Fue en 1966 cuando el visionario Stan VanDerBeek acuñó el término ‘cine expandido’ en su mítico artículo publicado en la revista Film Culture, titulado ‘Culture: Intercom and Expanded Cinema. A proposal and manifesto’. En breves páginas, el artista neoyorquino compartió con singular entusiasmo su visión acerca de las imágenes en movimiento como medios de comunicación mundial. Hablaba sobre la posibilidad de hacer de este tipo de imágenes una herramienta de experiencia emocional que acercara al arte y a la vida hacia sí mismas.
En la misma línea y misma época, un cineasta como Sheldon Renan estaba cierto de que la idea de ‘cine expandido’ no era propiamente una manera de filmar imágenes en movimiento, sino de una forma de nombrar a un espíritu indagador que avanzaba en distintas direcciones. Estos caminos se estaban abriendo gracias a la labor curiosa de artistas que se negaban a que el cine pudiera ser solo experimentado a través de específicas máquinas y dentro de un determinado rango de especificaciones tecnológicas.
Luego el pensamiento influyente de Gene Youngblood sobre la noción de ‘cine expandido’ ayudo a entender el término como una conciencia; un todo complejo e inestable que incluye la gestión de la imágenes en movimiento a través de efectos especiales, video arte, ambientes multimedia, arte digital, performances, holografía, etcétera.
Dentro de la amplia genealogía del cine expandido se ubican prácticas que en principio se les denominó como ‘Information architecture’, y que se referían a sofisticadas formas de visualización y operación de pantallas multicanal que adornan fachadas internas y externas y en las que la construcción, la imagen y superficie inventada compaginan totalmente.
Lo que hoy conocemos como video mapping es prácticamente eso; la técnica de proyectar imágenes a gran escala sobre superficies reales para conseguir efectos de movimiento o 3D y dar así forma a un todo espectáculo complementado con música, diseño sonoro y más.
En definitiva, se trata de generar “una experiencia”, me cometa en entrevista el artista visual Pedro Narváez, quien junto con su esposa Emma López fundó el estudio queretano AVA Animación y Artes Visuales que este sábado 19 de septiembre representará a México en el iMapp Bucharest 2015, la competencia de video mapping más grande del mundo organizada en Rumania por CreArt (el Centro para la Creación, Arte y Tradición son sede en la capital rumana).
Los seis estudios contendientes, finalistas entre una lista de 37 que resultaron seleccionados, presentarán un video mapping de 4 minutos y medio de duración sobre la imponente fachada del Palacio del Parlamento de Bucarest. Se trata del segundo edificio mas grande del mundo después del Pentágono en Estados Unidos. Su fachada cuenta con 270 metros de ancho y una superficie de proyección de más de 23 mil metros cuadrados.
La intervención supone un auténtico desafío técnico porque se debe trabajar con 104 proyectores de 20 mil lumens frente a más de 60 mil espectadores.“Técnicamente significa que la resolución necesaria para cubrir un espacio de estas dimensiones es aproximadamente de 8K, cuatro veces más que la resolución que nos da una pantalla de cine”, dice Narváez.
El encuentro congrega a varios de los estudios más competitivos en todo el mundo. “Por ejemplo, RadugaDesign de Rusia ha hecho paquetes gráficos para Olimpiadas. Y otro que nos llama la atención es Urbanscreen, que son de Alemania y se podría decir que son los padres del mapping porque empezaron desde 2005 cuando todas estas tecnologías eran súper nuevas”. Los otros finalistas son Dirty Monitor de Bélgica, Light Event Consulting de Francia y MotionScape de Rumania.
La segunda edición de iMapp Bucharest tiene como tema los cuatro elementos de la materia, y por ello es que el estudio AVA preparó una propuesta titulada “Máquina Mítica Moderna”. Pedro y su equipo realizaron una investigación sobre la representación de los cuatro elementos en distintas culturas. Terminaron decantándose por las fórmulas alquímicas y la cosmogonía prehispánica mexicana. “Combinamos cosas mecánicas con cosas orgánicas para llegar un punto medio donde pudieran convivir lo mecánico con lo natural. Pasamos por una etapa donde primero están los cuatro elementos hasta que se transforma el edificio en una superficie de oro”.
En la actualidad, el conocimiento del video mapping entre el público todavía es menor. Para Pedro no es algo común en países como Estados Unidos o Canadá, como lo es en Europa. “Es una tecnología hacia donde vale la pena mirar porque todavía no ha alcanzado su boom. Si uno lo piensa en costos es mucho más rentable proyectar en una superficie grande a hacer algún tipo de instalación con una cortina de leds y proyectar lo mismo”.
Pedro y Emma se iniciaron trabajando en Canadá con distintos estudios y empresas como Discovery Channel o E! Entertainment. Se formaron en la animación y el diseño lo suficiente como para abrir su propio estudio en 2010. Un año después les llamaron para hacer un video mapping en Líbano, para exportarlo a Armenia. Fue cuando en colaboración con ese estudio libanés-holandés que incursionaron en la técnica.
Hasta ahora el trabajo de AVA Animación y Artes Visuales ha sido reconocido en festivales como el Mapping Festival de Suiza, Zushi MediArtz y Niigata MINATOPIKA en Japón, y el Circle of Light de Rusia. Este año resultaron ganadores en el Amsterdam Light Festival. Hoy el 80 por ciento de sus proyectos son video mappings.
Con información de La Jornada
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