Agresiones al gremio periodístico, en la impunidad

En la política, nada sorprende. Escuchar las noticias sobre las declaraciones de cualquier tema o problemática de los servidores públicos, nos permite analizar y sentir que todo lo que salga de sus bocas, es mentira y sólo es una forma de supervivencia por continuar enquistados en el poder. Su “versión de los hechos” siempre estará concentrado en buscar su beneficio personal o de sus correligionarios. Y como dice el popular dicho: “Siempre se tapan con la misma cobija”, logrando con ello, no ser enjuiciados y separados de sus funciones. La impunidad será desde luego, su arma de autoprotección y un talón de Aquiles para el periodismo.

El fin de semana, dos periodistas de la zona sur –del medio informativo Diario Presencia del Sureste- fueron atacados por un grupo de delincuentes. Se dice, que los colegas fueron literalmente sorprendidos por los malvivientes cuando viajaban en una motocicleta, originándoles daños físicos graves, sobre todo a uno de ellos, pues lo hirieron con arma blanca en el cuello. Los colegas de la zona, advierten que el ataque se originó por que en una información expuesta días antes por los periodistas, en donde mencionaban el nombre de uno de los delincuentes que los atacó. Más tarde, el gobernador emite su “comunicado oficial” con información errónea, donde argumenta que los reporteros fueron atacados únicamente para robarles. Cómo si la seguridad en el estado, no fuera responsabilidad del ejecutivo estatal.

Esto, ya por sí sólo, es absolutamente indignante. Pero se agiganta a más, cuando se constata la forma que los periodistas tienen que vivir un literal viacrucis, porque los dos entes más poderosos de su contexto social –que trabajan juntos- se unen para agredirlos: el gobierno y la delincuencia organizada. Es una recurrente ver cómo los facinerosos trabajan con los servidores públicos gubernamental, legislativo y municipal. El malviviente hace su fechoría y de manera ineludible, la “autoridad” sale a defenderlo y tirar líneas de investigación al estilo del “perro persiguiendo su cola” para abonar a la impunidad tan elevada en nuestro país y sobre todo, en el estado.

Y si a todo esto le abonamos que un “ente” como la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas (CEAPP) -que debería de cambiar de nombre para llevar el de la Comisión de Distribución de Embutes para los Periodistas Chayoteros en el estado de Veracruz- tiene como central función de acercarse a los periodistas agraviados o sus familiares para coaptar sus decisiones a beneficio del gobierno; envolverlos con discursos oficiales para proteger y salvaguardar la imagen del gobernador, mover a sus “periodistas oficiales” para buscar toda aquella información pertinente en contra del agraviado y si no la hay, ponerlos a escribir calumnias en contra del colega para posteriormente entregársela al señor gobernador para qué salga menospreciar y pisotear la actividad periodística.

Por eso existe declaraciones de la boca de Yunes Linares cómo: “Era taxista, era taquero o participaron en una riña para robarles” cuando la realidad es total y absolutamente otra. Pese a la CEAPP ya sacó su comunicado declarando que ellos no fueron quienes le informaron al gobernador de que era una “riña” en donde se vieron envueltos los colegas del Diario Presencia del Sureste, tampoco han realizado acciones legales en contra del gobernador pues continuamente sale a difamar o mal informar en torno al periodismo veracruzano. La CEAPP al único que le sirve es al gobernador y algunos legisladores. A través de su secretario Ejecutivo y su presidenta, se orquesta las más imperdonables bajezas, más “productivas”. Cuando existe un gremio antagónico y crítico que señala las corruptelas tanto de ese elefante blanco, como de su jefe supremo que es el gobernador, salen con versiones absurdas y dolosas.

Por ello, sigo considerando que la CEAPP debe de desaparecer; pues sólo le está llenando el bolsillo a arrancados del periodismo que actualmente viven como “Sultanes” y antiguamente -antes de la CEAPP- sólo viajaban en camiones del transporte público, pues no tenían ni para comprarse un auto. Hoy cuentan con automóvil propio y hasta chófer. No quieren reformarla, no quieren hacer de la comisión un ente que esté realmente para la protección de los periodistas, no quieren “ponerles dientes”, porque ni a ellos, ni al gobernador, les conviene. Por la misma razón bloquean hasta con su vida para que los titulares no sean elegidos por los propios periodistas.

Una muestra la ejecutó Ana Laura Pérez Mendoza, presidenta de la CEAPP en la comparecencia realizada en febrero de este año, cuando la legisladora, María Josefina Gamboa Torales les exigía respuestas sobre el gasto indiscriminado del presupuesto otorgado a la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas, que es de 18 millones de pesos y en dónde 16 millones de pesos, sirven únicamente para nómina y sólo dos millones de pesos para destinarlo al gremio periodístico y que lo distribuyen en su “Club de Toby”. Como forma de defensa, y por no satisfacer sus respuestas, la señora “presidenta” argumentó falsamente que la instancia a la que estaba al frente, atendía a todos los periodistas sin distingo; y ordenó que sus colaboradores le llevarán la máquina de escribir que la CEAPP le proporcionó a María Josefina Gamboa Torales cuando fue encarcelada a causa de un accidente automovilístico y cuando este elefante blanco, estaba bajo el mandato de Namiko Matzumoto Benítez. Utilizando un hecho, ajeno a la gestión de Ana Laura Pérez y Jorge Morales, recurrieron a este acto impropio para desviar la atención y no se continuara cuestionando sobre su forma de vida tan onerosa que estos dos sujetos llevan y la forma de cómo distribuyen los “apoyos” –que yo les llamo “embutes” o “chayotes”- entre un reducido grupito de comunicadores. “Appyos” que algunos casos son disfrazados de talleres o conferencias impartidos por su grupito de protegidos y que son quienes orquestan, las infamias y calumnias en contra del resto del gremio. Este método es utilizado sin escrúpulos, en donde la columnista, ha sido víctima de las canalladas y vilezas de quienes ordenan en la CEAPP.

Actualmente una colega de la ciudad de Xalapa, constató en carne propia la negación de apoyo de la CEAPP. Fue protagonista de un accidente automovilístico en donde resultó gravemente herida. La compañera estuvo hospitalizada y el pronóstico médico le advirtió que tendría que someterse a una intervención quirúrgica muy costosa. Ella solicitó a Ana Laura Pérez Mendoza su ayuda y ésta no tuvo empacho en negárselo argumentando que estaban en veda electoral por lo tanto se ve imposibilitada a ayudarla. Cómo si ellos fueran parte del Partido Acción Nacional y les correspondiera guardarse en las campañas políticas.

La columnista, notificó a la legisladora María Josefina Gamboa Torales la situación de su colega por tener la comisión de la Atención y Protección de los Periodistas en el Congreso Local, de lo cual indicó:

“Lo que respondió Ana Laura con relación a la veda, no me sorprende, pues ya ocurrió  en dos casos más, una de ellos fueron unos gastos funerarios incluso (…) Su respuesta es absurda, aparte, una total canallada (…) La veda te impide promocionarlo las acciones, pero no hacerlo (…) Es como si a mí alguien me pide una gestión en mi distrito, que es importante, y opto por no hacerla por no poderla publicitar (…) Ellos no pueden publicitarlo, pero pueden hacerlo y además, no es justificante, porque ellos no pueden argumentar veda porque la CEAPP es un organismo autónomo independiente (…) Es como si la fiscalía no pudiera emitir un comunicado (…) De éste grado es su ignorancia (…) La veda ni siquiera aplica para ellos, pues no están haciendo llamado al voto, que eso si me parece que sería una locura”.

Por las razones anteriormente expuestas, es común por parte de la CEAPP no cuestionar o reaccionar al constante desprecio que formula el gobernador del estado de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares y que evidencia de manera constate en contra de los medios de comunicación críticos e independientes. Su silencio, es parte de su estrategia política. Su razón de existir es a través del “dedo supremo” gubernamental, por ello, su evidente afán de proteger a lo que ellos piensan les da de “comer” y los mantiene disfrutando un contexto financiero muy ajeno al que mantenían como periodistas. Un status quo diferente, aunque conocedores de la vida dicen que: “La mona aunque se vista de seda, mona se queda”.

 

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