Veracruz, Ver.- El Debate Ciudadano entre los candidatos a la gubernatura de Veracruz se presumía como un ejercicicio democrático trascendente, pero los aspirantes no estuvieron a la altura de la organización ni de la audiencia, que les vio expresarse de forma general, sin ofrecer detalles puntuales de su plan de gobierno y plataforma política.
José Yunes, July Sheridan, Cuitláhuac García y Miguel Ángel Yunes Márquez dedicaron sus intervenciones a salir a flote de las preguntas que especialistas en diferentes áreas de la actividad gubernamental y social realizaron, sin que esto significara la posibilidad de debatir a profundidad los grandes problemas de la entidad.
Resultó evidente que cada uno de los candidatos, aprovechando un modelo de debate que evitaba la confrontación, guardó la compostura y optó por mantener la línea de su respectiva campaña, lo que derivó en que la audiencia no encontrara puntos de vista encontrados ni réplicas directas.
Fue July Sheridan, la única mujer en la contienda, quien más problemas tuvo para ajustarse al ejercicio, pues notó su falta de experiencia y, sobretodo, la de un proyecto político con temas básicos como la economía, la justicia social o la seguridad pública; su punto más alto llegó al pedir no votar por Morena.
Por su parte, José Yunes prefirió mostrarse ecuánime, basando su discurso en asuntos obvios para Veracruz: lograr la estabilidad económica, disminuir la impunidad o alcanzar la completa inclusión educativa.
Miguel Ángel Yunes Márquez dedicó la mayor parte de sus intervenciones a alabar el trabajo de su padre, Miguel Ángel Yunes Linares, en el gobierno, así como a destacar los que consideró como logros durante sus administraciones como presidente municipal de Boca del Río; de cómo atender los asuntos planteados, dijo poco.
Cuitláhuac García también optó por la cautela y la generalidad; alejado del discurso efervescente de su partido, prefirió no meterse en temas pantanosos, aunque se dio la oportunidad de hacer algunas críticas al gobierno estatal.
En resumen, el debate se diluyó entre la ambigüedad y la cautela.
La prensa opina que ser político de carrera es tener experiencia, y los años nos han demostrado que es falso.
No podemos negar que gracias al actual gobernante entramos a una nueva era en la que aceptamos que tenemos otras opciones para votar, las nuevas generaciones nos volvimos exigentes y críticos.
Una de las cosas que han quedado firmes es que nadie debe ser opción por el solo hecho de hablarnos bonito de lo que ha hecho como funcionario.