Películas e España y Argentina triunfan en San Sebastián

Al recibir el galardón como mejor actor, por la película 'Rojo', Darío Grandinetti dijo que la cinta es importante “en estos momentos en que parece que la derecha y el fascismo han vuelto a crecer en el mundo”. Foto Afp

San Sebastián. La cinta española Entre dos aguas se llevó este sábado la Concha de Oro a la mejor película en el Festival de San Sebastián, en una gala muy propicia para Argentina, donde Rojo obtuvo tres importantes premios, uno de ellos para su joven director Benjamín Naishtat.

El director catalán Isaki Lacuesta ganó la segunda Concha de Oro de su carrera, con la conmovedora historia de dos hermanos gitanos de Andalucía, Israel y Cheíto Gómez Romero.

La realización tiene mucho de excepcional, y es que ambos eran los protagonistas de su filme La leyenda del tiempo, del año 2006.

Si el flamenco dominaba aquella cinta, rodada en la patria chica de Camarón de la Isla, en la nueva entrega las tornas han cambiado: Cheíto es soldado de la Marina, e Israel, recién salido de prisión y con tres hijas pequeñas, ha de elegir entre malvivir trabajando honestamente o el dinero fácil del narcotráfico.

Lacuesta, triunfador en 2011 en San Sebastián con Los pasos dobles, valoró emocionado que un jurado internacional premiara una película sobre las vicisitudes de dos hermanos gitanos en las profundidades de Andalucía.

Al final somos muy parecidos todos: la gente de Ohio, de Australia, de San Fernando o de Gerona no somos tan distintos, nos parecemos mucho”, dijo a los periodistas.

Entre dos aguas fue elegida como la mejor de las 18 cintas que competían en la sección oficial por un jurado presidido por el director estadunidense Alexander Payne.

Un gran día para Argentina

La noche fue excelente para Argentina. Rojo, un filme sobre los prolegómenos de la dictadura de 1976-1983, se llevó tres premios: Concha de Plata al mejor director para Benjamín Naishtat, de 32 años, mejor actor para el protagonista Darío Grandinetti, y mejor fotografía para Pedro Sotero.

Al recibir el galardón, Grandinetti aprovechó para decir que la película ha de servir de advertencia “en estos momentos en que parece que la derecha y el fascismo han vuelto a crecer en el mundo”.

“Es maravilloso el lugar que le dan al cine latinoamericano aquí”, dijo Naishtat, quien criticó por otro lado duramente la actual gestión pública de la cultura en su país.

El premio de la sección Horizontes Latinos, donde competían 12 producciones latinoamericanas, fue para la también argentina Familia sumergida, sobre una mujer que debe enfrentar el duelo tras morir su hermana.

Su directora, María Alché, valoró que hubo “un clima muy lindo en las proyecciones”, y agradeció que hubo “preguntas muy interesantes” por parte del público.

Argentina también se llevó una mención especial para El motoarrebatador, la cinta tragicómica de Agustín Toscano sobre un ladrón que se arrepiente de su delito y trata de redimirse ayudando a su anciana víctima.

Una mejor actriz muy meritoria

El premio a la mejor actriz fue para la noruega Pia Tjelta, por su rol en Blind Spot. Una película angustiosa, filmada en tiempo real y con un solo plano secuencia, donde hace el rol de una madrastra desesperada cuando descubre que su hijastra adolescente ha intentado quitarse la vida.

Además fue premiado el mejor guión, el cual se lo llevó el escocés Paul Laverty, quien escribió el biopic Yuli, dirigido por Icíar Bollaín y en el que el bailarín cubano Carlos Acosta se interpreta a sí mismo.

La gala de este sábado puso el punto final a la 66 edición del Festival de San Sebastián, donde se proyectaron en total más de 190 películas y se vio desfilar a estrellas como el director mexicano Alfonso Cuarón, la francesa Juliette Binoche o el canadiense Ryan Gosling, que a su llegada desató la locura entre los fans.

Entre los muchos temas abordados en las cintas emergieron dos en particular: el narcotráfico -con premio especial del jurado para la filipina Alpha, The Right to Kill, de Brillante Mendoza- y el feminismo. Y es que en esta edición, la organización del Festival firmó una carta para promover una mayor presencia de las mujeres en la industria.

Las pantallas de San Sebastián mostraron una rica galería de personajes femeninos potentes, como la nodriza protagónica de Le cahier noir, un fresco histórico ambientado en la Europa de la Revolución francesa y dirigido por la chilena Valeria Sarmiento.

También arrancaron aplausos en las proyecciones las actrices españolas Najwa Nimri y Eva Llorach, intérpretes de una cantante y una admiradora, cuyas identidades se confunden en «Quién te cantará».

El festival tuvo como cada año su lote de premios honoríficos Donostia, que fueron a manos de tres grandes: el director japonés Hirokazu Kore-eda, el actor y director norteamericano Danny DeVito, y la actriz inglesa Judi Dench, de nuevo en el papel de espía en Red Joan.

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