Por Daniela Jácome/
Veracruz, Ver. Era cerca de las 3 de la madrugada del sábado, la lluvia no cesaba, el viento azotaba, y la zona conurbada se inundaba –como ya es recurrente- las precipitaciones sonaban fuerte en las casas de madera y lamina.
El ruido de la lluvia arrullaba y nadie pensaría lo que estaba a punto de suceder. La señora Febe Utrera dormía, se arrullaba bajo su techo de lámina y sus paredes de madera que con esfuerzos pudo construir a base de la venta de tamales y atole, de repente escuchó que algo tronaba, “los vecinos están haciendo ruido” pensó, pocos segundos pasaron para que se diera cuenta que se incendiaban.
“Levántate, nos quemamos” le gritó a su hijo, y no pudo sacar nada, solo salieron corriendo para salvar sus vidas, al estar en la calle se dio cuenta como las seis casas construidas en el mismo terreno estaban siendo consumidas por el fuego que a pesar de la fuerte lluvia parecía no tener fin.
Fueron seis familias, seis casitas de madera distribuidas en un terreno de la calle Raquel Lavalle y Gemma Odila Garzón Arcos del fraccionamiento Villa Rica 2, casas improvisadas que construyeron poco a poco a base de esfuerzos y que hoy han perdido todo, afortunadamente no hubo vidas humanas que lamentar.
¿El motivo?, la señora Febe Utrera señaló que llegó Protección Civil, revisó el lugar del siniestro y les comentaron que al parecer fue un corto circuito, sin embargo, no fue posible saber si provino de alguna vivienda o del poste de luz.
“Nos dijeron que tal vez pudo haber sido de que llovía mucho y provocó un corto en el poste de luz que nos abastecía”, afirmó.
Señaló que Protección Civil les surtió de láminas, polines, clavos y madera para levantar nuevamente sus viviendas, pero la ayuda más importante proviene de la sociedad que organizada ha estado llevando víveres y algunas cosas para cuando terminen de construir puedan recuperarse más rápidamente.
Durante la noche del sábado, el lugar huele a humo, los estragos están allí, las maderas quemadas y los enceres hechos cenizas no han podido ser retirados en su totalidad. Pica la Nariz y el suelo sigue caliente, la arena se pega en las suelas, y con las manos los afectados arañan el suelo, aún buscan pertenencias que hayan quedado.
“No pude sacar nada, ni documentos, ni nada, nada, me quedé solo con lo que traía puesto, la gente nos han traído algunas cosas, la ayuda que estamos pidiendo es a la gente que nos quiera apoyar con lo que puedan”, señaló.
Por ello las seis familias afectadas, personas de escasos recursos, que lo perdieron todo hacen un llamado a la sociedad civil a que quien pueda ayudarles con lo que puedan desde ropa, zapatos, muebles que no ocupen, víveres, permanecerán en la misma dirección pues no pararán hasta que sus pequeñas viviendas puedan ser reconstruidas.
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