Veracruz, Ver.- Por su aportación al espectáculo de los títeres por más de 30 años de carrera artística, el Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC), rindió un homenaje a Carlos Converso Prato, titiritero, actor y director de teatro, en el marco del tercer Festival de Títeres Sergio Peregrina Corona.
Funcionarios entregaron el reconocimiento ante un lleno en el Teatro Francisco Javier Clavijero de Veracruz este fin de semana.
Converso Prato también es dramaturgo, actor y director de teatro, especializado en teatro de títeres y máscaras. Argentino nacionalizado mexicano, con una carrera de más de 30 años. Estudió actuación en su país natal y en 1973 conoció, en Venezuela, a Javier Villafañe, titiritero y poeta, maestro de varias generaciones; gracias a él descubre el teatro de muñecos e inicia un largo camino de aprendizaje y fascinación por este arte.
Ha merecido premios y reconocimientos nacionales e internacionales como creador de espectáculos dirigidos a público infantil y adulto. Ha puesto en escena algunas adaptaciones de obras clásicas, de autores contemporáneos y también creaciones propias, que se caracterizan por una fusión de lenguajes y recursos escénicos como actuación, muñecos y máscaras.
De entre sus espectáculos destacan: Un halo de esplendor, de Adriana Menassé (premio tres mejores espectáculos año 1990); Al son de un corazón, de José Camacho (mejor teatro de provincia, Muestra Nacional de Teatro 1992); Barbacoa, historia de piratas, y Titirijugando, de su autoría, en 1994 y 1997, respectivamente, la primera seleccionada para participar en el Festival Internacional de Tolosa y Alicante, España en 1997; Viajes paraíso, de Adriana Menassé (Festival Internacional de Teatro para niños en Aguascalientes, 1997) y La pesquisa, obra para títeres y actor de Adriana Menassé, Ubu Rey Reciclado, Capicúa, El oso que no lo era, Manipulaciones y Otras manipulaciones, entre otras.
Previo a la entrega del reconocimiento, el público disfrutó del espectáculo El oso que no lo era, una adaptación del cuento de Frank Tashlin, que fue presentado por el propio Carlos Converso. En esa historia se trata un tema recurrente: la aceptación de las diferencias y el reconocimiento de la propia identidad, el cual se debate en medio del enfrentamiento constante entre el llamado progreso y el conservadurismo ecológico.
Cuando el oso despertó de un largo sueño, todo a su alrededor había cambiado, el bosque, la hierba, los árboles y las flores; todo había desaparecido. Mientras él dormía, unos hombres construyeron una gran fábrica en el lugar donde estaba el bosque. Los directivos de la empresa aseguran que el oso es un hombre e insisten en ponerlo a trabajar.
Así comienzan las aventuras de El oso que no lo era, un hermoso cuento que nos habla de la incapacidad de reconocer al otro en su diferencia, pero también del enfrentamiento entre el llamado progreso y la conservación del entorno ecológico. Esta obra con títeres de mesa, y con la actuación unipersonal y dirección de Converso, recibió el premio al Mejor espectáculo del año en la ciudad de Xalapa.
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