La cultura de los abusos

Vivimos en el país donde no hay cultura de respeto
- en Opinión

Por Lunacia

…El mundo se divide, sobre todo, entre indignos e indignados, y ya sabrá cada quien de qué lado quiere o puede estar…Eduardo Galeano

Hay un mundo de comunicación y formas de relacionarnos, conviviendo entre personas, que todos los días enfrentamos con los demás, donde encontramos, los abusos.

Un abuso, es una acción y efecto de abusar, de manera excesiva, injusta, de algo o de alguien, es inequidad.
Un abuso es ejercer un poder por encima de otro, no respetar al otro, puede aplicarse de distintas maneras para ser definido como tal y según contexto. Algunos tipos de abuso pueden ser por una autoridad que humilla a un subordinado, puede ser sexual, físico, emocional, de confianza o ciudadano.

En la calle, en familia, en el trabajo, en la escuela y otros espacios, los abusos son parte de la vida diaria en nuestra cultura permisiva con machismo, se presenta como esa parte del medio social, al que muy pocas personas ponen atención, buscando transformar, para vernos como personas, como humanidad.

Abusos ciudadanos

La ciudadanía mexicana, lleva años quejándose de un gobierno corrupto que  hemos mantenido con nuestros impuestos, pero cuando hablamos de nuestra parte  en la sociedad, desde mirar en las calles, los abusos se notan: un carro estacionado en una banqueta que obstruye el paso a un peatón,  padres y madres que se estacionan a media calle por comodidad, obstruyendo el tráfico, mientras dejan a sus hijos en la entrada de una escuela, un padre o madre que puede agredir a su hijo públicamente, sin que nadie se meta, caminar por la ciudad sucia, con basura, destruida, dañada y a veces peligrosa para transitar, mirar a un hombre pasear por una banqueta a su perro mientras deja sus eses sin responsabilidad alguna, personas que destruyen parques que son para uso recreativo de las personas, quien se estaciona con su carro en la parada de un transporte público, quien maneja irresponsablemente poniendo en peligro la vida de  peatones o pasajeros, quienes a veces no dicen nada, aunque se molesten, entre otras situaciones de abuso, que podemos encontrar en las calles de una ciudad. Imagina cuanto más hacemos como ciudadanía de manera incongruente, cuanto hacemos como ciudadanos en nuestra casa, manzana, colonia, nuestra ciudad, con nuestras acciones.

En el caso de autoridades que abusan de sus cargos, casi siempre, se emplean a personas que no hacen su trabajo, pero cobran un buen sueldo, se hacen gastos innecesarios para oficinas, impuestos que paga la ciudadanía, son robados para incrementar un enriquecimiento ilícito, porque es visible también, que no se hace el uso adecuado de los mismos ante un servicio público al que tenemos derecho, que es ineficiente o que no se hace, como correspondencia hacia la ciudadanía responsable que los paga. Los servidores públicos que la ciudadanía mantiene, pocas veces realizan su trabajo de manera profesional y responsable, por lo que se pasan años de cargos en los que no se aporta nada a la población o ciudad o no mejora en servicios, pero se llevan nuestros impuestos en total impunidad.

Un gran abuso en este país y tan nombrado-reclamado todos los días, pero tan poco reflexionado por la misma ciudadanía desde abajo, tanto por participar como por reclamar o dejar que permisivamente se sostenga, es lo que un gobierno hace con su gente empleada, vivir de nuestros impuestos, sin corresponder a nuestra responsabilidad ciudadana ¿Cuántos abusos más crees que podríamos mencionar de esos lugares?.

Los abusos en las relaciones humanas

Entre personas crecemos aprendiendo abusos con variedad, presumimos de tener el valor del respeto, la responsabilidad, la honestidad y resulta que se hace todo lo contrario, pisando al otro para conseguir algo conveniente, material, superficial o a veces, humano. Así se mira en contextos sociales varios, donde las personas se valen de hipocresías, de mañas y se relacionan según intereses, se alían para crear círculos con estatus y reconocimiento. Tod@s quieren formar parte de grupos de poder o de esos que se asumen importantes en apariencias, porque en realidad los unen sus complejos, ya que solos, no podrían conseguir  lo que quieren. Imagina de cuantos abusos se valen, para pertenecer a un medio social. Los abusos, son parte de las violencias.

El machismo, es toda una cultura de abusos hacia los demás, forma todo un contexto de relaciones de poder y desigualdad, genera todo tipo de violencias, divide toda creatividad humana que busca transformar, construye un mundo de mentiras para controlar y a veces deshumanizar. Los hombres hablan mucho y tienen discursos variados de temas sobre injusticias o violencias en nuestra sociedad, pero pocas veces mencionan su propia participación, para que suceda.

Tanto en la vida pública como privada, los abusos están presentes en la convivencia diaria, muchas personas no los identifican como tal, se acostumbran, se callan, son permisivas, son indiferentes. Otros pocos, se defienden, ponen límites, ejercen sus derechos, desde sus posibilidades, pero aunque no se acepte un abuso, se enfrentan en esta cultura, todos los días.

 Las mujeres y los abusos

Desde el lenguaje que usamos para comunicarnos, podemos expresar un abuso al relacionarnos con las personas. Toda mujer sabe a qué abusos nos exponemos desde una infancia, mientras crecemos y nos hacemos adultas o hasta que morimos. Un abuso de autoridad, la prepotencia, el trato con discriminación, el racismo, la violencia, el acoso, son prácticas abusivas y que humillan a las personas por prejuicios que la sociedad ha creado y enseñado a través de los siglos. Imagina todos los abusos que nos avientan a las mujeres. Aquí, no me alcanza el espacio para describirlos.

Los niveles de abusos que muchas mujeres conocemos, aparecen desde las familias, donde se aprende casi siempre, que un hombre, padre, abuelo, hermano, tío, es una autoridad, el condicionamiento, el control, son formas de trato ante ese rol al que nos subordinan, porque ellos así se relacionan, así crean sus espacios privados en lo familiar, el que mantiene económicamente, es “quien manda” y a veces hasta decide, por las acciones o personalidad de una mujer, sobre todo aquella que es obediente y dependiente a su mando. Imagina ¿qué sucede cuando una mujer no acepta un abuso?

Cuando hablamos de abusos, podemos mencionar: los sexuales, desde varios niveles, los físicos, los emocionales y que muchas veces no se conocen como tal, pero que a ninguna mujer cae con agrado cuando se realizan por otras personas y desde luego todos llevan la violencia explícita. Imagina ¿qué abusos faltan por mencionar en ese mundo en el cual nos relacionamos todos los días? ¿cuantos abusos puedes observar en un día, en tu ciudad?

 

 

 

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