  de diputados morenistas motivados con cochupos de la oposición.

De esto y mas que se ha sucedido desde el primero de julio. Donde los vencedores se desbordan, los perdedores aprovechan fallas, errores, excesos, “metidas de pata” para divulgar en medios y redes las posibilidades de influir en las conciencias adormecidas del televidente-radioescucha y/o lector de revistas y periodicos,   manipulados para dirigir y  provocar el rechazo, crear duda, sembrar asombro o simplemente desdibujar el éxito alcanzado en las urnas.

Los intereses, las complicidades, los polìticos “cobros de piso”, el contubernio cínico con medios y periodistas ad hoc, la religiosa afinidad económica con dirigentes empresariales, partidos políticos y agrupaciones sindicales, que  están no solo “dolidas” por el fracaso electoral sino principalmente por la cerrazón de acuerdos que se habían mantenido en la alternancia del PRIAN,  entre grupos políticos, económicos y sociales para preservar el modelo neoliberal vigente.

Hoy en día, ante la ausencia del control formal de Enrique Peña Nieto, en contaste con AMLO,  presidente electo desbocado que se mueve como “pez en el agua” después  doce años de recorridos por todos los municipios del país, de entrar en contacto con grupos populares para captar rabia, coraje, frustración, impotencia de tanta corrupción, inseguridad, y pobreza.

Lo intereses afloran en protestas en el nuevo Congreso, para impedir la desaparición de las pensiones a expresidentes, para sancionar a funcionarios que rebasen ingresos a los del Presidente, del rechazo a la evaluación educativa, frenar la construcción del nuevo aeropuerto, criticar la propuesta del tren Maya en el sureste nacional, lograr “echar abajo” la estúpida privatización del agua, las pensiones universales a ciudadanos de la tercera edad, las becas a los jóvenes para que garantizar estudios y capacitarse para su integración al mercado laboral, el impulso a la cultura, el respaldo tan necesario para impulsar la ciencia y la tecnología, el mejoramiento de los servicios de salud y educación pública, la construcción de refinerías, sofocar el gasolinazo y desechar el cobros de autopistas por grupos privados.

En fin, ejercer la política, con conciencia social, con miras de recuperar el crecimiento económico que perdió la nación desde 1982. Un país que se ha ido hundiendo por la voracidad de la alta burocracia, la  que se apropió de los beneficios de las reformas estructurales, como la energética, educativa, de salud, laboral, fiscal, en las que ingresaron como cómplices de trasnacionales para asociarse o emplearse con ellas.

México debe cambiar, su transformación debe ser radical, rápida y sin concesiones, ya que los grupos de poder, afectados, se sacuden diariamente para modificar “hábitos y costumbres” apañadas desde Miguel de la Madrid. Fortalecidas en la simulada alternancia del PRI con el PAN-PRD, para impulsar la asociación delictuosa de la derecha degradada y la izquierda ligth, jalando las carriolas de la chiquillada cómplice: Verde, Panal, MC.

La regeneración de México, debe obedecer al principio fundamental, de que “sólo el pueblo puede salvar al pueblo y que sólo el pueblo organizado puede salvar a la nación», por eso deben extenderse los Foros populares, las Consultas ciudadanas, los recorridos sin cesar por todo el país, fortalecer la relación pueblo-Gobierno para abrir los espacios a la crítica, a las demandas y denuncias sociales, a las propuestas de toda la sociedad.

Ese es el reto, bien se dijo “en Política, la meta  no es resolver problemas, sino tener la astucia para crearlos”. Y el PRIAN, sus socios, cómplices y patrones harán todo lo posible para frenar, evitar, desvirtuar, impedir la transformación real que se demandó desde el primero de julio del 2018.

 

 

 

 

 

 

 

 

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