Por Sandra Isabel Jiménez/ Alfiletero *
Las criticas al Gobierno de Veracruz se han extendido a nivel nacional.
La percepción es que tenemos un gobierno con poca capacidad y cuyos equipos son liderados por gente de muy bajo perfil.
La situación reprobable y reprochable ha propiciado la ambición de otros grupos de interés.
Por ejemplo, se ha dado un inusual enfrentamiento entre la Iglesia católica y el gobierno de Veracruz, dirigiendo el combate hacia el secretario de gobierno, Eric Cisneros.
Nunca antes en la historia reciente de Veracruz, la Iglesia Católica se había preocupado tanto por el “bienestar social”, de ésta sufrida tierra.
No se recuerda un discurso en contra de ninguna de las administraciones públicas o gobiernos anteriores.
Tampoco nos imaginamos o sabíamos, que éste sector tan importante en el mundo, podía llegar a tal laxitud en su manejo del lenguaje, reflejándose impulsiva y descuidada en lo aparente:
En su comunicado 219, del 17 de febrero de 2019, la Arquidiócesis de Xalapa señaló los fracasos de la administración estatal y sus “torpezas”, lo cual –dijo- ha creado “psicosis social”.
El concepto de “psicosis social” es utilizado en Europa por parte de los populismos de extrema derecha, para crear un estimulo irresponsable y después proponer soluciones “milagrosas”.
La Iglesia no se comportó así con el más odiado de los gobernadores veracruzanos a nivel nacional: Javier Duarte de Ochoa.
Su tránsito por el gobierno del estado dejó como resultado tal descomposición social, que hoy, queda como prueba de ello, su encarcelamiento por lavado de dinero y asociación delictuosa.
Pero para él no hubo calificativos.
A pesar de que Javier Duarte giró instrucciones a una red de testaferros para comprar alrededor de 40 propiedades (tal vez más) con recursos del erario público de Veracruz.
En la peor etapa del duartismo, la Iglesia no llegó más lejos que pedir en sus homilías, la paz.
Hoy, este sector alza su voz con clara insistencia en la confrontación, acusando a una izquierda (indefinida e inexperta) de querer la confrontación, generando con su discurso todo lo que reprueban.
Y lo hace oficial.
Y lo distribuye a través de comunicados: uno el 15 de febrero y el otro el 17 del mismo mes.
¿Qué tiene tan enojada a la Iglesia Católica veracruzana?.
La intención por despenalizar el aborto.
Javier Duarte de Ochoa promulgó el artículo 4º de la Constitución de Veracruz en contra del aborto.
La medida tomada por el veracruzano y la Iglesia Católica provocó que el 28 de julio de 2016 las oficina de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre Igualdad de Género y Derechos Humanos, se pronunciara en contra de su reforma por “contribuir a la estigmatización de las mujeres que quieran acceder a los servicios de salud sexual y reproductiva”.
“Las reformas aprobadas comprometen los derechos de las mujeres”, indicó la ONU en un comunicado.
La Arquidiócesis de Xalapa nunca se enfrentó a Javier Duarte por las muertes y la violencia en Veracruz.
El hombre que públicamente externó su admiración a Francisco Franco, jamás tuvo una critica de la Arquidiócesis de Xalapa.
Hoy, el mensajero visible de la posición eclesiástica es José Manuel Suazo Reyes, director de la Oficina de Comunicación Social de la mencionada arquidiócesis.
Es el mismo personaje que salió a enfrentarse con Alejandro Encinas, Subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, quien ha externado el interés por derogar las modificaciones constitucionales que hizo Javier Duarte.
Suazo Reyes está apoyándose en dos operadores políticos para esta confrontación con el gobierno de Veracruz, los panistas Agustín Basilio de la Vega -muy cercano a la Arquidiócesis (cuya labor es la de divulgar los comunicados a través de la redes sociales)- y Bernardo Téllez, quien fuera Director General de Asuntos Religiosos del gobierno con Miguel Ángel Yunes Linares, y quien tiene en el gobierno del estado, proyectos económicos en espera de su aprobación, de acuerdo con fuentes consultadas.
*La autora es periodista de formación y profesor-investigador de la Universidad Veracruzana.
Tiene especialidad en comunicación, comunicación política y análisis político.
Licenciada en Comunicación por la Universidad Veracruzana, maestra en mercadotecnia por la Universidad Anáhuac y doctoranda por el Instituto Ortega y Gasset y la Universidad Complutense de Madrid en Problemas Contemporáneos en la Sociedad de la Información.
Diplomada en Comunicación de la Ciencia, por la Universidad Veracruzana, diplomada en Análisis Político por la Universidad Iberoamericana, diplomada en Análisis Político Estratégico por el CIDE y estudios en la George Whasington University y Carlos III de Madrid, entre otros.
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