De acuerdo con nuestra legislación municipal, el abastecimiento del agua a la población mexicana es un servicio que debe prestar los gobiernos municipales, es su obligación legal, para ello se crean comisiones de agua con organismos operadores de sistemas de distribución de agua y saneamiento.
En nuestro país el consumo de agua se considera un derecho humano, que muchos pueblos y comunidades no ejercen por la incapacidad de los gobiernos para garantizar tan importante derecho; por ello las mujeres y los niños/as tienen que recorrer enormes distancias para obtener agua para consumo y satisfacer las necesidades de aseo personal. Muchas comunidades y pueblos no tiene sistemas de agua, sufren por la escases de agua, pero de sus territorios se llevan el agua para los grandes centros de población urbana, el agua llega limpia a esos centro de población y regresa a la naturaleza contaminada; estos sistemas son insostenible a futuro por el elevado costo económico que representa y por altísimo daño que le causa a la naturaleza; por el volumen de agua que se contamina es imposible tratarla o devolverla a naturaleza en su estado original, muchas plantas de tratamiento de aguas residuales son obsoletas y otras dejan de funcionar al poco tiempo de ser construidas y puesta en operación por los enormes costos de operación.
Los sistemas de agua municipal y estatales son organismos que operan con pérdidas económicas, las cuales tienen relación directa con la corrupción, administración deficiente, costosas nominas por exceso de personal y altos salarios de directivos de los organismos, deudas por préstamos para construcción de redes de abastecimiento y plantas de tratamiento de aguas residuales; sistemas de tarifas por consumo de agua injustos, importantes rezagos de pagos por consumo de agua de la población; un creciente desperdicio de agua causado por fugas en las redes de distribución y sistema de medición de consumo absolutos; fuentes de abastecimiento de agua empobrecidas, por contaminación y deforestación, con deficientes métodos de potabilización del agua; ausencia de una cultura de cuidado y aprovechamiento del agua, ausencia de programas de reforestación con árboles nativos o propios de la zonas de captación del agua, carencia de convenios con centros de investigación, universidades públicas o privadas y organizaciones civiles; rechazo de la población y falta de incentivos de los gobiernos para establecer sistema domésticos de tratamiento de aguas residuales, de captación de agua de lluvia y potabilización.
El aumento del consumo de agua embotella entre la población tiene su origen en la situación descrita, las familias son obligadas a compra el agua embotella en detrimento de su debilitada economía, los gobiernos han renunciado a proporcionar agua potable a la población que dicen gobernar, se niegan a invertir en los viejos sistemas de distribución de agua; por ello la población, como única e inmediata alternativa, debe comprar de agua embotellada.
La tendencia desnacionalizadora o privatizadora del agua tiene que ver con el gran negocio que significa vender agua potable embotellada a la población; el sueño de los neoliberales y depredadores de los bienes naturales, que gobierna nuestro país, es también privatizar los sistemas de agua municipales e intermunicipales, aprovechar los sistema construidos con recursos públicos para vender por litro el agua que consumimos diariamente en nuestro domicilios. Los excedentes de agua, ya que habrá quien no pueda pagar, se venderán al mejor postor. Ahora tenemos el caso del Sistema de Agua de la conurbación Veracruz-Boca del Río, de ser un sistema sostenible económicamente lo convirtieron en un organismo arruinado, que debe recibir subsidio extraordinario para “sanear sus finanzas” y después privatizarlo, con el beneplácito de los gobiernos locales priistas y el congreso del estado de Veracruz.
Las comunidades, pueblos y municipios que tienen sistemas propios de distribución de agua, con las limitaciones y vicios ya descritos, que permite les permite asegurar el derecho humano al agua; también aseguran su existencia como pueblos y comunidades, ya que tener agua también garantiza autonomía política y un buen vivir; con esos sistemas de distribución de agua, que debe ser mejorados, regulados por la población organizada y contar con programas de cuidado del agua, se pueden situar en la vía de asegurar el derecho humano al agua en el presente y el futuro. Como sociedad nos coloca en la urgente necesidad de buscar alternativas para defender y cuidar el agua; la nueva Ley de Aguas Nacionales pone en peligro la existencia de los pueblos, comunidades y municipios; ya que les arrebataría la posibilidad de procurarse un buen vivir, vulnera los derechos al desarrollo, la cultura y la salud humana. Por ello debemos oponernos, protestar y resistir, no tenemos otro camino. Existe una propuesta ciudadana de Ley General de Aguas elaborada por organizaciones civiles, académicos y organizaciones sociales, que debemos conocer y la puedes consultar en http://aguaparatodos.org.mx/ También se impulsa una campaña de firmas de apoyo a la ley de las organizaciones civiles, en el sitio web de Agua para todos Agua para la Vida, se encuentra los formatos para firma, aquí en Xalapa la Asamblea Veracruzana de Iniciativas y Defensa Ambiental reúne firmas. Usted amable lectora o lector que opina.
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