La corrupción, la naturaleza/ El Cristalazo

- en Opinión

Pero sea como sea al menos en lo jurídico se trabaja y en lo político se mienta la soga en la casa del ahorcado. Siquiera métanle la lengua al pobre y rígido señor cuyo rostro lívido e hinchado no da un buen espectáculo.

CorrupcionDe pronto, como si se tratara del hallazgo por el cual ha esperado la patria siglos y más tiempo, los mexicanos nos damos cuenta de la razón de todas nuestras desgracias, de la causa de nuestro atraso, del motivo de nuestras congojas; freno y cerco para la prosperidad, valladar por cuyas fisuras no entran ni el avance ni el progreso.
—Es que sabe usted, “semos” corruptos. “Corructos”, dirá la señorita habitante del “felinato”. Felina ella, pues.
Suenan los atabales y los címbalos gloriosos: hemos construido, vaya labor de ingeniería ético legislativa, un Sistema Nacional Anticorrupción el cual lleva en su nombre la existencia de su opuesto pues si existe un sistema contra algo, es por la previa existencia de aquel “algo” ya sistematizado. En este caso la corrupción, corruptela, trácala, transa, cochupo, arreglo, maniobra, simulación. Doble fondo, persona de paja, prestanombres, engaño, engañifa, trinquete o como se le quiera decir en el amplísimo vocabulario entre el cinismo y la picaresca.
Alfred Jarry y Eugene Ionesco, padres del teatro del absurdo, podrían haber escrito este diálogo.
—La corrupción es incumplir la ley, dijo el filósofo.
—Entonces hagamos una ley nueva.
—¿Y quiénes van a cumplir la nueva ley?
—Obviamente la van a incumplir quienes violaban la ley anterior. O las leyes anteriores, porque si no se brinca la ley, no hay corrupción.
—Entonces el problema no es la deshonestidad, sino la ley.
—Por eso te digo, hagamos una ley para cumplir con todas las demás leyes.
—¿Y si esa ley no se acata?
—Pues hacemos otra para cumplir con la anterior.
—¿Y luego?
—Luego se acabó el sexenio y nos vamos a otra cosa.
—¿Cómo cuál?
—Como acusar a los anteriores de no haber cumplido las leyes por ellos promulgadas. Y entonces, haremos una nueva ley.
—¿Entonces las leyes no se hacen para cumplirlas?
—¡No!, ¿cómo se te ocurre? Se hacen por el enorme placer de hacerlas y pronunciar discursos para elaborarlas, justificarlas y presentarlas.
Pero sea como sea al menos en lo jurídico se trabaja y en lo político se mienta la soga en la casa del ahorcado. Siquiera métanle la lengua al pobre y rígido señor cuyo rostro lívido e hinchado no da un buen espectáculo.
Obviamente esto no lo dijeron ni Jarry ni Ionesco, pero todos lo hemos leído:
“El pleno del Senado aprobó ayer en lo general y particular la creación del Sistema Nacional Anticorrupción que permitirá a la Federación y a los estados entrar a las entrañas del Poder Judicial para revisar el uso del erario federal y estatal, así como a la manera en que los gobernadores utilizan el dinero de la distribución federalizada de impuestos.
“Las autoridades podrán ordenar la suspensión de actividades, disolución o intervención de la sociedad de una empresa o empresas que incurran en actos de corrupción”.
Así pues bienaventurados sean los legisladores de buena voluntad pues a ellos les tocará el reino celestial y aun cuando algunos digan esto es insuficiente y otros más se burlen con la cantaleta de su inutilidad, el caso es simple: si esta nueva ley no sirviera para nada, no estarían los partidos políticos en abierta disputa por su paternidad.
Ahora falta el campo de las leyes detalladas, los reglamentos, la vida cotidiana, pero muchas cosas cambian en verdad cuando se legisla, por ejemplo, vea usted cómo endurecer las disposiciones hacendarias ha limitado el uso de efectivo en cualquier transacción y hasta dónde pueden llegar el control de las actividades del blanqueo de capitales.
Ahora será más difícil por ejemplo para un candidato panista en Sonora rentar un avión ¡de su propiedad! y llamarse a plena pureza.
—Ni modo, “semos curructos”.

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Comentarios

  1. Es lo «mesmo» atrás que en ancas diría el indio, las leyes se hicieron para pasárselas por debajo del arco si no que chiste tendría, dejen que los legisladores, diputados y senadores así como gobernadores, secretarios de estado, y ejecutivo, se harten de llevarse los dineros del pueblo, pero por favor tan siquiera déjenos morir tranquilamente, lleven se lo todo pero ya no abusen más de nosotros, pues total que tanto es tannnnnntitiiiiiiiiiito.

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