Este artículo lo escribo en un momento muy especial de mi vida, acabo de ser abuelo por primera vez, una linda nieta, hija de mi querida hija Aránzazu y su esposo Ramsés.
Empiezo así porque recuerdo muy bien los esfuerzos que se hacían en las épocas de los sesenta por nuestros padres para generar un mejor estilo de vida, en ese entonces con estabilidad económica y con menos medios e información, pero sí más estabilidad.
Posteriormente en la década de los ochentas cuantos de nosotros a pesar de esfuerzos, reclamos y trabajo duro vimos caer la economía nacional y nuestra economía familiar, empiezan las crisis.
Nuevamente sin tanta información, con poca preocupación de la ciudadanía de participar, eran las épocas de la apatía, el conformismo y la nula democracia. Pero al paso de los años y cuando empezamos a tener nuestros hijos buscamos hacer los cambios necesarios para que ellos al llegar a su edad productiva no vivieran las crisis que tuvimos.
Recordarán las devaluaciones, la inflación, las altas tasas de interés que pagaban los bancos, la imposibilidad de planear y tener futuro porque había desempleo, los impuestos altísimos, la pérdida del poder adquisitivo porque a pesar de los aumentos tan desproporcionados de salarios nos comía la inflación.
Lo que queríamos era evitar este panorama para nuestros hijos cuando empezaran a formar su familia, pero al parecer después de unos 15 años de estabilidad, considero de 1997 al 2012 estamos entrando en una espiral que nos puede llevar al desastre de aquellos álgidos años.
Por la mundialización económica que vivimos, las zonas económicas de América, de Europa y Asia o bien países solos nos enfrentamos a cambios externos e internos que pueden ser positivos o negativos en nuestra economía. Ahora no solo vemos si a Estados Unidos le da gripe y a nosotros pulmonía, sino que tenemos la gripe asiática que ocasiona una pandemia (es cuando el mundo se enfrenta a una misma enfermedad).
Desde hace un año vimos el error de cálculo en el precio de barril de petróleo, después otro error el cálculo del crecimiento económico, la pésima reforma fiscal, que fue una reforma de terror recaudatoria, la poca aplicación de políticas públicas para generar empleo, ya tenemos una inflación en puerta por la pérdida del peso ante el dólar y el euro, los ajustes al presupuesto del 2015 y la amenaza del recorte en el 2016 en fin el panorama es bastante malo.
Pero hay una luz al final del túnel, que los legisladores que iniciarán este primero de septiembre se pongan las pilas y piensen en nosotros y no en el poder y como conservar sus cargos y ganar elecciones, o sea dejar las políticas populistas y asistencialistas por legislar en favor del Bien Común.
La primera gran decisión será todo el paquete económico para el 2016, lo presentará el Presidente de México el 8 de septiembre para ser discutido, modificado si piensan en nosotros y aprobado en su caso. Recordando que el presupuesto de egresos es facultad exclusiva de los Diputados, que tendrán escasos dos meses de haber empezado, prueba de fuego. Ya ni hablo del 3er. informe y su glosa que tendrán que enfrentar las dos Cámaras de Congreso.
Si logramos los ciudadanos imponer nuestra voluntad que cambie la ley y el presupuesto y su aplicación en las políticas públicas, así como presionar para tener una Reforma Hacendaria podríamos ver el inicio de una recuperación, más los cambios en el Ejecutivo para aplicar las Reformas Estructurales. Con todo esto la mesa estaría puesta, sin olvidar que debemos tener Transparencia y Rendición de Cuentas, verdadera política de anticorrupción y terminar con la impunidad.
Por cierto es fabuloso ver que los ex presidentes y ex secretarios de los dos partidos más fuertes de México ahora son Diputados Federales pero plurinominales a ver qué pasa.
Así que como buenos ciudadanos a exigir para terminar con la zozobra económica y que nuestros hijos y sus familias tengan mejores condiciones de vida con estabilidad, trabajo y armonía.
Estos son muy buenos deseos que creo todos compartimos y necesitamos,
pensemos en las niñas y niños que nacieron, y los que están por nacer.
Así que ojalá hagamos algo tangible porque esto suceda, de otra manera
como bien lo dice el autor del estupendo artículo, la mayoría se muestra
altamente despreocupada y ajena a lo que sucede.