Afirman que los agujeros negros no pueden absorver todo

Ciudad de México. (La Jornada). Hasta los agujeros negros, centros de masa altamente concentrada y de colosal fuerza gravitacional, tienen sus propios límites. Sergio Mendoza y Xavier Hernández, investigadores del Instituto de Astronomía (IA), comprobaron que un haz de luz con una longitud de onda mucho mayor al tamaño de este ente no puede ser absorbido.

Un agujero negro no traga todo lo que le lanzamos”, explicó Sergio Mendoza, doctor en astrofísica, durante la charla Agujeros negros: de entes matemáticos a realidad astrofísica, parte del ciclo “El Universo los viernes” en el IA de la UNAM.

Fue el geólogo inglés John Michell, en 1783, quien calculó la relación que debe haber entre determinada masa y su tamaño para llegar a un sistema del que “ni siquiera la luz pudiera escapar”, explicó Mendoza Ramos.

Esta ecuación es conocida como radio de Schwarzschild o radio gravitacional, en honor de Karl Schwarzschild, quien en 1917 llegó a conclusiones muy similares a las de Michell, cuyo trabajo fue ignorado por casi dos siglos y redescubierto en la década de los 70 del siglo pasado.

Un observador externo simplemente no podría ver un fenómeno de este tipo, en el que incluso la luz está atrapada, insistió el investigador a los asistentes, en su mayoría jóvenes, en el auditorio Paris Pishmish del IA, cuya capacidad fue rebasada por la concurrencia y desde donde se realizó la transmisión en vivo de la charla.

Pese a las descripciones matemáticas previas, no fue sino hasta la década de 1960 que el término de agujero negro fue acuñado por John Wheeler, alumno y colaborador de Albert Einstein.

Misterios que aún se investigan

Se cree que hay «agujeros negros supermasivos en los centros de todas las galaxias», dijo el astrofísico, pero no se sabe si venían como “semillas originarias de los primeros momentos del Big Bang” o si se fueron formando poco a poco.

El que se encuentra en el centro de la Vía Láctea se llama Sagitario A* (que se lee Sagitario A estrella), con una masa de aproximadamente 4.1 millones de masas solares y el tamaño de nuestro sistema solar.

Otro de los retos actuales de los científicos es llegar a comprender la naturaleza de los jets, “chorros de gas que emanan de manera relativista desde las partes centrales del agujero negro perpendicularmente al disco de acreción”. Este disco de acreción es el que se forma por los gases atraídos por la masa central.

Los jets alcanzan velocidades tan cercanas a la de la luz, que pueden aparentar velocidades superlumínicas, es decir, superiores a las de la luz, indicó Mendoza. Pero esta apreciación se debe a la manera en que son observadas, precisó, pues nada es más rápido que la luz.

El tema de los agujeros negros «es muy atrayente, y no solo por la gravedad«, bromeó José de Jesús González, director del IA.

El propio Stephen Hawking, explicó Mendoza Ramos, especuló que es posible que un agujero negro “regrese toda la información” que absorbió.

La próxima charla de este ciclo, “La materia NO oscura perdida en el Universo. ¿A dónde se fue?”, será el viernes 5 de octubre.

La entrada es libre pero se requiere boleto, que se puede obtener de manera electrónica desde el martes previo a través de las redes sociales del IA, o en papel unas horas antes de la conferencia. El Instituto se ubica en el Circuito de la Investigación Científica de Ciudad Universitaria, muy cerca de la estación Universidad del Metro.

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