Salarios máximos: verdades y mentiras

- en Opinión

La aprobación de la conocida como Ley de Salarios Máximos (que se complementará con una serie de reformas legales adicionales en la materia) ha generado grandes resistencias entre quienes quieren que nada cambie, que defienden sus privilegios e incluso hablan de que con esa medida se “afectará la eficiencia del Estado”. Conviene, por lo anterior, hacer algunas precisiones para que la audiencia tenga todos los elementos de juicio para formarse una valoración objetivada de este polémico tema.

Primero. La vocación de servicio público y no el camino fácil para hacerse rico es el punto de partida al que se ha referido la jurista Clara Luz Álvarez quien reflexiona sobre el asunto y hace un interesante comparativo entre la remuneración de un abogado de un despacho jurídico de Estados Unidos y la que percibe el presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC por sus siglas en inglés). La conclusión, con datos duros, es que en Estados Unidos se gana más en el sector privado que en el público. ¿Por qué sucede esta circunstancia en Estados Unidos? Porque quienes van al servicio público tiene esa vocación de servir. En México, al contrario, no ha habido vocación de servicio alguno, razón por la cual se ha buscado igualar o mejorar las percepciones de los mandos superiores del gobierno con el de los altos directivos del sector privado. Se parte aquí de la lógica del absurdo.

Segundo. Se afirma que con del tope de salarios a los ingresos del presidente de la República habrá una “desbandada” de los mandos superiores. Eso, por supuesto, no va a suceder por razones pragmáticas: a) El sector privado en México no se encuentra en condiciones para absorber a 30 mil funcionarios por citar los de más alto ingreso; b) No más del 5% del universo de mandos superiores podría tener buenos ofrecimientos en la empresa privada. No más; c) Se parte del falso supuesto de que esos 30 mil servidores públicos del más alto rango en el gobierno cuentan con una preparación de altísimo nivel técnico. La realidad es que la inmensa mayoría está allí no por sus méritos personales, sino por razones de ventaja política partidista, razón por la cual casi todos no tendrían nada que hacer en el sector privado.

Segundo. Se afirma que con del tope de salarios a los ingresos del presidente de la República habrá una “desbandada” de los mandos superiores. Eso, por supuesto, no va a suceder por razones pragmáticas: a) El sector privado en México no se encuentra en condiciones para absorber a 30 mil funcionarios por citar los de más alto ingreso; b) No más del 5% del universo de mandos superiores podría tener buenos ofrecimientos en la empresa privada. No más; c) Se parte del falso supuesto de que esos 30 mil servidores públicos del más alto rango en el gobierno cuentan con una preparación de altísimo nivel técnico. La realidad es que la inmensa mayoría está allí no por sus méritos personales, sino por razones de ventaja política partidista, razón por la cual casi todos no tendrían nada que hacer en el sector privado.

Cuarto. “Hoy hay varios gobiernos de América Latina que tienen mejores sueldos que los mandos superiores del gobierno federal” afirman los detractores de topar los ingresos del servicio público. Esto es falso porque el análisis debe hacerse en función de cuántos salarios mínimos (UMas) representa ese salario en un país objeto de análisis. En Colombia, por ejemplo, el decreto número 330 de 2018 establece los sueldos de los servidores públicos. Y el de un Ministro (secretario de despacho en México) es de 109 mil pesos mensuales. El salario mínimo en Colombia es de 4 mil 900 pesos. En México actualmente un secretario de despacho tiene ingresos mensuales por 243 mil pesos y aquí el sueldo mínimo es de 2500 pesos mensuales. En Colombia un secretario de despacho tiene un ingreso equivalente a 43 salarios mínimos de ese país. En, México, un secretario de despacho gana 97 salarios mínimos en UMas. Se puede ver por lo anterior la gran asimetría entre quienes ganan mucho y quienes perciben muy poco en el país.

Quinto. “Se prepara una disminución de los sueldos que afectará incluso a los mandos operativos”. Esto es otra falsedad para desinformar. El propósito es armonizar el catálogo tabular entre quienes ganan más y quienes ganan menos. La finalidad de esta inicial política pública es subir gradualmente los sueldos de los mandos operativos y empleados sindicalizados y bajar los que están en la cúspide de la cadena de ingresos a efecto de que, con ello, se reduzcan las graves desigualdades que hoy hay en el sector público.

@evillanuevamx

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