Las armas químicas, rémoras y curas…/ El Cristalazo

Donald Trump ataca a Siria y pone al mundo en la antesala de la tercera guerra mundial
- en Opinión

Las imágenes fueron las mismas en todos los diarios del “mundo libre”: una pila de cadáveres infantiles desperdigados en la rigidez mortuoria de los químicos fatales, desperdigados por el ambiente enrarecido de la guerra, una guerra sin razones visibles hasta lograr su propia definición, la guerra porque hay guerra, sin lograr hasta ahora la clara definición de sus causas, de sus motivos, de su sinrazón.

Es el otro camino de Damasco, el cual lleva a los pueblos al sendero destructivo de un peligro acrecentado por la lucha entre las potencias. Rusia y Estados Unidos han hecho de Siria el escenario para dirimir otras disputas, no sólo aquellas derivadas de las investigaciones sobre cómo los rusos ayudaron a Donald Trump a llegar a la Casa Blanca.

Hoy, como cuando los magos de la propaganda propalaron la especie falsa de arsenales químicos en Irak, con lo cual se abrió la puerta para la investigación, la ocupación y el dominio eterno de ese país por parte de Estados Unidos, en los tiempos de George W. Bush, las armas químicas son causa y quizá pretexto para otra alianza EU-Europa de la cual no se salva ni siquiera el antisistémico señor Macron, el enamorado del otoño femenino.

El 11 de febrero de 2003 apareció este artículo y es como un espejo de otros conocidos ayer.

“…Aviones de Estados Unidos y Reino Unido lanzaron ayer bombas guiadas sobre una batería móvil de la defensa aérea iraquí cerca de Basora, 395 kilómetros al sureste de Bagdad, informó ayer el Comando Unificado Central.

“Según el comando, que tiene su sede en Tampa (Florida), ‘la mera presencia de ese sistema de armamento era una amenaza para los aviones’ de Estados Unidos y Reino Unido que controlan las zonas de exclusión aérea en el sur y el norte de Irak, decretadas tras la guerra de 1991.

“Poco antes de la confirmación oficial, un portavoz iraquí citado por la agencia oficial Ina había indicado que dos iraquíes murieron en el ataque y que nueve habían resultado heridos.

“El Comando Central precisó que ‘aviones de la coalición utilizaron armas guiadas de precisión contra un sistema de misiles tierra-aire’. El ataque fue lanzado después de una operación conjunta de la aviación de ­­­EEUU y Reino Unido que tuvo lugar el sábado contra un centro de comando y control cerca de Al Kut, otra localidad del sur iraquí…”

Ayer por la mañana leímos esto:

“…Estados Unidos dio un paso adelante mirando atrás. En una calculada operación militar, atacó, en coordinación con Francia y el Reino Unido, al ‘bárbaro’ régimen de Bachar Al Asad por el supuesto empleo de gas cloro contra la población civil de Duma (Siria). La represalia, presentada como un ‘golpe de precisión’ contra centros de producción y almacenamiento de armas químicas sirios, evitó cuidadosamente el riesgo de escalada y aumentar la implicación estadunidense en la cruenta guerra civil siria. No hubo soldados muertos y tampoco daños a la población civil. Todo quedó en una intervención quirúrgica pero también en una señal a Rusia, Irán e incluso Corea del Norte: EEUU, bajo el mando de Trump, no titubea, dispara. En Washington, el ataque, respaldado por demócratas y republicanos, fue considerado un triunfo. ‘Misión cumplida’, festejó el presidente en un tuit…”

El tiempo se sube a la rueda circular de la historia. Repetir y repetir…

Cosas del tiempo. En aquella época México formaba parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y se rehusó a autorizar el uso de la fuerza. Fueron días de tensión entre México y los Estados Unidos. El entonces presidente de la República, Vicente Fox, a pesar de su siempre silvestre condición, comprendió el exceso americano y se ocultó del teléfono. Dejó doce llamadas de Bush en el silencio y se internó en los impenetrables muros blancos y asépticos del hospital militar para operarse los discos lumbares.

El embajador de México en las Naciones Unidas, Adolfo Aguilar Sinzer, riñó con el secretario de Relaciones Exteriores, el profesor estadunidense mexicano, Jorge Castañeda, y con la renuncia en la mano miró cómo el ataque se daba sin tomar en cuenta al organismo internacional, gracias a una coalición bélica y potente. Poco después, murió en un inexplicable accidente carretero.

Hoy México, quizá por las evidencias, tiene otra actitud. En fin…

Mikel Arreola, el candidato del PRI a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México es un hombre equivocado. O al menos un hombre capaz de pedir lo imposible.

—¿Cómo le pide Claudia Sheinbaum alejarse de la sombra de Andrés Manuel?, ¿cómo olvidarse de su condición de rémora? Eso es imposible.

Esta columna lo dijo desde hace tiempo. recordemos:

“Tal y como en este espacio se anticipó, Claudia Sheinbaum, la candidata de Morena al gobierno de la Ciudad de México, quien desplegará una regencia si Andrés Manuel López, su mentor, patrón y jefe político llega a la Presidencia, ha calcado en el arranque formal de su campaña, el esquema de trabajo del tabasqueño, no sólo con las ofertas estrambóticas (como esa del Cablebús), sino con la más demagógica de todas: la consulta ciudadana para renovación del mandato.

“Esa supuesta renovación es mentira. Desde ahora se advierte con base en la experiencia.

“No se hace una consulta como un oportuno referéndum, sino como una confirmación de la ruta (así lo hizo Andrés ) y con la segunda finalidad de un gran ensayo y calibración de partido para afianzar los compromisos clientelares y afinar el control político de la ciudad con miras al siguiente proceso.

“Todo lo demás es demagogia purísima. Masquiña.

“Claudia Sheinbaum, quien como los gatos en la arena ha cubierto toda la suciedad de su paso (y el de su exmarido) por la delegación Tlalpan, no quiere mencionar en circunstancia ninguna a los muertos del Rébsamen, como alguno de sus antecesores y ahora gran promotor en Morena, Marcelo Ebrard; tampoco desea volver a escuchar de los difuntos de Tláhuac o del News Divine”.

Como suele suceder desde la derogación de las Leyes de Reforma por Benito Juárez, gracias a las cuales los sacerdotes, especialmente los católicos, vivieron por más de un siglo en la paz de sus iglesias, los curas y su jerarquía se anotan como factores del proceso electoral y obligan a los candidatos a desfilar —en fila y calladitos— por el Lago de Guadalupe y pasar (como dijo hace tiempo López Obrador), la verificación.

No hay ni uno solo, ni siquiera ese cuyo credo dice ser el liberalismo juarista, capaz de decirles no. No voy. Nadie se rehúsa al besamanos y todos acuden con la esperanza (virtud teologal), de lograr el voto del púlpito, del todo diferente al voto del público.

Pero así es la ronda de los suspirantes.

“La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) llamó a los candidatos a la Presidencia, a gubernaturas, presidencias municipales y partidos políticos evitar el fraude, la coacción, la simulación, violencia, el engaño a los pobres con regalos y todo lo que desvirtúe la democracia.

Los obispos de México propusieron un diálogo abierto y propositivo entre los candidatos y la sociedad “para lograr una agenda que se convierta en proyecto de gobierno”.

Demandaron que durante las campañas se hable de propuestas y no de descalificaciones. “Nos preocupa que en las intervenciones que han tenido los candidatos en las campañas han prevalecido las descalificaciones; se esperaría un cambio de propuestas concretas de acuerdo al cargo que aspiran en orden de aportar soluciones, con un sentido de corresponsabilidad, a problemas reales como la impunidad, la corrupción, la pobreza y la desigualdad social, la inseguridad y la violencia” (EoL).

Podéis ir en paz, la columna ha terminado.

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