Herencia cultural como opción de autoempleo

- en Entre Mujeres

Ana Alicia Osorio/Testigo Púrpura

Maricarmen, como muchas mujeres, renunció a la empresa donde laboraba para cuidar a su hija pues ante la falta de garantías laborales se vuelve casi imposible dedicarse a ambos trabajos.

Entre los consejos de su partera, María del Carmen Téllez Olivares encontró en cargar bebés y los accesorios para hacerlo, una forma en que tanto ella como otras mujeres, pudieran auto emplearse para tener tiempo en sus dos labores.

En México la falta de horarios flexibles, licencias laborales, guarderías y en general políticas públicas han provocado que sea difícil conciliar la vida laboral y profesional para las personas que deciden tener familia, según un estudio del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE).

“Lo más difícil cuando las colaboradoras entran a trabajar con nosotras es eso, encontrar que en México no hay muchas opciones para quienes entran a cuidar a los hijos porque además cuidar a los hijos es como un trabajo gratuito, parecería como que lo tenemos que hacer por obligación”, contó Maricarmen.

Sector laboral y familia ¿son compatibles?

En el país, las mujeres dedican en promedio 26.95 horas a la semana (el triple que los hombres) a actividades no remuneradas, entre ellas el cuidado de sus hijos e hijas, según la Encuesta de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

De acuerdo con el informe de GIRE, Horas Hábiles: Corresponsabilidad en la vida laboral y personal, el cuidado de los hijos e hijas continúa recayendo en las mujeres como si fuera su responsabilidad, por lo que se deben a enfrentar a los problemas que implica que en las empresas no tengan políticas para lograr que el cuidado de los hijos sea sencillo.

Maricarmen intentó durante todo su embarazo y ocho meses después del parto conciliar su trabajo en un periódico nacional y la maternidad.

En el embarazo enfrentó que acudir a las citas en el Instituto Mexicano del Seguro Social eran imposibles de cumplir con las distancias y los horarios, por lo que encontró como solución una partera.

Después del parto y con los horarios extenuantes de trabajo decidió que no era posible tener ambos empleos.

“Es posible afirmar que la salida masiva de mujeres de la fuerza laboral al convertirse en madres es la principal consecuencia de una falta de conciliación corresponsable. La política actual respecto de la relación entre la vida laboral y las vida reproductiva y familiar es claramente fallida e insuficiente para lograr la permanencia de las mujeres en el mercado laboral.”, sentencia el informe de GIRE.

Según ese documento, si Maricarmen hubiera continuado trabajando en la empresa, se habría encontrado con que las guarderías en el país no son suficientes y tienen deficiencias. Además, los horarios de guarderías y escuelas no son compatibles con los de oficina, si su hija se enfermaba era difícil que pudiera estar con ella pues en la empresa solamente contarían las horas que estuviera internada pero no aquellas que necesitara cuidados en casa. Entre muchos otros problemas.

De la tradición al auto empleo

Así como las mujeres se hicieron un espacio en la Revolución Mexicana con sus hijos pegados al pecho, hoy algunas mujeres combaten el machismo en las empresas con los mismos rebozos, fulares y mochilas.

Cargar a un bebé pudiera ser visto como un proceso natural que las ancestras realizaban, pero que ahora se ha perdido según Maricarmen. 

Durante los primeros meses de su hija, ella retomó un rebozo tradicional para cargarla pegada a su cuerpo.

De allí surgió su idea de empresa que la ha llevado a ella y otras mujeres a lograr la conciliación que en otras empresas no encuentran.

“Me interesó mucho llevar a mi hija cerca y hacer muchas cosas (…) Me interesó todo lo que hay detrás de cargar a un bebé, descubrí que existe una faceta científica y también una faceta donde se centra la atención en quien carga al bebé”, contó.

Encontró en estos accesorios que sus manos podían estar libres y tener tiempo para el resto de las labores del hogar e inclusive para sí misma.

“Beneficios para quien carga pues son que descubre que puede hacer muchas cosas con el bebé pegado, incluso cosas para si misma como dar una caminata, una lectura, preparar su propia comida”, señaló.

Tras el rebozo comenzó una búsqueda de otras maneras de cargar a los bebés, como un portabebé tradicional de China que no se hacía en México conocido como Meitai.

Así comenzó su capacitación en el “porteo” o la práctica de cargar a los bebés sin el uso de las manos, que la ha llevado a prepararse para ser asesora, dar cursos y capacitaciones e implementar una empresa donde realiza los portabebés que se distribuyen en México y en el extranjero con ayuda de otras mujeres.

“Empecé a tener ayuda de otras personas que hacen parte de la producción, los dobladillos, las cintas para las mochilas (…) tenemos colaboradoras que pueden vender nuestros portabebés para que tengan un ingreso y además de su ingreso económico, pues también tengan recursos sobre educación de cargar bebés”, afirmó.

“Poco a poco vamos haciendo malabares entre cuidar a nuestros hijos y tener ingresos económicos”, narró.

El reto que enfrentan ella y sus colaboradoras es que se valore su trabajo, pues la enseñanza de cargar a los bebés con ayuda de instrumentos especializados, algunos lo perciben como una actividad que debiera ser gratuita.

«Hasta un rebozo, como que se piensa que quien lo sabe usar debe enseñar por obligación (…) regatear es como seguir desvalorizando lo que ellas (sus colaboradoras) hacen por esta familia-cliente”, indicó.

 

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