Sobrevivir con minisalarios

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Sanjuana-MartinezPor Por Sanjuana Martínez /

Alguien puede sobrevivir con un salario mínimo? Difícilmente. Los 66.45 diarios difícilmente serán suficientes para una persona, mucho menos para una familia, un aumento en el 2015 de apenas 2 pesos con 45 centavos.

Oficialmente 7 millones de trabajadores reciben este salario mínimo, pero en realidad más del doble, es decir, de 14 millones, sobreviven con esa cantidad e incluso menos.

Peor aún: casi 30 millones de personas viven con sueldos de tres salarios mínimos al día, con poco menos de 6 mil 57 pesos al mes, según ha desvelado el investigador en economía, Rafael Arias Hernández, quien además registró a 3.6 millones de personas que trabajan y no reciben un salario.

México, es el país de la esclavitud laboral. Estos salarios solo se entienden bajo un régimen de esclavitud establecido por la complicidad endémica de gobierno, empresarios y sindicatos. Los tres niveles son “charros”, no solamente los sindicatos, también los empresarios que llenan las cuentas bancarias de los corruptos líderes sindicales, para mantener los salarios de hambre e incluso el gobierno dispuesto a sostener los privilegios de sus amigos empresarios, generadores de riqueza para sí mismos.

En definitiva ¿cuántos millones de trabajadores mexicanos sobreviven con minisalarios? Seguramente más de la mitad de los trabajadores. De hecho, en este país, se ha convertido en algo políticamente incorrecto solicitar aumento. Los años pasan y ya no hay aumentos. Si alguien se atreve con valor y miedo a la vez, de perder el empleo por solicitar aumento, recibirá como respuesta, que los 2 pesos con 45 centavos de incremento, fueron solo para los salarios mínimos. Con lo cual, el resto de los salarios sencillamente no suben y van depreciándose año con año, mes con mes, día con día, ante el difícil reto de subsistir.

Frente al empobrecimiento galopante de la población mexicana, tenemos al sector de la clase política enriquecida, la alta burocracia, gobernadores, senadores, diputados, regidores y más vividores del sistema que, se llenan los bolsillos aplicándose jugosos beneficios económicos además de sus salarios de primer mundo.

Enrique Peña Nieto será recordado como el presidente de las mentiras. Mintió al decir que los trabajadores mejorarían su economía y también al enviar una iniciativa relacionada con la recuperación del salario mínimo que en nada ha servido. Según él, con su propuesta se crea una nueva unidad de cuenta denominada Unidad Medida y Actualización, en moneda nacional para desvincular el salario mínimo como unidad para el pago de créditos de vivienda, multas y obligaciones diversas.

Lo anterior es una simulación. En la realidad, los trabajadores siguen cayendo en masa al hoyo de la pobreza con estos salarios de hambre. Minisalarios que según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), se han rezagado nada menos que 44 años.

La Cepal ha sido clara, el salario mínimo en México, viola una parte de la Constitución, porque sencillamente no ofrece una remuneración digna que cubra las necesidades básicas del trabajador ni de su familia.

Según sus estadísticas, México ocupa el penúltimo lugar entre 15 países de América Latina en salarios de los trabajadores (masa salarial) respecto del producto interno bruto del país (PIB). Guatemala y Honduras rebasan a México. Indignante.

Desde hace 20 años, México pertenece al grupo de países latinoamericanos donde los trabajadores no han recibido más del 35 por ciento de los dividendos generados por la economía, dice un estudio de la Cepal.

El salario mínimo en México es vergonzoso. Está un 40 por ciento por debajo del umbral de la pobreza y ha sido el salario por generaciones para millones de mexicanos.

No importa el partido en el poder, el PAN y el PRI, nos han demostrado que han preferido convertir a México en una fábrica de pobres, de trabajadores hambrientos, lanzados irremediablemente a la pobreza extrema.

¿Quién va a poner un alto a esta ominosa realidad? Los diputados de todos los partidos nos han demostrado que no les interesa meterse en esta discusión. También los senadores.

Y otra pregunta: ¿De qué sirven los sindicatos? Si no son capaces de otorgar un salario digno a la clase trabajadora, por qué continúan siendo operados por los mismos líderes charros.

La sensación de indefensión y frustración invade a cualquier trabajador ante esta terrible situación. Quienes tienen el compromiso de sacar adelante a sus familias no les queda otra alternativa más que convertirse en
polichambistas, trabajar de manera extenuante, 16, 18 horas continuas, y descuidar su alimentación, su salud.

Los trabajadores mexicanos ya ni siquiera pueden acceder a una canasta básica. Los expertos, señalan que el salario mínimo debería ser por lo menos 200 pesos diarios. De acuerdo al Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM se requieren 192 pesos diarios para adquirir la disminuida canasta básica.

Y a todo esto: ¿Qué pasa con la Conasami? Pues la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos ni sus luces. Este organismo innecesario, destina nada menos que 28 millones de pesos de su presupuesto anual a pagar estudios económicos para determinar el incremento en el salario mínimo. ¿Y para qué queremos esos estudios si finalmente los salarios siempre aumentan cada año 2 pesos diarios?

Lo peor de todo, es que está obsoleta institución recibe un presupuesto anual de 41 millones de pesos, de los cuales 11 millones son destinados a “apoyo administrativo y sueldos”.

¿Saben cuánto gana mensualmente Basilio González, presidente de la Conasami? El salario mínimo de 115 trabajadores, es decir, un sueldo de 2 millones 81 mil 600 pesos anuales. Además, recibe 39 mil 600 de un bono de “protección al salario”, 75 mil 800 pesos de pago de seguros, 275 mil 211 pesos de “fondos y seguros de ahorro para el retiro”, y 270 mil pesos por “condiciones de trabajo, contratos colectivos y otras remuneraciones”.

Lo dicho. México, el país de la esclavitud laboral donde los funcionarios y políticos son ricos. La receta económica ideal para convertir a un país en fábrica de pobres, hambrientos, sin futuro.


www.websanjuanamartinez.com.mx

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