Perro Viejo

Trujyper/ Verba Brava

Con la elección de Miguel Ángel Yunes Linares en el primer lugar de la lista panista en la Tercera Circunscripción para diputados federales plurinominales de  la LXIII Legislatura Federal 2015-2018,  el panorama para los priistas veracruzanos se llena de bruma.

Se afligen quienes lo ven en crecimiento político, y en alta posibilidad de llegar a la competencia gubernamental de 2016, aunque fuere una gubernatura de dos años; en la de 2010 alcanzó un millón trescientos mil votos.

Los odios que le tienen algunos políticos y algunos comunicadores en la entidad o en el país, quizá no se los ha ganado Miguel gratuitamente, sino inclusive algunos han sido inducidos por el poder del dinero gubernamental veracruzano.

Los motes de mala leche que le han endilgado sus detractores (el perro, el demonio, el can mayor, el diablo, el blue demon, kid Yunes, el can del estero) etc) y que han repetido incansablemente corifeos textoservidores fieles durante los últimos 10 años, quizá aminoren ahora que el panismo nacional lo coloca en ese primer lugar de la circunscripción tercera.

En un ejercicio futurista, Yunes podría alcanzar en la LXIII Legislatura federal  una posición de liderazgo entre su bancada para defender y exponer iniciativas que convengan al Partido Acción Nacional y a la población practicando una oposición civilizada.

La madurez, la calma y el dominio de las explosiones de carácter del soledense han aparecido ya en un hombre que entra a la séptima década de vida y estrena nieto, Miguel III,  la experiencia adquirida en lides políticas y de debate anteponiendo su razón y sus pruebas lo han fogueado para enfrentar a cualquier contendiente.

En la escena política estatal mantiene presencia popular  por expresar lo que siente, principalmente al refutar cifras y tesis gubernamentales no acordes con la verdad y realidad de la entidad.

Nadie con sentido común se atrevería a dudar de la inteligencia, sagacidad y valor de Miguel, quien ha sido el contrincante más fuerte que ha tenido la corrupción, la deshonestidad, la ineptitud y la rapacería del gobierno de Fidel Herrera y sus herencias.

Por lo anterior es que el futuro político de Yunes augura esperanzas para quienes consideran es necesario cambiar las formas de hacer política en Veracruz, para salir del hoyanco en que se encuentra la entidad.

El riesgo de que la lucha política en la entidad se tiña de sangre, existe. Los odios y las pasiones pueden desbordarse entre los rojos y los azules, eso sí sería peligroso y nada deseable.

Miguel Ángel aún no da el viejazo, en realidad es como un  perro viejo; de los que sin avisar  tiran la mordida cuando la situación lo amerita o cuando de defender lo suyo se trata.

Los votantes para la gubernatura en 2016  podrían preferir un zorro o perro viejo seguro de lo que hace,  que un cachorro juguetón lleno de alocadas decisiones caprichosas.

Para culminar su vida política en Veracruz,  Miguel Ángel disfrutaría  una gubernatura, de dos semanas, cuatro meses, o de seis años. Limpiar zahúrdas y extinguir plagas lo haría con loco frenesí. Siete millones y medio de veracruzanos ofendidos lo  agradeceríamos eternamente.

Dicen que ha dicho que con solo un mes como Ejecutivo metería a la cárcel a más de dos depredadores políticos-financieros que han destrozado la entidad y masacrado el futuro de varias generaciones por venir. Ese es el terror que impone su colocación en la lista de plurinominales.

Lo que no deja de ser cierto es que con el divisionismo interno imperante en el PRI estatal, las esperanzas de los tricolores para lograr triunfos contundentes se antoja difícil, por eso el temor a la unción del panista de Soledad de Doblado.

No extrañaría que en el paroxismo de la perversión tricolor y viendo cercano un holocausto priista, se unieran fuerzas  para combatir o frenar a Miguel y se impulsen candidaturas plurinominales para Dante Delgado en Partido Movimiento Ciudadano, para Ignacio Morales Lechuga desde el PRD,  para Fidel Herrera desde el PRI o Nueva Alianza y entonces sí, se convertiría en ring político la Cámara baja del Congreso de la Unión. ¡Ay nanita mi sangre!