Harvard, Estados Unidos.- Cuando su mamá le decía que se comiera las verduras y que bebiera su jugo de naranja, quizá supiera lo que hacía: podrían ayudar a conservar la salud de su cerebro, sugiere una investigación reciente.
Un estudio que duró 20 años, de hombres que eran profesionales de la salud, vinculó una dieta rica en verduras de hojas verdes, verduras de color naranja y rojas, bayas y jugo de naranja con un riesgo más bajo de pérdida de la memoria(o «función cognitiva»).
«Este estudio amplía la investigación existente respecto a que una mayor ingesta de verduras y frutas juega un importante rol a largo plazo en el mantenimiento de la salud cognitiva», señaló la autora principal, Changzheng Yuan, investigadora postdoctoral en la Facultad de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard.
Yuan advirtió que el estudio no puede probar que esas opciones dietéticas ricas en nutrientes reduzcan la pérdida de memoria, solo que ambas cosas están relacionadas. Además, los resultados quizá no apliquen a las mujeres ni a los hombres fuera de las profesiones de la salud.
En el estudio, que fue financiado en parte por los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU., los investigadores recolectaron datos sobre más de 28,000 hombres que eran profesionales de la salud, y que tenían una edad promedio de 51 años.
Los participantes completaron cuestionarios sobre cuántas porciones de frutas, verduras y otros alimentos consumían a diario al inicio del estudio, y cada cuatro años durante los próximos 20 años.
Las frutas y las verduras contienen unos niveles altos de nutrientes antioxidantes, anotaron los investigadores.
Una porción de fruta se define como una taza de fruta o media taza de jugo de fruta. Una porción de verduras es una taza de verduras crudas o dos tazas de verduras de hojas verdes.
Se preguntó a los participantes sobre sus habilidades de pensamiento y memoria al menos cuatro años antes del final del estudio, a una edad promedio de 73 años.
Entre las preguntas se encontraban «¿Tiene más problemas de lo usual para recordar una lista corta de artículos, como por ejemplo la lista de la compra?», y «¿Tiene más problemas para seguir un programa de televisión debido a su memoria?».
Los cambios en la memoria se consideraron como señales tempranas de deterioro cognitivo leve.
En total, un 55 por ciento dijeron que seguían teniendo unas buenas habilidades de pensamiento y memoria, un 38 por ciento tenían unas habilidades moderadas, y un 7 por ciento tenían unas habilidades de pensamiento y memoria malas, mostraron los hallazgos.
¿Qué tan importante fue el efecto protector? Los hombres que comían la mayor cantidad de verduras (unas seis porciones al día) tenían un 34 por ciento menos de probabilidades de desarrollar unas malas habilidades de pensamiento que los que menos comían (apenas dos porciones).
Además, los que bebían jugo de naranja a diario tenían un 47 por ciento menos de probabilidades de desarrollar unas malas habilidades de pensamiento, en comparación con los hombres que bebían menos de una porción al mes, encontraron los investigadores. Esta asociación se observó sobre todo entre los hombres mayores.
El estudio encontró que menos de un 7 por ciento de los que consumían verduras con frecuencia desarrollaron una mala función de memoria, frente a un 8 por ciento de los hombres que evitaban las frutas y las verduras. Los resultados fueron similares entre los que bebían jugo de naranja frecuente o infrecuentemente.
Como los jugos de fruta son por lo general ricos en calorías, lo mejor es beber un vaso pequeño, de 4 a 6 onzas (de 118 a 177 mililitros), al día, señaló Yuan. «Elegir fruta entera es incluso mejor, ya que contiene el beneficio añadido de la fibra», sugirió.
Aunque los hombres que comían la mayor cantidad de fruta también eran menos propensos a desarrollar problemas de la memoria con el tiempo, esa asociación se debilitó cuando los investigadores tomaron en cuenta el consumo de verduras, jugo de fruta, granos refinados, legumbres y productos lácteos.
Los hábitos a largo plazo también parecían tener un rol. Los que consumían muchas frutas y verduras 20 años antes de la prueba de memoria fueron menos propensos a desarrollar problemas del pensamiento y la memoria, independientemente de si las consumían o no en los seis años antes de la prueba de la memoria.
Rebecca Edelmayer, directora de implicación científica de la Asociación del Alzheimer (Alzheimer’s Association), anotó que como este estudio depende de los recuerdos de los participantes, no es tan riguroso como otros estudios.
Aun así, resalta un punto válido: conservar la salud mental es, hasta cierto grado, un asunto del estilo de vida, igual que prevenir la salud cardiaca, añadió.
«Ahora mismo, este es un tema candente de investigación», aseguró Edelmayer.
Una dieta saludable más el ejercicio y la estimulación mental podría reducir el riesgo de declive mental, apuntó. «Vemos un futuro en que la enfermedad de Alzheimer será tratada con un medicamento, pero también mediante intervención en el estilo de vida, como hacemos con la enfermedad cardiaca», planteó Edelmayer.
El informe aparece en la edición en línea del 21 de noviembre de la revista Neurology.
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