Radiografía de la pobreza/La Ciencia desde el Macuiltépetl

- en Opinión

La descripción numérica de un fenómeno no nos proporciona una “fotografía”, un reflejo especular del mismo, sino más bien una radiografía del entramado que le da forma. Y, en efecto, la sola descripción numérica no basta para explicar el fenómeno, para llegar a su esencia. Pero si ofrece elementos sustantivos para transitar de la representación al concepto, es decir para explicar el fenómeno en el contexto de su totalidad concreta.

La descripción numérica, la radiografía del fenómeno, es uno de los puntos de partida para alcanzar la comprensión de éste. Para esto se requiere que los datos numéricos hayan sido obtenidos, sistematizados y analizados mediante métodos y procedimientos tecnocientíficos bien establecidos. Un cúmulo enorme de datos obtenidos circunstancialmente generalmente no constituye una base sólida a partir de la cual generar inferencias. En muchas ocasiones, se puede obtener mayor provecho de pocos datos, obtenidos y sistematizados apropiadamente.

En este sentido, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), ha desarrollado una metodología para obtener periódicamente datos sobre la evolución de algunos indicadores importantes como es el caso de la pobreza en nuestro país. Los más recientes resultados dados a conocer públicamente dan cuenta de la evolución de la pobreza, y las carencias que la caracterizan, entre los años 2010 y 2014.

www.fotover.com.mx
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Para los fines de este comentario sólo referiré algunos de los rasgos que me parece importante destacar, apuntando que, sin entrar aquí en detalles, el índice de pobreza se calcula a partir de un conjunto de indicadores como ingreso, alimentación, condiciones de vivienda, acceso a servicios de agua y drenaje, salud, educación, etcétera. Se considera como población en pobreza  a quien tenga al menos una carencia social y un ingreso menor de el valor de la  línea de bienestar, que para el estrato urbano es de 2,542.13 pesos mensuales y de 1,614.65 para el estrato rural. Se considera población en pobreza extrema a quien tiene 3 o mas carencias sociales y un ingreso menor de el valor de la línea de bienestar que para el caso urbano es de 1,242.16 pesos mensuales y de 868.25 pesos para el rural. (La información detallada está disponible en http://www.coneval.gob.mx/Medicion/MP/Paginas/Pobreza_2014.aspx )

A nivel nacional la pobreza  afectaba en 2010 a 52.813 millones de mexicanos, en tanto ese número para el año 2014 fue de 55.341 millones. Un aumento, en porcentaje, de 3.7. En cifras absolutas, en 2014 había 2.528 millones más pobres en el país que en 2010, un aumento de poco más de 800 mil por año. En tanto, en pobreza extrema estas cifras eran de 12.964 millones en 2010, y 11.442 en 2014, una disminución de 1.522 millones en números absolutos, correspondientes a un 0.8%, casi uno por ciento. La pobreza aumentó, en tanto la pobreza extrema a nivel nacional disminuyó.

Obviamente la tendencia en cada una de las entidades federativas no sigue necesariamente la nacional, y así tenemos que para Veracruz, la pobreza pasó de 4.448 millones de pobres en 2010, a 4.634 millones. En ambos años la cifra sobrepasa la mitad de la población del estado, aproximándose al 60 por ciento de la misma, estando por encima de la media nacional. En el caso de la pobreza extrema en el Estado, ésta disminuyó de 1.449 millones en 2010, a 1.370 millones en 2014.

Hay casos como el de Durango, donde la pobreza disminuyó en un 11 por ciento y la pobreza extrema en un 27 por ciento, y otros como Coahuila, estado donde la pobreza aumentó en un 10.8 por ciento y la pobreza extrema en 18.4. En fin, el mapa de la pobreza en México es un mosaico con muchos matices; ello no obstante hay una clara tendencia a que la pobreza se mantenga y se agudice pues el dato sobresaliente es que mas de la mitad de la población mexicana se debate en la pobreza y más de 11 millones se encuentran en condiciones de pobreza extrema.

De los datos históricos sobre la evolución de la pobreza en las últimas décadas en México puede constatarse que ésta se ha mantenido en niveles preocupantes, tendiendo a aumentar como sucede en el periodo considerado. Lo cual apunta a que la pobreza en México obedece a causas estructurales. Esto es, que es la estructura económica y el orden político vigentes lo que produce  pobreza, ésta no es coyuntural. El sistema económico que padecemos es una fábrica de pobres. Lo que significa que la pobreza se abatirá solamente cuando cambie radicalmente el sistema económico. Los programas asistenciales orientados a aliviar la pobreza no pasan de ser, en el mejor de los caso, un paliativo para aminorar las dramáticas condiciones en que viven millones de compatriotas, pero de manera alguna resuelven el problema de fondo.

En un sistema como este, la desigualdad en la distribución del ingreso y otros satisfactores es patente. Tan sólo prestemos atención a otra cifra que subraya la perversión de este sistema productor de pobreza: el 1 por ciento de la población concentra más del 40 por ciento de la riqueza generada en el país.

Esta desigualdad se refleja igualmente en la distribución de las carencias. Por ejemplo: en la población en el decil de más bajos ingresos, el 40 por ciento tiene carencia por acceso a la alimentación, el 57 por ciento carece de acceso a servicios básicos en la vivienda, y el 34 por ciento sufre rezago educativo. En tanto, en el otro extremo, estas cifras para el decil de ingresos más altos son de 4.2, 2.8 y de 4.3 por ciento respectivamente.

Por donde se le busque, las cifras –entendidas como radiografía del fenómeno- revelan una dramática realidad. ¿De qué sirven, o a quién benefician, en estas condiciones, la tanda de reformas impuestas por el gobierno de Enrique Peña Nieto?

 

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