Sandra Isabel Jiménez/Alfiletero.
Xalapa, Ver. 26 de marzo de 2019.- La entidad de Veracruz vive un desequilibrio progresivo en su gobierno.
El Congreso del estado orbita en una parálisis legislativa.
Y no hay corresponsabilidad entre la demanda social (seguridad pública, generación de empleos) y oferta de gobierno.
Los diferentes grupos políticos que llevaron al triunfo electoral al gobernador, Cuitláhuac García, hoy parecen estar más centrados en su reclamo de pago, cuotas de poder y dinero.
El Ejecutivo, lejos de mantenerse en el centro, optó por apoyar al PRI de Javier Duarte y ser protegido por esta facción política, que continúa teniendo influencia en la entidad.
El exgobernador, Javier Duarte, encarcelado por los delitos de lavado de dinero y asociación delictuosa, tiene su punto de operación política en el Congreso local a través del expriista, Juan Manuel Pozos.
El diputado llegó incluso a defender públicamente la presencia del exsecretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita -acusado de desaparición forzada y enriquecimiento ilícito-, en el recinto de la LXV Legislatura.
Permitió que éste personaje entrara al Congreso para presentar la demanda de Juicio Político contra el fiscal, Jorge Winckler.
Otro operativo del duartismo es Juan Javier Gómez Cazarín, presidente de la Junta de Coordinación Política, cuyo lazos políticos los tiene con el priísta Eric Lagos (influyente en la zona de Hueyapan de Ocampo, donde el legislador fue candidato a la alcaldía en 2017) y con Jorge Carvallo, el hacedor tras bambalina.
Tanto José Manuel Pozos Castro, como Juan Javier Gómez Cazarín, son diputados locales con la etiqueta de “Morena”; pero sus operaciones son resultado del mandato duartista.
Y el gobernador, Cuitlahuac García escucha esa línea.
Opera esa línea.
Ejecuta esa línea.
La inmovilidad legislativa se da porque los grupos de Morena -en ese recinto de representación popular- se enfrentan a la decisiones de la cúpula mencionada.
Los diputados de contrapeso forman parte de los equipos políticos del delegado federal, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, y de la Secretaria de Energía, Rocío Nahle.
El control del dinero y el reparto de posiciones de poder podrían ser los factores por los cuales en Veracruz nada camina.
En el Congreso local, el gobernador de Veracruz solicitó un segundo préstamo por mil 650 millones de pesos y la aprobación del mismo está detenido porque no ha habido la operación política suficiente para sacarlo, igual que hay otros asuntos que interesan al gobernador y que no caminan, como la designación de magistrados para el Tribunal Superior de Justicia del Estado.
A unos días de la gira del Presidente, Andrés Manuel López Obrador, por el norte de Veracruz, ésta entidad no se mira como un polo de desarrollo para sus habitantes y contribuyentes de la riqueza del país, si no como un estado que sigue en la parálisis.
Y las fotografías comiendo hog dogs no ayudan.
¿Huerta Ladrón ya se siente el Gobernador?