Por Ignacio Carvajal y Wendy Selene Pérez
Veracruz/Ciudad de México, 23 de septiembre (SinEmbargo/Blog Expediente).– De la ropa localizada por las autoridades veracruzanas en la fosa de El Arbolillo, se desprende que los perpetradores pudieron haber incluido a menores de edad entre sus víctimas.
Y aunque en esa fosa no han sido reclamados hasta ahora restos de menores, incluso –como lo indica la ropa expuesta en el registro fotográfico– bebés, en lo que va de la guerra contra la delincuencia en Veracruz, se suman al menos 10 menores de edad que fueron asesinados y lanzados en fosas anónimas.
El último, y no tan sonado en medios nacionales, el de Teresa Silva Sánchez, de 17 años, cuyo cuerpo apareció sepultado en una playa de Coatzacoalcos, en octubre pasado
Fue una familia que vacacionaba la que dio con una mano que se asomaba entre la arena, al parecer, localizada por aves de carroña que así la dejaron cuando intentaban comer su carne podrida.
Al dar parte a la policía, confirmó la presencia de dos cadáveres, uno de ellos, sin cabeza, que hasta la fecha no ha sido localizada.
Las dos estaban amarradas y con visibles huellas de tortura.
La menor apareció con su prima, Norma Sánchez Córdova, de 20 años de edad.
Las dos originarias de las Choapas se encontraban en Coatzacoalcos trabajando.
En el caso de la menor, se constató que contaba con cinco meses de embarazo, y su cabeza nunca fue encontrada.
Un registro hemerográfico sobre la presencia de fosas en el estado de Veracruz, en los últimos más de 20 años, expresa que entre las víctimas, hay confirmados 10 menores de edad.
El caso que más llamó la atención de la prensa, se dio en 2014, en el municipio de Tres Valles, con el hallazgo de la fosa del rancho El Diamante, de la que exhumaron a más de 30 víctimas.
En ese predio, a unos cinco minutos de la cabecera de Tres Valles, se desenterró los cadáveres de dos menores de edad que eran hijos de Mari Cruz Ramón Uscanga, “La Bailarina”.
Mari Cruz Ramón Uscanga fue sustraída de su casa con violencia en días previos al hallazgo. Maleantes en varios vehículos se la llevaron junto a toda su familia, los dos niños, otro mayor de edad, ella y su actual pareja.
La mujer fue encontrada hecha pedazos y con señales de violencia dentro de un agujero en el rancho El Diamante, donde la prensa constató además que los agresores practicaban rituales satánicos y a la Santa Muerte.
Ese entierro, presumiblemente, fue realizado por el Cártel de los Zetas y hasta ahora nadie ha sido detenido por tales hechos.
A mediados del 2014 igualmente se encontró una fosa en la colonia Luis Echeverría, de Coatzacoalcos, en la que se exhumaron los restos de la menor Karime Cruz Reyes, de cinco años, y de su tía, Mónica Reyes, quienes habían sido secuestradas.
En las fosas de La Gallera, en Tihuatlán, en la zona norte del estado, el Colectivo María Herrera-Poza Rica también encontró cráneos de dos niños, el cual fue entregado a las autoridades.
En ese lugar, además de fosas, los colectivos presumen que era empleado como “cocina”, es decir, para deshacer personas en tambos con combustible o con ácido. Contenido propiedad de www.blogexpediente.mx, publicado por www.sinembargo.mx, con autorización.
Quien a hierra mata, a hierro muere