Xalapa, Ver. Mujeres de madera, bailarinas de singular belleza, de raza negra –la tercera raíz de México y Veracruz–, esculpidas por el artista Fernando Vásquez Jácome en una sola pieza o en partes ensambladas en obras de gran formato componen la exposición “Armonía”, inaugurada en el lobby del Palacio Legislativo.
Aprendiz desde niño, al lado de su padre –el extinto escultor veracruzano Erasmo Vásquez Lendechy–, Fernando renunció a la carrera de Ingeniería para dedicarse a esculpir de tiempo completo: “El tema de esta exposición es la danza y es resultado de trabajo arduo. En conjunto son diez piezas, bailarinas todas, aunque aquí sólo se muestran seis”.
Al hablar de la ejecución de cada obra, hizo una comparación con los movimientos de una bailarina, de una gimnasta: “Pareciera que esos movimientos relajados, perfectos, no implican mayor esfuerzo, pero detrás hay mucho trabajo, caídas, golpes”.
Cuando las esculturas llegan al público se perciben agradables, tranquilas –continuó–, pero su ejecución requirió de un gran trabajo de diseño, dibujos en los que se da forma al movimiento y al cuerpo que surge de la mente del artista: “Armonía plasmada en madera”.
Fernando comentó que su mayor inspiración es la mujer. Su obra favorita, que incluye en esta exposición, se llama Gracias a la vida: un cuerpo femenino tallado en madera de frijolillo, cuya elaboración tardó más de seis meses.
Reconoció gran influencia de su padre, aunque don Erasmo se dedicó más a la gente del pueblo e hizo muchas obras en formatos pequeños. No obstante, la presencia es evidente con el tema de la negritud y su contribución a la identidad mexicana.
La primera exposición de Fernando fue en 1972 y ha presentado su obra cuatro veces en el Palacio Legislativo, un espacio que considera relevante para difundir el trabajo de los artistas veracruzanos, por su gran afluencia. Durante estos años ha experimentado en diversos formatos, con piezas desde ocho milímetros hasta más de un metro, como el busto de Hilario Salas, en Acayucan.
Sus esculturas lo han llevado hasta el Museo de Bellas Artes de Chicago, Estados Unidos, donde se exhiben “un huevo de avestruz con el rostro de una mujer africana y una réplica en madera de Yanga –una estatua hecha por su padre–, que se adquirieron para la exposición Presencia negra en México.La inauguración estuvo a cargo del secretario general del Congreso del Estado, Francisco Portilla Bonilla, y asistieron otros artistas plásticos, familiares y público en general.
Comentarios