Wenceslao Vargas Márquez
Este penúltimo fin de semana de agosto ha transcurrido la primera evaluación a docentes que resultaron idóneos hace un año en el marco de la reforma educativa. Hay que evaluar por primera vez a 22 mil profesores (18 mil de Educación Básica y casi tres mil de Media Superior).
Dentro de dos años tendremos a los primeros cesados salidos de este grupo de personal de reciente ingreso, bajo la aplicación del artículo 53 de la Ley General del Servicio Profesional Docente. Dentro de 20 0 30 años el SNTE estará vacío (‘pero vacío de una a otra costilla´, Sabines), vacío de su membresía actual sindicalizada y de base. El SNTE asiste hoy así al espectáculo de su disolución; al espectáculo que es la reforma educativa constituida como limpieza étnica del personal antiguo contratado antes de la entrada en vigor de la infausta reforma. De un millón 400 mil docentes actuales a evaluar ya hemos calculado que habrá entre tres cuartos de millón y un millón de desplazados al ritmo porcentual actual de entre 50 y 75% de no idóneos. Para ejecutar más justamente en lo económico esta limpieza étnica del magisterio antiguo proponemos desde aquí 4 salidas:

La primera es activar el retiro voluntario que hace la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para toda la burocracia nacional. Un programa urgente de retiros que permita la salida del personal docente antiguo bajo un esquema decoroso de retiro. Dentro de los alcances del sistema de seguridad social más extendido (el ISSSTE) pueden hacerse una segunda acción: Romper el vigente techo de 10 salarios mínimos mensuales (unos 20 mil pesos pagaderos cada mes) que ha obligado a mantenerse en el servicio educativo a personal de mucha antigüedad que gana más que ese techo y que al momento del retiro debe reducir su ingreso a la mitad o a un tercio de su ingreso salarial como activo.
Una tercera salida que puede resolverse en el entorno del ISSSTE es poder escoger otra vez uno de los dos caminos de retiro. La ley del ISSSTE (Diario Oficial de la Federación 31 de marzo de 2007) mediante sus transitorios 5 y 7 permitió ‘por única ocasión’ escoger entre la bolsa colectiva de los 10 salarios mínimos o la opción de bonos de pensión mediante cuentas individuales y afores. Eso se hizo por única vez y el plazo se cerró entre junio y noviembre del año 2008. Debe implementarse procedimientos que permiten replantear y tomar esa decisión en una segunda oportunidad o en el momento del retiro, sobre todo al grupo de trabajadores que no tomó decisión en ese 2008 y que fue enviado por ley al régimen colectivo del décimo transitorio de la ley del ISSSTE.
Una cuarta opción de salida al personal antiguo en servicio es activar desde ahora el retiro voluntario previsto en la reforma educativa para el personal no idóneo (artículo 8 transitorio de la Ley General del Servicio Profesional Docente). Por la razón que sea habrá quien sin esperar a la inicua tercera evaluación docente opte por el retiro siempre que se sepan con cuidadosa claridad las reglas y los montos.
Por supuesto que estamos al tanto que estas cuatro opciones representan dinero, pero ese dinero nacional existe. Por supuesto que también sabemos que mucho de ese dinero público nacional se distrae como peculado por todos los gobernantes de todos los partidos políticos según denuncias, investigaciones periodísticas y académicas y notas de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
El dinero para lo escrito aquí por supuesto que existe. Datos de este año indican que la corrupción cuesta en México el 9% o el 10% del Producto Interno Bruto (PIB), aproximadamente 100 mil millones de dólares o un billón y medio de pesos. Así lo indican fuentes como el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), el Banco Mundial (BM) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) o el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Entre sus países miembros, la OCDE ha colocado recurrentemente a México como el país con el país en el primer lugar en corrupción (por fin, primer lugar en algo). Una fuente de Forbes estima que la fortuna del hombre más rico de México, Slim, es de 7 puntos del PIB. Dice la página mexicana de Forbes a través de un analista: “Si tomamos en cuenta las estimaciones del Banco Mundial, la corrupción le cuesta a México 9% del PIB cada año, es decir, dos puntos más que la fortuna de Carlos Slim”. Es inconcebible una acumulación tan grosera de capital en un solo par de manos.
Muy aparte de la avaricia y el robo (Pellicer) de los renglones anteriores, veamos ciertos famélicos datos porcentuales del PIB social mexicano en voz de un especialista (Schettino, agosto 2015). Leamos ciertas atrocidades como el que el PIB de Slim es superior en un punto al PIB educativo (7% vs. 6%) y es más del doble el PIB de Slim respecto del PIB de las pensiones y jubilaciones nacionales (7% vs. 3%):
“En México gastamos en educación alrededor de 6.0 por ciento del PIB, y prácticamente cinco puntos los gasta el gobierno, entre entidades federativas, gasto federal en educación y ciencia y tecnología (…) En salud también gastamos cerca de 6.0 por ciento del PIB, y cinco puntos vienen del gobierno, en Salud, IMSS, ISSSTE y entidades federativas (…) Algo parecido ocurre en pensiones, en donde gastamos hoy tres puntos del PIB, pero está creciendo a un ritmo de un punto del PIB cada seis o siete años. Más exactamente, para 2025 serán 5.5 por ciento del PIB, 7.0 por ciento en 2030 y 9.0 por ciento en 2035”.
Estas son las cifras porcentuales del PIB de la avaricia y el robo contra el PIB de las necesidades sociales en un régimen depredador que destruye cualquier modalidad de bienestar, régimen que debería tener un servicio fiscal que redistribuya la riqueza y no lo hace. ¿Por qué no podemos los docentes mexicanos replantear modalidades de salida del servicio laboral, bajo un régimen decoroso de pensiones y retiro?
Hemos anotado cuatro opciones. Las cuatro son viables si la riqueza nacional se distribuye adecuadamente con un régimen fiscal justo, pero aún con el régimen depredador actual las opciones son viables. El robo del dinero no sólo ocurre cuando un funcionario se lleva el dinero a su cuenta personal. El régimen de latrocinio que vivimos roba el dinero y el bienestar de muchas formas: La inflación, las tasas de interés, los presupuestos estériles; el etcétera es largo.
Para que la calidad educativa mejore se busca expulsar del servicio al personal docente más antiguo, sindicalizado y de base inamovible para relevarlos con personal docente nuevo contratado bajo una variante barata y vergonzosa del ‘outsourcing’ que incluye el cese y el estigma social. Así, para mejorar el futuro económico de los docentes desplazados por la punitiva reforma educativa pueden implementarse estas cuatro opciones.
Basta que el sistema económico actual -y sus encargados- no se roben el dinero que con mucho sacrificio reunimos los asalariados a lo largo de nuestra vida laboral.
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