Ciudad de México.- El 26 de marzo fue elegido como el Día Mundial para la concienciación de la Epilepsia, conocido también como el «Día Púrpura», con el objetivo de sensibilizar e informar sobre las necesidades de las personas con eta condición.
Esta iniciativa es impulsada desde el 2009 por la Asociación de Epilepsia de Nueva Escocia (EANS) y la Fundación Anita Kaufmann (AKFUS). Cerca de 50 millones de personas en todo el mundo llegan a padecer esta enfermedad.

Datos y cifras
- La epilepsia es un trastorno crónico que afecta a personas de todas las edades.
- En todo el mundo, unos 50 millones de personas padecen epilepsia, lo que la convierte en uno de los trastornos neurológicos más comunes.
- Cerca del 80% de los pacientes con epilepsia viven en países de ingresos bajos y medianos.
- Las personas con epilepsia responden al tratamiento en aproximadamente un 70% de los casos.
- Alrededor de tres cuartas partes de las personas con epilepsia que viven en países de ingresos bajos y medianos no reciben el tratamiento que necesitan.
- En muchos lugares del mundo, los pacientes y sus familias pueden ser víctimas de la estigmatización y la discriminación.
- La epilepsia es una enfermedad cerebral crónica que afecta a personas de todo el mundo y todas las edades.
Esta estigmatización persiste hoy en muchos países y puede influir en la calidad de vida de los pacientes y sus familias.
Signos y síntomas
La epilepsia se define por dos o más convulsiones no provocadas. Estas convulsiones son episodios breves de movimientos involuntarios que pueden afectar a una parte del cuerpo (convulsiones parciales) o a su totalidad (convulsiones generalizadas) y a veces se acompañan de pérdida de la consciencia y del control de los esfínteres.
Las convulsiones se deben a descargas eléctricas excesivas de grupos de células cerebrales que pueden producirse en diferentes partes del cerebro. Las convulsiones pueden ir desde episodios muy breves de ausencia o de contracciones musculares hasta convulsiones prolongadas y graves. Su frecuencia también puede variar desde menos de una al año hasta varias al día.
Las características de las convulsiones varían y dependen de en qué parte del cerebro comienza la alteración y cómo se propaga. Ocurren síntomas temporales, como pérdida del conocimiento o la conciencia, y alteraciones del movimiento, de los sentidos (incluyendo visión, audición y gusto), estado de ánimo u otras funciones cognitivas.
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