«Cortarle el dinero a la cultura es un error tremendo”: Alfonso Cuarón

Ciudad de México.(SinEmbargo).– El galardonado cineasta mexicano Alfonso Cuarón Orozco calificó como “un error tremendo” el que el nuevo Gobierno federal, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, anunciara este fin de semana, como parte del presupuesto para 2019, el recorte de mil 020 millones de pesos a la Secretaría de Cultura, una diferencia de 7.6 por ciento respecto al año anterior.

“Me parece un error tremendo, sobre todo en un nuevo Gobierno que creo que la idea y lo que se promete es hacer un cambio social, no puede haber un cambio social si no hace un cambio cultural”, dijo Alfonso Cuarón en entrevista para SinEmbargo.

“Para hacer un cambio cultural se necesita también apoyar a la cultura y la cultura no me refiero sólo al cine, no me refiero sólo a las artes, me refiero a la implementación de la conversación entre el público y la obra. En Roma yo he trabajado mucho en los últimos meses para tratar de que se cree una relación, una conversación. Ahora, para hacer eso se necesita una pequeña inversión. Me entristece lo que me dices y ojalá esto se revierta en algún punto”, opinó Cuarón en el el marco del estreno de su cinta en Netflix.

Roma tuvo un presupuesto de 18 millones de dólares, algo que otro director nacional sólo podría soñar. En promedio, los filmes mexicanos rondan los 20 millones de pesos. Cuarón además recibió un incentivo de 10 millones de pesos por parte del Fondo Mixto de Promoción Turística de la Ciudad de México por darle difusión a la capital. Al ser la apuesta mexicana rumbo a los premios Óscar también pudo solicitar un nuevo estímulo creado por la Secretaria de Cultura federal de 2 millones de pesos para promocionar la película en Estados Unidos y así asegurar su candidatura.

La realidad que presenta la cinta es dura y no dista tanto a los que se vive en la actualidad: el machismo, el abandono, la discriminación y la diferencia de clases están latentes. Roma ha servido para poner algunos temas sobre la mesa como la falta de derechos de las trabajadoras del hogar. También hace un llamado para esclarecer una verdad histórica, pues la cinta recrea el llamado Halconazo o La matanza del Jueves de Corpus, cuando el 10 de junio de 1971 un grupo de estudiantes marchó por las calles de la capital mexicana para exigir la liberación de presos políticos del Movimiento Estudiantil del 68, y fueron interceptados por grupo paramilitar que los atacó con palos de bambú, los manifestantes respondieron con piedras y los agresores las repelieron con balas. El saldo oficial fue de 120 muertos.

“La cultura y el arte no son más que proyecciones de las tendencias sociales del momento histórico en el que vives. La cultura debe ser un elemento que justamente sea un catalizador de cambio social, no es el catalizador, pero sí puede ser una plataforma para los catalizadores. Yo creo que no existe un verdadero cambio o un verdadero movimiento social que no sea a la vez un movimiento cultural”, dijo el director ganador del Óscar en 2014.
El camino de la película Roma de Alfonso Cuarón ha sido inusitado, casi sin querer ha generado una pequeña revolución cultural en el país. Desde que inició la filmación el éxito y la polémica han perseguido a este largometraje considerado el más importante de la filmografía nacional de los últimos años.

El rodaje de la película comenzó a finales de octubre de 2016, apenas pasaron unos días y la producción sufrió un revés, autoridades de la Delegación Cuauhtémoc se enfrentaron a golpes con el equipo de filmación. Después del altercado todo se mantuvo en calma y el rodaje se prolongó por 18 semanas más, en las que de manera extraordinaria, reconstruyeron el México de los años 70.

Su estreno se realizaría en mayo de 2018 en el marco del Festival Internacional de Cine de Cannes donde competiría por el máximo galardón, la Palma de Oro. Al final la película fue retirada por razones económicas; Netflix pretendía lanzarla a finales de año, sin embargo, las reglas del festival estipulan que para que un largometraje forme parte de la competencia oficial debía estrenarse en cines y luego esperar un periodo de tres años para llegar a una plataforma digital.

Pasaron cinco meses para que por fin tuviera su premier mundial, se presentó en el Festival Internacional de Cine de Venecia donde se alzó con el León de Oro, el premio principal del certamen. Desde ese momento comenzó a flotar en el aire la pregunta ¿Cuándo y bajo qué condiciones llegará a México?.

La respuesta tardó en llegar pero al final se supo que sólo se exhibiría en algunas salas de la Ciudad de México en el llamado circuito alternativo: Cineteca Nacional, Cinemanía Loreto, Cine Tonalá, entre otros. La noticia provocó una ola de declaraciones, Cinemex y Cinepolis aceptaban exhibir la película en todo el país pero bajo ciertas condiciones, nuevamente Netflix tenía otro plan comercial. Y en medio de esta batalla entre corporativos quedó Alfonso Cuarón, quien sabe bien lo que puede significar asociarse con un particular para crear una obra de arte que al mismo tiempo que se vende como un producto.

“Sí, pero el problema es cuando los creadores tengan que ir a instancias de la iniciativa privada, y es posible que tengan también sus propias agendas en donde ya hay una cierta libertad artística que ya está determinada por unas cuestiones comerciales, eso es a mí lo que me puede parecer preocupante. También el desarrollo de una cultura que se empiece poco a poco a privatizarse al no tener los accesos completos dentro de una instancia estatal”.
A través de sus redes sociales el director mexicano emprendió una ardua batalla para lograr que su película llegara a más gente, a más lugares. Por primera vez se creó un verdadero circuito alternativo conformado por más de 100 cines independientes distribuidos a lo largo y ancho del país que volvían a tener de manera exclusiva el título de una película mexicana que la gente quería ver.

Alfonso Cuarón creó su propio sistema de distribución y así la película ha llegado a lugares inimaginables como a la comunidad zapatista de Ovetik, donde se presentó en el marco del primer Festival de Cine Puy ta Cuxlejaltic, antes ya se había mostrado en el Festival Internacional de Cine de Morelia. También fue noticia su exhibición en la Residencia Oficial de los Pinos donde más de 3 mil 500 personas se dieron cita para ver Roma. Sin embargo no hay que olvidar que siempre la gran apuesta y su camino natural era llegar a Netflix, una plataforma digital a la que sólo tienen acceso un público privilegiado.

“Ese es parte del problema, pero ten en cuenta que las plataformas que tenemos para la cultura son, en general, para un público privilegiado. El acceso a la cultura hoy por hoy, ya geográficamente, está muy reducido a ciertos núcleos y encima de eso, dentro de esos núcleos hay un cierto público, una cierta elite social, digamos. La idea, lo que tendría que ser es un cambio social, tendría que venir de la mano de llevar la cultura al pueblo y de que el pueblo vaya a la cultura de tal manera que no haya separación alguna entre lo que es pueblo, cultura y sociedad”, aseguró.
Ahora todo es algarabía, pues Roma es una de las cuatro películas que aspiran a ganar el premio Goya a Mejor Película Iberoamericana, algo que no consigue un filme nacional desde hace 23 años, tiene tres nominaciones a los Globos de Oro y pasó a la siguiente etapa en la carrera rumbo al Óscar, fueron preseleccionadas ocho películas de la cuales se elegirán las cinco que conformarán la categoría de Mejor Película de Habla No Inglesa.

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