Tres tareas que deja el Papa Francisco en Latinoamérica

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Papa Francisco en su visita a Bolivia con el presidente Evo Morales
Papa Francisco en su visita a Bolivia con el presidente Evo Morales

Xalapa, Ver.- El viaje pastoral del Papa Francisco a Latinoamérica está a punto de concluir, el pontífice regresará al Vaticano el día 13 de julio de 2015. El Obispo de Roma ha presentado el Evangelio a todos, ha insistido en lo que es medular en la vida cristiana, todo parte del encuentro con Cristo, pasa a través de la conversión personal y comunitaria, y se expresa en el compromiso con los demás a través de la caridad. Cristo es la respuesta a todas las necesidades más apremiantes del ser humano, su gracia purifica y regenera las diferentes situaciones de la persona, la vida cristiana ayuda a convivir con los demás en un ambiente fraterno.

El pontífice ha sido recurrente en su mensaje de integrar a los “descartados” del mundo moderno en los procesos de desarrollo de los países, es necesario cuidar la madre tierra y promover una economía social, es decir que la economía esté al servicio del hombre y no al revés. Muy significativa fue sin duda, la participación del Papa en el Encuentro Mundial de los Movimientos Populares llevado a cabo en Santa Cruz, Bolivia, el pasado 9 de julio. El Encuentro reunió a delegados mundiales de indígenas, inmigrantes y campesinos. El Obispo de Roma habló de la urgente necesidad de un cambio.

“Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los pueblos… y tampoco lo aguanta la tierra”. El Papa habló de un cambio que nos haga bien a todos, un “cambio redentor”. Lo mismo vale para México y para nuestro Estado de Veracruz.

El drama social y ambiental que viven nuestros pueblos no se resuelve solo con el cambio de estructuras, se necesita la conversión de actitudes y del propio corazón: “un cambio de estructuras que no viene acompañado de una sincera conversión de las actitudes y del corazón termina a la larga o a la corta por burocratizarse, corromperse y sucumbir”. El Papa Francisco propuso tres tareas que requieren el aporte de los Movimientos Populares: La primera tarea es la de poner la economía al servicio de los Pueblos. Una economía con rostro humano. Eso implica cuidar celosamente la casa y distribuir adecuadamente los bienes entre todos. Esta economía no es sólo deseable y necesaria sino también posible. Francisco señaló que “los recursos disponibles en el mundo… son más que suficientes para el desarrollo integral de todos los hombres y todo el hombre”.

El problema es que existe un sistema que a pesar de acelerar irresponsablemente los ritmos de la producción “sigue negándoles a miles de millones de hermanos los más elementales derechos económicos, sociales y culturales”. Ese sistema es injusto, excluyente y perverso. La segunda tarea es la Unión de los Pueblos en el camino de la paz y la justicia.

En esta tarea el Papa Francisco hizo una fuerte denuncia del colonialismo cultural que impone modelos y formas de vida que atentan contra la idiosincrasia de los pueblos y sus culturas. Los pueblos del mundo quieren que su cultura, su idioma, sus procesos sociales y tradiciones religiosas sean respetados. Ningún poder fáctico o constituido tiene derecho a privar a los países pobres del pleno ejercicio de su soberanía.

En esta segunda tarea el Papa pidió también perdón por los pecados de la Iglesia; “pido humildemente perdón, no sólo por las ofensas de la propia Iglesia sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América”. También pidió reconocer la labor de tantos Obispos, sacerdotes y laicos que predicaron y predican la buena noticia de Jesús con coraje y mansedumbre, respeto y en paz; que en su paso por esta vida dejaron conmovedoras obras de promoción humana y de amor, muchas veces junto a los pueblos indígenas o acompañando a los propios movimientos populares incluso hasta el martirio. La Iglesia, sus hijos e hijas, son una parte de la identidad de los pueblos en latinoamericana.

La tercera tarea propuesta por el Papa Francisco fue la defensa de la madre tierra. La casa común de todos nosotros, señaló el Papa, “está siendo saqueada, devastada y vejada impunemente”. La cobardía en su defensa es un grave pecado. No se puede permitir que continúen destruyendo la creación. Los Pueblos y sus movimientos están llamados a clamar, a movilizarse, a exigir –pacifica pero tenazmente– la adopción urgente de medidas apropiadas. En la conclusión el Papa Francisco señaló que “el futuro de la humanidad no está únicamente en manos de los grandes dirigentes, las grandes potencias y las élites. Está fundamentalmente en manos de los pueblos; en su capacidad de organizar y también en sus manos que riegan con humildad y convicción este proceso de cambio”.

 

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